Capítulo 10

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Thomas no podía creer que ya hubiesen transcurrido dos semanas y que los trabajos se hubiesen concluido. Su hogar era completamente diferente a como era antes: podía subir y bajar al porche sin necesidad de las escaleras, gracias a la rampa que se había construido con un hermoso diseño que en nada desentonaba con la arquitectura original del hogar —aquel era un mérito de Danielle—. La puerta de la calle se abría y cerraba a su comando con el teléfono móvil, lo mismo sucedía con el resto de las puertas de la casa. Similar procedimiento era para apagar o encender el aire acondicionado, activar o no la alarma o descorrer las cortinas.

En su habitación tenía una cama articulada que con un botón se arqueaba lo suficiente como para brindarle una posición de sentado. Las barras y sujetadores en el baño, le permitían tomar una ducha con absoluta autonomía o usar la taza por sí mismo. En realidad, el baño lo habían hecho nuevo, pues la adaptación de la ducha y las nuevas piezas sanitarias requirieron de una remodelación total. Había quedado muy hermoso y no podía quejarse de nada.

Lo que más le había impresionado era la cocina: también la habían cambiado por completo. La encimera bajaba a su altura al apretar un botón y los estantes de la cocina hacían lo mismo —un mecanismo semejante había ideado Danielle para el despacho y los libreros, que bajaban o subían por unos rieles para que fuera más fácil alcanzar los libros—.

Los estantes inferiores de la cocina habían sido eliminados para dejar espacio para la silla. Anteriormente, cuando se acercaba a la encimera, se golpeaba las piernas o no podía llegar pues la silla no avanzaba más a causa de los estantes. La concepción de la cocina había cambiado tanto, que ya no tenía miedo de preparar algún platillo para él o su familia.

A Danielle la había visto con frecuencia en las últimas dos semanas a causa de las obras, pero por lo general iba acompañada de otros arquitectos, ingenieros o el jefe de obra. En pocas ocasiones pudieron tener un momento de intimidad, y Thomas echaba mucho de menos hablar con ella. Danielle también, pero en cierta forma le había vuelto a rehuir. Luego de la última conversación que sostuvieron en el auto antes de la fisioterapia, ella se había sentido muy confundida por la manera en la que se estaba acercando a él.

Aquel viernes en la tarde, Ben y Tim se hallaban viendo la tele en su casa, pues ya habían hecho la tarea

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Aquel viernes en la tarde, Ben y Tim se hallaban viendo la tele en su casa, pues ya habían hecho la tarea. Danielle estaba esperando a Mónica de un momento a otro, cuando sintió que la mujer la llamaba por el intercomunicador. En los últimos días se habían vuelto más amigas. Mónica le había hablado de su relación con Rob y de cómo iban progresando en aquel noviazgo. Thomas ya lo sabía y lo aprobaba, incluso Tim se había dado cuenta también y estaba muy feliz con ello.

Como la remodelación de la casa de Thomas ya había terminado, Rob pensó que era momento de buscar otro trabajo. Había hallado una colocación como jefe de seguridad del hogar de una celebridad allí mismo en Beverly Hills, y aunque ya no estaba tanto tiempo en la casa como antes, él y Mónica sabían que era lo mejor, pues ahora Rob vivía en su casa como su pareja, no como su empleado.

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