🔹️Capítulo (1)6 - Se anula el contrato

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En la feria artesanal de Parque Centenario siempre van a encontrar gente recorriendo los puestos y ahí está Peter escuchando la explicación de un vendedor que le cuenta cómo pintó una maceta. Él le presta atención de brazos cruzados y asintiendo a cada oración como si fuese un experto en las artes visuales, pero en realidad siempre le gusta escuchar cuando los demás tienen algo interesante para relatar. Y si ese interés tiene que ver con sus profesiones, mucho más. Lali esquiva un par de cuerpos que van contra mano y revolea los ojos cuando lo reencuentra en la misma posición que lo dejó cuando se fue a comprar un jugo del otro lado de la avenida. Entonces se acerca, le sonríe empática al vendedor que le responde el gesto sin abandonar su relato y se dedica a esperar los minutos suficientes -o los que el calor le permitan.

-¿Te falta mucho? -le cuestiona a Peter. Él está inclinado frente a las macetas y las mira con una atención bastante extraña.

-Es muy difícil tener que elegir -esboza- voy a seguir recorriendo, Marcelo. ¿Te parece si vuelvo en un rato? -le consulta al vendedor y éste asiente del otro lado de la mesa, protegido bajo un techo de lona y tomando un mate que le cebó su esposa- nada me convence, che -se queja después y cruza un brazo por encima de los hombros de Lali para seguir caminando por el pasillo angosto que hay entre los diversos puestos.

-¿Pensaste en algo concreto?

-No. Siempre me dijeron que cuando hacés un regalo, el objeto te dice que es el indicado -y ella levanta un poco la cabeza para mirarlo con una sonrisa ladeada.

-¿Por eso mirabas así las macetas? ¿Esperabas a que alguna te hable? -bromea y él le pellizca el hombro donde su mano cuelga- andá a lo simple. ¿Qué le gusta a tu mamá?

-Romperme las pelotas.

-Además.

-No sé... la música, artesanías, cualquier cosa que encuentres en una feria.

-Entonces comprale cualquier cosa que encuentres porque todo le va a gustar -concluye.

-Qué fácil es hablar cuando el regalo es para madre ajena.

-Por eso la mía sigue en Bahía -agrega. Él esboza una risa y después frena porque se detiene a ver cómo una mujer hace formas quemando vidrio- ¿Le gusta leer? Porque si no querés gastar mucho acá venden libros usados muy buenos -recomienda y saca el celular del bolsillo de la campera para leer los nuevos mensajes.

-No, lo único que leía era el horóscopo de la revista Viva -y ella se ríe- también pensé en una caja de bombones.

-Pero eso lo podés comprar por allá, sé un poco más creativo.

-No puedo ser creativo con alguien que a veces plantea una posible teoría sobre el terraplanismo. Estudiar la conducta humana en sociedad no te obliga a tener que escuchar estupideces todos los días... -pero Lali no le responde porque está concentrada en el mensaje y Peter alcanza a leer por encima de su cabeza- ¿Escracharon a Stéfano también en la casa?

-Sí. Y una de las profesoras de la tesis le anuló su colaboración -agrega.

-En el grupo de la facultad lo estuvieron matando.

-No leí, pero me enteré. No siento pena -dice y vuelve a guardar el móvil.

-Yo tampoco -y le acaricia el hombro con dos dedos- sí me sorprendió la cantidad de testimonios que salieron después de tu relato.

-El que lo hizo una vez, lo hizo siempre, Peter. ¿En serio ustedes nunca se dan cuenta de esas cosas o prefieren cubrirlas? -le cuestiona y cierra un poco los ojos cuando lo mira porque el sol le golpea en la cara.

CUANDO EL AMOR ES DE ENGAÑOWhere stories live. Discover now