Capítulo 12: ¿Celos?

884 77 65
                                    

Narra Peter.

Me desperté muy temprano para llevar los muebles viejos a tirar y de paso pedir trabajo en la planta de reciclaje. Abrí la puerta de la habitación de Lali, pero estaba profundamente dormida, así que cerré sin hacer ruido.
Verla y abrazarla, después de tantos años, me hizo sentir en paz. Estaba hermosa y a pesar de que por momentos su mirada era triste seguía siendo una mina fuerte que reía a carcajadas y te hacía reír con fuerza a cada segundo. Eso fue lo que siempre amé de ella su risa contagiosa.

Los chicos de la entrada se quedaron bajando las maderas de los muebles que había desarmado así que mientras entré en las instalaciones para ir a dejar mi currículum. Había una chica en recepción y de espaldas un tipo con traje.

—Hola, perdón —dije cuando me acerque.

—¡Peter!
—¡Agustín! —nos dimos la mano y un abrazo —No sabía que habías vuelto, pensaba que estabas en Uruguay.
—Y vos en España —sonrió.
—Tenía que venir a levantar la casa de mis abuelos.
—¿Qué hacés acá?
—Vine a tirar unos muebles y a dejar el currículum.

—¿Estás buscando trabajo?
—Si, la verdad que me vendría muy bien. Estoy planeando arreglar la casa y no tengo mucha plata.
—Bueno, sin problema. Podés empezar cuando quieras.
—¿En serio?
—Si, obvio, man. Necesito gente que quiera laburar. Acá se jubiló media plantilla y no hay mucha gente joven en los alrededores que quiera trabajar acá.
—Puedo empezar mañana mismo.
—Buenísimo, acá se hacen horarios de mañana y algún día del mes, de tarde o noche, pero normalmente estamos con horario de mañana.
—Perfecto, no tengo problema con el horario.
—Manuela, —miró a la chica de recepción que me sonrió y se colocó un mechón de pelo detrás de la oreja —te va a tomar los datos para darte de alta y ya te dice cuanto pagamos, los días libres y todo eso. Yo me tengo que ir porque tengo una reunión —miró su celular, que no paraba de vibrar —pero te dejo en las mejores manos —me dio una palmadita en la espalda —¡Bienvenido!
—Muchísimas gracias Agus, de verdad.
—A vos —se metió en su oficina.

Manuela me dio todos los papeles que tenía que firmar, me tomó todos los datos y me alegró saber que el sueldo era bastante más alto de lo que pensaba. También libraba todos los sábados y domingos, así que no podía quejarme.

—Siempre estamos haciendo cursos, algunos son obligatorios como el de riesgos laborales. Podés venir a hacerlo esta tarde y así mañana podés empezar a trabajar.
—Buenísimo.
—Este lo hago yo así que si querés pasarte a las tres, que es cuando la gente ya se está yendo a casa, estaría genial. Nos va a llevar unas dos horas, más o menos.
—Perfecto, Manuela.
—También tenemos otros para aprender a manejar algunas máquinas así que también te recomendaría que los hagas cuando saquemos plaza. Te van a servir mucho porque así podés trabajar haciendo otras cosas y no tenés que estar siempre en la cinta de reciclaje —sonrió —Y llamame Manu, por favor.
—Está bien, Manu, muchas gracias —me dio mi contrato —Nos vemos a las tres.
—¿Te gusta la comida china?
—Si —me sonroje un poco.
—Es que a esa hora es cuando como así que puedo pedir para los dos.
—No, por favor, no te molestes.
—Insisto, ese curso es muy aburrido. Prefiero comer y tomar una cervecita mientras te lo explico.
—Bueno, entonces quedamos así.
—¡Chau Peter! —salió de detrás de el mostrador y me dio la espalda así que no pude evitar ver como caminaba y como esa falda ajustada le marcaba el culo.
—Hasta después.

Mi Lugar Favorito En El Mundo ||Laliter||Where stories live. Discover now