Capítulo 8 (Parte 1): Cuando Dejas De Quererte

694 73 66
                                    

Año 2019

Narra Lali.

Eugenia se fue todo el fin de semana a casa de sus padres en el campo, así que tenía el departamento solo para mi, cosa que no ocurría muy a menudo. Quería invitar a Santi, cocinarle algo (o al menos intentarlo) y pasar la noche juntos porque desde que se había mudado nos veíamos menos. Estaba por mandarle un mensaje cuando vi que Delfina me había añadido a un grupo para una cena esta noche. Hacía meses que no la veía y quería que quedemos con Daniela, Manuela, Gimena y Rocío, compañeras del colegio que también estaban viviendo en capital. Delfi, venía, máximo, un mes al año desde Bariloche así que no podía rechazar su oferta.
Llamé a Santi.

—¡Hola amor! —le saludé con dulzura.
—Hola ¿Todo bien? —contestó todo seco.
—Si, todo bien... ¿Qué hacés?
—Estoy tomando unas cervezas con unos amigos.
—Ah que bien ¿Con quienes?
—No los conocés ¿Me llamaste para esto?
—No, no... Te quería avisar que esta noche voy a cenar con unas amigas de la secundaria, a un restaurante del centro. Lo organizó Delfi qué llegó ayer.
—¿Y qué vas a hacer después de la cena?
—No sé, dijeron cenar pero no sé cuánto se puede alargar la noche. Supongo que como mucho una copa... Ni idea, no hablamos de eso.
—Bueno, cuando termines de cenar te voy a buscar y venís a casa.
—¿Nos vemos mañana, mejor? Porque no sé cuánto se va a alargar.
—Te paso a buscar cuando termines de cenar, amor. Tengo ganas de verte y mañana no voy a poder, voy a jugar al golf —su voz se puso más amorosa.
—Bueno, está bien... Te aviso cuando haya terminado.
—Listo, hasta la noche.
—Cha... —colgó.

Mi relación con Santi había cambiado mucho estos tres últimos meses. Aunque según Eugenia, lo que había cambiado es que ahora yo me daba cuenta. Santi era un poco celoso, porque él era una persona muy insegura. Siempre me puso en un pedestal y empezó a compartir sus inseguridades conmigo después de tener una pelea porque un vecino me había saludado con un beso en la mejilla. Esa noche, fue nuestra primera discusión pero también la primera vez que le vi llorar y la primera vez que se atrevió a contarme sus miedos. Antes de eso yo le veía como un hombre con las ideas y sentimientos claros pero a partir de ese día sentí que tenía que protegerlo y ayudarle a quererse más.
A raíz de eso empezó a ser muy sincero conmigo pero también intentaba ser más frío a la hora de contarme si algo le había parecido mal. Supongo que era una manera de protegerse a si mismo. Le resultaba más fácil ponerse a discutir que hablar bien y acabar llorando. Nuestras peleas empezaron a ser más frecuentes... Me harte de pedirle que no me gritara y que hablemos normal porque podía entender sus celos, su inseguridad y sus miedos pero no me hacía caso. Dejé de hacer algunas cosas porque no quería verle sufrir, como ir pole dance, vestirme con faldas, o escotes, o vestidos cortos... (porque decía que tenía miedo de que salga sola y me secuestren por verme provocativa), y hasta de salir con mis compañeras de trabajo (porque si bebía alcohol era más posible que algún tipo me haga algo).
Era su forma de protegerme, de cuidarme... Siempre me iba a buscar para llevarme a casa y las veces que salía de noche era con él al lado, así que no corría riesgo alguno.

—Estuve hablando con Euge —me dijo Delfi mientras me servía un mate.
—No sabía que hablaban —la miré sorprendida.
—Nos pasamos los teléfonos la última vez que estuve acá... Me estuvo hablando de Santiago.
—Ay, no... Le cae muy mal. Desde que lo conoció lo odia ¿Qué te dijo?
—Está preocupada La, y cree que tal vez a mi me escuchás...
—¿Preocupada? —reí —¡Por favor! Santi se preocupa por mi, me cuida, me protege, es romántico, es dulce... Lo que pasa es que nos escuchó discutir alguna vez, es una exagerada.
—A mi me parece que es celoso, posesivo y que te controla.
—Delfina, vos no sabés nada. No tenés ni idea, si, es un poco celoso, pobre... Pero es bueno, no pasa nada. Lo entiendo. Tiene sus miedos y sus inseguridades.
—Amiga, vos sos una mujer inteligente. Cuidate y no te dejes controlar, abrí los ojos —me agarró por los hombros y me miró fijo —Volvé a vestirte como querés, volvé a salir con tus compañeras de trabajo, volvé a hablar con todos los vecinos y a ser la persona graciosa y buena onda que sos. Te estás apagando Lali, estás dejando de hacer cosas ¡Si hasta dejaste de hacer pole dance y lo amabas!
—Hago lo que quiero y quise dejar de hacer esas cosas. La gente cambia con los años.

Mi Lugar Favorito En El Mundo ||Laliter||Where stories live. Discover now