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Salí del aula con la Vale detrás, ambos ya más relajados porque habíamos alcanzado a presentar esta clase.

—¿Sabís? Creo que nos fue súper bien, estudiamos caleta y confío en que mínimo nos sacamos un seis.

—¿Tanta fe? —le pregunté sonriendo, ya que ambos sabíamos que el profe era bastante exigente.

—Obvio.

Seguimos caminando por los pasillos hasta que vi a la Josefa en el campus, por que me despedí rápidamente de mi amiga y corrí hacia la pelinegra. Al estar ya a tan solo unos pasos reduje la velocidad y seguí caminando.

—Hola —la saludé al estar a su lado.

Ella desvió la mirada hacia mí y apretó los labios.

¿Cómo se supone que me tomo ese gesto...?

—Hola, Mateo —asintió con la cabeza.

Rasqué mi mejilla en un gesto nervioso y aclaré mi garganta antes de preguntar—: ¿Cómo estás?

—Bien, gracias —siguió caminando y la seguí.

—¿No me vas a preguntar cómo estoy yo? —no pude evitar sonreír.

Ella se mordió el labio inferior tratando de contener una sonrisa, pero no pude evitar agrandar más la mía al ver eso, dejó de caminar y me paré enfrente—. ¿Cómo estás, Mateo? —ladeó la cabeza.

—Bien, gracias —le di un pequeño asentimiento.

—Me alegro, ¿necesitas algo? Es que voy a comer. 

—¿Por qué vas a comer a la facultad de medicina?

—Me gustan los sándwich, aunque casi nunca como porque naturalmente traigo comida; pero me gusta también la vista que tiene del campus —se encogió de hombros.

—Ah, ¿la tuya no tiene buena vista?

—Supongo, pero la suya es mejor para leer, siempre hay poca gente las horas que tengo libre.

Asentí, comprendiendo lo que quería decirme.

—Te acompaño —hice un gesto hacia la cafetería.

—Mh... Bueno, ya —comenzó a caminar y la seguí.

>> ¿Tenías exposición? —apuntó hacia la cartulina.

—Sí, hice un dibujo en grande, antes de irme lo tengo que ir a dejar a la oficina del profe.

—¿De qué es?

—Un ojo.

—¿Un ojo? —frunció el ceño.

—Sí, un ojo —asentí—. En realidad, son varios dibujos, pero es uno principal y otros que se desprenden de él para ver las enfermedades.

—¿Y en qué te vas a especializar?

—Todavía no sé, me queda un poco de tiempo para dedicirme todavía.

—Pero tienes que declinarte por algo, ¿o no? —entramos en la cafetería.

—Sí... Me gusta hematología y oftalmología, así que en verdad estoy entre esos dos.

—Algo es algo, ya tienes solo dos opciones.

—Supongo... Oye, ¿no vas a ir a comprar un sándwich? —apunté hacia la caja.

—No, hoy me traje comida —siguió caminando hacia una mesa.

Me senté en frente mientras ella sacaba de su mochila un táper con dos sándwiches dentro.

Péscame poDonde viven las historias. Descúbrelo ahora