Cartagena

3.9K 328 122
                                    

POV Calle

La sangre de mi cuerpo estaba hirviendo a más de 80°C del coraje y la rabia que estaba sintiendo.

Poché era una estúpida. ¿Cómo se atrevía a hablarme así?

Entré echando pestes de ella, pensando en que había sido una pésima idea esperar su llegada en su departamento y sobre todo haber aceptado acompañarla por Ramón.

Aunque, a decir verdad, también quería verlo, pero no bajo esas circunstancias.

─Hermana, ¿Qué pasó? ¿Cómo te fue con...─Juliana quería empezar a preguntar en cuanto me vio entrar a casa. No sabía que ella estaba aquí y no era el mejor momento para que estuviera aquí.

─¡No me hables de ella por favor!─exigí sin cuidado de gritar llevándome la mirada de desacuerdo de mis padres, quienes ante mi portazo indicando mi entrada, prácticamente corrieron a ver lo que sucedía.

Los miré con rabia, pero no rabia contra ellos, rabia contra Poché que se estaba reflejando y desquitando con mi familia claramente. Cuando me di cuenta de que no debía actuar así porque no era su culpa preferí cerrar los ojos, suspirar y seguir mi camino hacia las escaleras.

─¿Pero qué?...─escuché a Juliana confundida dirigiéndose a nuestros padres.─Daniela, ¡Daniela!─empezó a llamarme por detrás de mi.

─Juli, por favor.─llegamos al segundo piso, abrí la puerta de mi habitación y finalmente me senté en mi cama sobándome las cienes.─No me provoques más dolor de cabeza.─ella se sentó a mi lado sobando mi espalda con toques suaves intentando tranquilizarme.

Mi hermana insistió en que le contara que había pasado, puesto que ella se había enterado de la pequeña sorpresa que le quería hacer a Poché, una sorpresa que claramente me la llevé yo al final de la noche.

Al final de la plática cuando ella tuvo que regresar a su hogar, me aconsejó sobre otras cosas. Me había tranquilizado bastante hablar con ella.

Los días siguientes que pasaron, miles de notificaciones e historias provenientes de Poché y Sam invadieron mi celular, indicando solo una cosa.

Que a pesar de todo seguían siendo la mejor pareja LGBT actualmente.

Y que yo estaba prácticamente en el olvido, sin una simple disculpa de su parte por tratarme de esa forma.

─No quiero trabajar más.─me quejé dejando caer mi cabeza en el teclado de mi computador.─No he dormido bien desde hace una semana, ¿Pueden creer eso?─me dirigí incorporándome mirando a mis compañeros frente, detrás y junto a mi.

Las hermanas Villa seguían sin trabajar junto a mi pero tampoco estaban tan lejos de nosotros.

─Calle, solo tenemos veinte minutos trabajando en el proyecto.─indicó mi amigo Andrés mirando su reloj de mano.─Faltan siete horas con cuarenta minutos más.─giré mi cabeza hacia el, ya que estaba a mi lado izquierdo trabajando.

─¿¡Siete horas!? Dios, voy a morir.─exageré dejándome caer hacia atrás en la silla. Carolina tomó mi hombro soltando pequeñas carcajadas a mi lado derecho.

─Tranquila, ya mañana estarás en Cartagena disfrutando de tus vacaciones amiga.─me recordó con una sonrisa contagiosa. Me incorporé sobando mi mentón.

─Nunca había viajado con amigos, ¿Pueden creer eso?─dije pensativa.─Aunque hubiera querido que ustedes también vinieran.─tomé la mano de Andrés y Carolina quienes no venían al viaje con nosotros.

─En otra ocasión será.─Carolina siempre tan linda apretó mi mano combinado con un guiño.─El trabajo llama así que será mejor darse prisa.─me solté de los dos y seguimos con nuestro trabajo, yo con semejante pereza claramente.

POR SIEMPRE TUYA (CACHÉ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora