❝ Capítulo V ❞

3.2K 463 172
                                    

Los días pasaban rápido, había terminado aceptando aquel anillo pues aunque no quisiera debía tenerlo. Durante esos dos días había podido seguir siendo lo que era y eso le ponía un poco más contento. Ya había tomado el desayuno y se había duchado, vestido y perfumado por lo cual se dirigía hacia la biblioteca para pasar el rato.

Sus pasos resonaban por el pasillo, caminaba de manera lenta y tranquila hasta que se topó con uno de los tantos betas que servían a su padre.

-Joven Min, el rey lo está esperando en su estudio, debe hablar con usted.

-¿De qué?

-No lo sé príncipe, sólo me dijo eso.

YoonGi suspiró y asintió, comenzó a caminar hacia donde se suponía que estaba su padre, no le tomó mucho tiempo llegar. Una vez que estuvo frente a la puerta tocó tres veces y después entró, grande fue su sorpresa al ver que tanto como su madre como NamJoon se encontraban ahí.

-¿Sucede algo?

-Primero siéntate hijo, por favor.

El pálido hizo caso a lo que su padre dijo y se sentó en la silla libre que se encontraba al lado del moreno.

-Creo que ya debes suponer de qué quiero hablarte.

-Tal vez...

-Bueno...hoy mismo irás a vivir al palacio de los Kim, NamJoon te acompañará.

-¿Qué?¿Por qué habría de hacerlo?-habló con molestia y frunciendo el ceño.

-Porque así fue como acordamos.

-¿Sólo por eso?¡¿Cuándo seré yo quien pueda decidir eso?! ¡NO LO HARÉ!

Tanto el rey como NamJoon miraron al omega, se había puesto de pie y en su mirada sólo se podía distinguir la ira que sentía. El moreno imitó su acción y se puso de pie, tomándolo suavemente del hombro.

-Con todo respeto su majestad, no creo que YoonGi deba irse ahora, el resto del pueblo y participantes de la realeza podrían verlo como un acto impuro,

-NamJoon...-suspiró.-Ni tú, ni YoonGi, ni nadie podrán hacer que esto se impida. Ayúdale a alistar sus cosas, se irán en una hora.

Ambos chicos salieron de la habitación y se dirigieron a la recamara del omega, NamJoon comenzó a sacar las cosas de YoonGi y las puso en su cama, justo cuando iba a comenzar a guardarlas en la maleta la puerta fue tocada y se abrió dejando ver a la reina.

El alfa hizo una reverencia y miró curioso a la reina quien traía un hermoso vestido color lila, la peluca que anteriormente había visto y otras cosas más.

-No puedes llegar así al palacio del príncipe Kim, deberás usar esto, tampoco te llevarás tu ropa, mi sirvienta ya ha preparado las maletas con la ropa que usarás.

El omega observó lo que su madre le había traído e importándole poco que fuera ella, le dio un manotazo e hizo que las cosas cayeran al suelo.

-Estoy harto de decírselos. ¡NO ME HARÁN PASAR POR ESTO!

Su madre lo miró abriendo sus ojos de par en par, retomó su postura firme y habló.

-Ya te lo dije, lo harás aunque no quieras, tienes que salvar a tu pueblo.

El omega la miró y río sarcasticamente.

-¿Mi pueblo? Hasta donde tengo entendido, este pueblo es para mi hermano y su futura pareja.

-No digas estupideces, sabes de lo que estoy hablando, si el acuerdo no se cumple los Kim iniciarán una guerra y no sólo morirá el pueblo, morirás tú, tu hermano y nosotros.

¿Princesa?   Where stories live. Discover now