🔸️Capítulo 2 - Lo que son

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Es temprano. Muy. Lo sabe porque el sol ni siquiera salió, desde la ventana de su habitación puede verse la oscuridad y oírse el silencio. Suspira cada diez minutos. Tiene los ojos abiertos y cuando prende la luz del velador sus córneas se dilatan. También están un poco rojas porque no durmió más de cuatro horas. Le duele la cabeza y apaga el velador. Cierra los ojos, cuenta hasta diez, pero vuelve a prenderlo. El techo parece más entretenido que cualquier cantidad de ovejas que pueda contar para conseguir el sueño. La sombra de una telaraña lo desorbita y se le cierra el pecho cuando descubre a la araña madre quieta en un rincón porque con el juego de prender y apagar el velador la desconcentró de su trabajo. Otra vez vuelve a apagar el velador, pero otra vez vuelve a prenderlo porque si no va a dormir por culpa del insomnio, menos va a dormir si sabe que está conviviendo con una araña. Camina descalzo y en calzoncillos hasta la cocina, busca la escoba y también una ojota que encuentra en la puerta del baño. Se sube a la silla giratoria y calcula la distancia que la separa del insecto. No, no llega. Entonces se sube al escritorio, con todo lo que ello implica en inseguridad. Arruga un poco la nariz por el asco, también sacude el cuerpo por la impresión. Se auto-convence con frases de «Vamos, Peter. Vos podes. Es solo una araña, pensá en el placer de tirarla al tacho después de haberla matado», y dos segundos después piensa que menos mal nunca decidió ser agente, detective o sicario porque hasta la víctima se le reiría en la cara. Tiene todo bajo control, ya acomodó la ojota en la mano, vuelve a calcular la distancia, amaga tres veces para que la araña no se mueva, pero cuando toma la decisión de por fin acabar con ella, la susodicha mueve sus patas largas tan rápido que él se asusta, da un latigazo al aire con la ojota y, al querer bajar, pisa la silla giratoria que se mueve, lo abre de piernas y lo deja caer de espalda al suelo ocasionando una explosión que quizás ya despertó a todo el edificio. Araña 1 - Peter 0.

Para las nueve de la mañana, Peter todavía está despierto, con los párpados al caer y mirando sin ver un reality de tortas. Está sentado en el medio del sillón y una frazada verde le cubre el cuerpo. Cada tanto cabecea y si no se acuesta es porque hay una caja protegida con cinta scotch impidiéndoselo. Podría comer los cereales de la caja, pero ya desayunó yogurt de frutilla con un pan con manteca al que le espolvoreó mucha azúcar. Delfina entra al departamento con su copia de llaves y tiene que hacer fuerza al abrir la puerta porque un pilón de cajones de verdura se lo prohíbe. Mete la panza hacia adentro y camina de costado cual cangrejo para cruzar y queda perpleja cuando ve el caos que hay en ese departamento recién alquilado. En la mesada de la cocina hay una pila de ollas y platos que nunca fueron acomodados en su alacena, las bolsas de consorcio cargadas de ropa todavía están sin abrir formando una montaña al lado del balcón, las cajas que fueron abiertas no se tiraron y las que no todavía están esperando a que alguien las vacíe.

−Cuando la necesidad de mudarte solo male sal -dice y deja el manojo de llaves a un costado de la barra que divide la cocina del comedor pequeño que en realidad Peter lo decoró como living- ¿Estás vivo? -se para a su lado y lo mira sentado con los ojos cerrados.

−¿Qué hacés acá? -abre un ojo.

−Mamá me mandó a buscar ropa sucia para mandar a la lavandería, pero no sé si me va a entrar en la bolsa el departamento. ¿Te sentís bien?

−¿Me ves bien?

−No, por eso pregunto -con un pie corre un bollo de ropa, busca el control remoto y cambia de canal- ¿Seguís con insomnio?

−Hace un mes que no duermo, Delfina.

−Te estás acostumbrando a vivir solo, calculo que debe ser lo normal. Ahora, digo yo, durante esas horas que no dormiste, ¿por qué no te dedicaste a ordenar el departamento?

−Es que ordeno y se vuelve a desordenar.

−Sí, porque en el contrato de alquiler decía que incluía duendes -dice mordiéndose el labio. Peter le responde al mismo tiempo que bosteza y no se entiende nada- si sabías que no ibas a poder solo, hubieras pedido ayuda. Tenés amigos, tenés familia y tenés novia -deja en el canal donde se emite una película infantil- cualquiera se hubiera acercado a hacerlo.

CUANDO EL AMOR ES DE ENGAÑOWhere stories live. Discover now