🔹️Capítulo (1)2 - Sexo oral

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-Candela... -Lali está parada en la entrada del departamento, sobre la alfombra de bienvenida, sosteniendo una caja grande que le cubre hasta la cabeza.

-¿Qué? -y Candela le impide el paso porque está sostenida del picaporte mirando como su monoambiente empieza a crecer de a poquito.

-¿Vas a estar mucho tiempo más interrumpiendo el paso o voy a poder pasar? -y Candela se corre después de una disculpa susurrada.

Tres meses antes a que Candela se reciba, recibe el llamado de una empresa textil para formar parte del sector de recursos humanos, siendo la segunda mano derecha de quien sería la jefa de la socióloga encargada de manejar el departamento. Segunda por una cuestión de derecho de piso a ganar, pero antes que estar trabajando en el call-center que le quemaba la cabeza, prefería inmiscuirse en el mundo al que le había dedicado tanto tiempo de estudio. Cuando asegura su puesto laboral, después de una prueba de casi medio año que la tuvo padeciendo picos de estrés, sus padres le regalan un departamento monoambiente en la zona de Caballito. Bueno, sus padres y sus tíos, tías, abuelos y abuelas, y seguramente algún primo segundo que ve una vez al mes por culpa de los cumpleaños. Todos fueron testigos del amor y la dedicación que Candela le puso a la profesión, entonces no dudaron en regarle algo que siempre quiso, más que nada para que deje de viajar dos horas y media hasta su casa que quedaba del otro lado del puente. Además, Lali la invita a formar parte de la asociación en la que ella también se desempeña realizando proyectos en una agencia social dedicado a jóvenes con discapacidades. Así que mientras intentaban reconstruir el programa del espacio en el que están dedicadas, Candela le contó que estaba lista para iniciar la mudanza y que necesitaba ayuda. Pero no cualquier ayuda, si no la de alguien que fuese sincera.

-En esa esquina pondría una planta para que haya algo de color y sacá ese velador porque es una porquería -señaló Lali y Candela obedece. De esa clase de sinceridad habla.

-Me lo regaló mi abuela, pero bueno... hacía rato que quería tirarlo -y lo mete en una bolsa de consorcio donde va la basura- ¿Te gusta cómo está quedando?

-Sí -Lali se sienta en el borde de la cama de dos plazas que está cruzada a un lado de la puerta corrediza del balcón que da al pulmón de la manzana- me imagino que vas a poner cortinas.

-Las tengo guardadas en algún lado -y busca entre las mochilas de tela y los bolsones de ropa- mañana voy a recorrer algún bazar para comprar platos, ollas, vasos... mi vieja quería pasarme los que ella había heredado de mi bisabuela, pero pretendo seguir sintiéndome jóven por muchos años más.

-¿Hoy ya te vas a quedar a dormir?

-Creo que sí.

-¿Conociste a algún vecino?

-No, todavía. Hable con el portero y me dijo que después le pase mi número así me agrega al grupo de whatsapp de los vecinos.

-Guarda -Lali desliza el dedo por debajo de la piel del ojo derecho- así empiezan muchos.

-Por favor, tiene como setenta años -Candela gesticula cara de asco.

-Verdes hay en todos lados, gorda. ¿Por qué no le decís a Brian que te acompañe?

-Se... -Candela no está convencida y casi que ni modula. Levanta una bolsa y la sube a la mesa cuadrada.

-Además es la excusa perfecta para estrenarlo -Lali guiña un ojo con un doble sentido que Candela entiende y por eso sonríe un poco, pero no parece estar interesada porque se concentra en revolver la ropa que está dentro de la bolsa- ¿Está todo bien?

-Sí.

-¿En qué estado está la relación?

-En que recién nos estamos conociendo.

CUANDO EL AMOR ES DE ENGAÑOحيث تعيش القصص. اكتشف الآن