Epílogo

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Nueve meses después

Danielle bajó por la escalera del hogar de Beverly Hills en ropa de dormir. Ben todavía estaba descansando en su habitación, pues era sábado. Se habían mudado en el verano de manera permanente, aprovechando el período de vacaciones, y estaban felices de vivir allí. Dani se dirigió al despacho y encontró a Thomas frente al escritorio con un paquete en las manos.

—¿Despierta tan temprano, mi amor?

Ella se acercó y le dio un largo beso en los labios.

—Tengo algo que decirte, cariño —le anunció con una sonrisa.

—Yo también —contestó él enigmático.

—Comienza tú.

Thomas dejó el sobre sobre las piernas de Dani y le pidió que lo abriera.

—Es la prueba editorial de mi último libro —le explicó.

—No sabía que estuvieras a punto de publicar nada —comentó ella extrañada—. ¿Por qué no me dejaste leer el manuscrito como siempre haces?

—Porque este libro es un regalo para ti —le contestó él sonriendo también—. Por favor, míralo por ti misma.

Danielle frunció el ceño y extrajo un libro con una bonita portada: un hombre en silla de ruedas llevaba sobre sus piernas a una mujer. La obra se titulaba: "Andar a tu lado" y estaba firmada por el nombre real de Thomas y no por el pseudónimo.

—Es algo distinto a lo que usualmente escribo, pero es una ofrenda de amor a ti. Es una novela de ficción, aunque con detalles autobiográficos. Solo tu podrás saber qué es imaginación del escritor y qué cosas fueron verdad.

Los ojos de Danielle contenían las lágrimas, estaba muy emocionada.

—¡Es maravilloso, Tom! —Dejó el libro sobre el sofá para darle un abrazo y un dulce beso—. ¡Lo leeré hoy mismo!

—Me conformo con que leas ahora la dedicatoria, cariño...

Ella lo miró curiosa y tomó el libro nuevamente. Llegó a la consabida página: "Para Danielle, mi esposa. Gracias por andar a mi lado, y por probarme que el amor no camina, vuela".

Esta vez, las lágrimas de Danielle rodaron por sus mejillas.

—¡Oh, Tom! ¡Es hermoso! ¿Tú esposa has dicho? —recapacitó.

Él asintió orgulloso, sacando de su bolsillo una cajita de terciopelo de color carmín. Ya vivían juntos, pero todavía no se lo había propuesto.

—Iba a despertarte con esta sorpresa, pero me alegra que estés aquí para pedírtelo. ¿Quieres ser mi esposa, Danielle?

—¡Sí! —exclamó ella emocionada.

Thomas le colocó el sencillo anillo en el dedo y luego la besó. Dani se subió a sus piernas para poder estar más cerca de él, y luego colocó la cabeza en su hombro. Estuvieron unos minutos en silencio, tomados de la mano, hasta que Thomas recordó que ella tenía algo que decirle.

—¿De qué querías hablar conmigo, Dani?

Ella se apartó de nuevo y se sentó frente a él para mirarlo a los ojos.

—El doctor me llamó hace unos minutos: ya están los resultados de mis últimos exámenes...

—¿Todo está bien? —preguntó él preocupado.

Dani le sonrió.

—¡Estoy embarazada, Tom!

Él no podía creerlo, llevaban seis meses intentándolo e incluso creyó que no podría, pero la dicha había llegado al fin. Danielle volvió a abrazarlo, al ver que lloraba con la noticia.

—¡Estoy muy feliz, Dani! ¡Vamos a ser padres! Te amo tanto...

Ella le dio otro beso en los labios.

—Yo sabía que lo lograríamos, mi amor. ¡Yo también te amo!

Él la miró una vez más antes de perderse en sus labios; con ella a su lado, se sentía capaz de lograrlo todo, incluso aquellos sueños que alguna vez le parecieron imposibles.

FIN

FIN

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Andar a tu lado ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora