❝ Capítulo IX ❞

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Ola, pero no ola de mar, ola de saludo. :D
Hice una portada nueva, al igual que un separador, todos feos pero los hice a ja ja ja. Trataré de avanzar esta historia y acabarla, espero sigan disfrutando esta porquería. :c

Un día nuevo comenzaba, las oscuras nubes cubrían el cielo y el sol, dejaban que sus gruesas gotas de agua cayeran sobre todo el pueblo dejando charcos por las calles y hacia que cada omega, alfa y beta se resguardara dentro de sus casas y sólo algunos de los cachorros se quedaban afuera jugando bajo la lluvia; sin duda, el clima perfecto, pero no para los dos omegas del palacio, ese clima sólo deprimía más su día.

-¿No puedo ir contigo? No quiero quedarme aquí...-dijo el pálido.

Apenas ese día en la mañana se habían dado cuenta que aquellas hierbas que consumía como tés se terminaron, no quedó otra opción más que NamJoon fuera por más, sin embargo, la probabilidad de que su obtención tardara un par de días era grande y era por eso por lo que YoonGi no quería quedarse solo en el palacio.

-Quisiera llevarte conmigo, sabes que sí pero ahora que el rey Kim está aquí no puedo.

La pelinegra dejó salir un pequeño suspiro y asintió, comprendía bien la situación y lo que menos quería era ocasionar algún problema que podría provocar que descubrieran su pequeña mentira. Se despidió de NamJoon con un fuerte abrazo y una vez que éste se separó, ambos se alejaron de la puerta para cerrarla con llave. El moreno comenzó a recorrer el pasillo miró por una última vez aquella puerta que correspondía a la habitación del omega pelimorado, no había podido despedirse de él con alguna broma como lo había hecho la última vez; negó un par de veces y terminó de recorrer aquel pasillo para bajar las escaleras y poder salir del palacio en aquel carruaje.

Por otro lado el omega de gruesos labios había visto el carruaje, en donde iba aquel alfa, salir del palacio, si bien no había querido salir de su habitación, se había dedicado a observar el sitio por las enormes ventanas, mordió levemente su labio inferior y se dirigió hacia aquel peinador, observó por unos segundos su rostro que ahora era adornado con aquellas tonalidades rojizas, violetas y verdosas en sus pómulos y ojo, sonrió sarcásticamente.

-Mira, te lo haz ganado al querer defenderte, es tú culpa y tal vez sólo así termines de entender que debes mantener la boca cerrada...

Se deshizo de sus prendas una por una y cubrió su cuerpo únicamente con una camisa de ceda rosa para cubrir el resto de hematomas que tenía en el cuerpo, aunque claro, algunos de los que tenía en las piernas seguían a la vista. Arrastrando los pies se dirigió a su cama y se recostó sobre la blanda superficie, cubriéndose con las mantas para entrar en calor. Sin poder evitarlo las lágrimas comenzaron a salir de sus ojos, odiaba sentirse como en ese momento, odiaba haber nacido como un omega pues gracias a eso su vidaa no era nada comparada a la de los alfas. Poco a poco el llanto lo fue debilitando e hizo que sus ojos pesaran y su cabeza doliera para por último hacerlo caer en un profundo sueño.

La lluvia cesó después de unas cuantas horas, el sol se había ocultado y los reyes como el heredero al trono se encontraban cenando en un silencio sepulcral. Ninguno de los dos omegas había bajado, la pelinegra porque no se sentía seguro de salir sin haber tomado aquel té y el pelimorado porque había seguido durmiendo, sumándole que el dolor de su cuerpo era insoportable, con cada pasó que daba sentía que era atravesado constantemente con agujas. Un par de horas después cada uno se dirigió a su habitación para poder descansar, bueno casi todos, TaeHyung había ido a la cocina por dos bandejas y poder llevar algo de comida para su hermano y omega. Al no saber exactamente qué llevar optó por cortar algo de fruta-Manzanas, plátano y fresas-, servir un poco de leche y agua y preparar un sándwich para cada uno.

Con ayuda de uno de los betas que se encontraba en la cocina subieron junto con las dos charolas, yendo primero con su hermano y dejando al beta fuera esperándolo.

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