Irresistible

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POV Poché

El día de ayer fui rechazada por la única chica que me había rechazado en mi vida.

Me había armado de valor para dar el siguiente paso después de los coqueteos con la diseñadora pero fue un fracaso total.

Aunque curiosamente mientras más me acercaba a intentar besarla, ella se mantenía quieta sin quitar sus ojos de mis labios. No se movía, no me apartaba, simplemente esperaba cualquier movimiento mío.

Hoy Daniela había llegado desde temprano junto con a los chicos que iban a montar lo que faltaba y terminar de pintar las habitaciones. Alejandra había llegado hace un momento, lo cual agradecía, no quería volver a intentar algo con la diseñadora y ser rechazada una vez más.

─Ay Poshé, tengo hambre.─chilló Alejandra abrazándome del cuello.

─Vamos a comer, yo también muero de hambre y no creo que terminen pronto.─dije tomándola de la cintura. Ella pegó un pequeño salto de alegría, besó mis labios y corrió a la puerta.

─¿Quieres que te traiga algo de comer Calle?─pregunté acomodándome la ropa, ella estaba en el pasillo hablando con un chico.

─No gracias.─fue cortante, ni siquiera me miró.

Preferí dejarlo así. Me limité solo a suspirar y finalmente salir junto a mi entrenadora.

Terminamos de comer la pizza vegetariana que tanto quería la chica y regresamos al departamento entrando en medio de un millón de carcajadas que me había sacado la chica y todo por una graciosa historia entre ella y un chico del gimnasio.

─No puedo con tanto en serio.─dije en medio de una gran carcajada.─Que chico tan idiota.─Daniela nos miró a ambas fijamente, me tranquilicé y le sonreí débilmente a la diseñadora.

─¿No han terminado?─Ale se dirigió a los trabajadores.─Dios, que lentas son estas personas.─rodó los ojos, Daniela hizo lo mismo fastidiada por la actitud de la entrenadora.

─De hecho ya terminamos María José.─Daniela ignoró a Alejandra y se dirigió a mi llamándome por mi nombre original.─Están por irse los chicos y estoy por irme yo.─asentí con la cabeza. Pronto escuché como Alejandra hablaba por teléfono con alguien, lo cual decidí ignorar. Me senté a esperar en una de las sillas altas de la barra y comencé a jugar Candy Crush intentando no aburrirme mientras terminaba su llamada.

Tardó un par de minutos en la llamada hasta que sentí ligeros besos húmedos en la parte trasera de mi cuello, me había hecho una coleta alta, por lo que facilitaba el trabajo y no era un impedimento mi cabello.

─Tengo que irme, un amigo necesita mi ayuda pero prometo compensar lo que quedó pendiente hoy.─susurró en mi oído mordiendo con suavidad el lóbulo de mi oreja.─Chao.─me giró para besar mis labios y se fue. No me dio ni oportunidad de responderle nada.

Daniela había visualizado la escena de los besos en mi cuello y lo que había provocado en mi al dejarme así con esos simples besos. No me había dado cuenta pero ya todos se habían ido, solo quedábamos ella y yo en la sala-comedor tal y como nos habíamos quedado ayer.

─Bueno...Mi trabajo aquí ha terminado.─habló la castaña de cabello hasta debajo de los pechos llamando mi atención.─Espero que te haya gustado la decoración de tu nuevo departamento.─sonrió tímidamente.

Nos resultaba incomodo estar cerca a ambas, más a ella que a mi, podía notarlo por la tensión de su espalda y brazos pero decidió dejarlo a un lado y actuar como una profesional. Calle me dio un pequeño tour por todo el departamento, me explicó por completo todo lo que habían hecho en cada habitación, en cada espacio modificado y yo no podía quitar la cara de felicidad y gusto por el resultado tan esperado por mi.

POR SIEMPRE TUYA (CACHÉ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora