Capítulo 7. Aterrada

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~Genave~

Camine de manera decidida a la habitación donde se encontraba mi hija. Debía sacarla de allí, debía marcar distancia con aquella gente, porque hoy había quedado demostrado que no podía confiar en ellos, sabía que al final intentarían quitármela y solo pensar en ello me enfermaba. Escuche unas fuertes pisadas detrás de mí y cuando mire sobre mi hombro observe como Emiliano se acercaba. Aquel hombre me ponía los pelos de punta y también me hacía sentir pequeña ante su presencia, pero ya estaba decidido y nada de lo que dijera me haría cambiar de opinión.

—Estas colmando mi paciencia—lo escuche decir. Detuve mis pasos y me gire para enfrentarlo.

—No midas fuerzas conmigo, porque si nos vamos al terreno legal ustedes tienen todas las de perder—me sujeto con fuerza por el brazo y me llevo muy cerca de él. Sentí todo el peso de su mirada y como esta transmitía todo su sentir. Emiliano se me había insinuado y sabía que la idea de casarme con él había sido solo suya, pero yo ya había jugado este juego y había perdido, no pensaba hacerlo nuevamente.

—No me provoques pequeña, sabes que tengo muchas formas de obligarte hacer lo que quiero, pero deseo que lo hagas por voluntad propia—su mirada era como una llamarada y debía admitir que el hombre frente a mí era el sueño de cualquier mujer y lo había pensado, debía admitirlo. Una vez hace algunos años pensé que quizás si debía aceptar rehacer mi vida, pero definitivamente no podía ser con él.

Le pedí con la mirada que me soltara y sentí un leve escozor ahí donde había cerrado sus dedos, sabía que tenía cuidarme que un solo paso en falso les daría ventaja, pero no sería tan fácil, nunca les había dejado las cosas tan fáciles a ellos. Seguí mi camino dejándole en aquel pasillo y me enfoque en lo que era realmente importante volver a Nueva York con mi hija.

Entre en aquella habitación y Alice acomodaba la ropa de Rubí en el perchero mientras la niña jugaba con su tableta. Mire a la mujer y trate de analizar bien mis siguientes palabras. Sabía que Alice era intima de Nastia y por ende le contaba todo por algo todavía seguía trabajando con esta familia y también creo que atendía en otros asuntos a Emiliano.

—Disculpa, pero necesito que acomodes todo nuevamente en la maleta.

— ¿Perdón?—cuestiono con tono brusco.

—Nuestra estadía será corta, pon todo nuevamente en la maleta—trate de hablar lo más sutil posible para no llamar la atención de Rubí y Alice con poco gusto comenzó a poner todo nuevamente en el interior de aquella maleta.

Camine hacia mi hija y esta me regalo una tierna mirada. Deje un beso sobre su cabeza y me apresure a buscar mi teléfono celular debía decirle a Gina que mi regreso a casa se había adelantado, sabía que con aquello lloverían las preguntas y cabe destacar que no le había comentado nada sobre las insinuaciones de Emiliano. Sopese por un segundo si enviarle un texto o llamarla, opte por lo primero, porque de todas formas ella me llamaría.

"Necesito cambiar mis pasajes para esta misma noche"

Ni siquiera recuerdo haberle dado a la tecla de enviar y mi hermana ya me estaba llamando.

¿Qué paso?—se apresuró a preguntar.

—No puedo hablar aquí—dije cortante y mire donde se encontraba Alice.

Entonces regresa aquí primero y luego vas a Nueva York, tengo que saber que pasa para poder ayudarte—pensé cuidadosamente en su propuesta, pero si hacia aquello podría levantar sospechas.

—Iré a casa. Allison ha pasado demasiado tiempo sola en la oficina sabes que me necesita—All y yo habíamos puesto nuestra propia oficina de abogados. La corrupción que envolvía aquel mundo nos había golpeado demasiado duro, tomar aquella decisión fue la mejor de nuestras vidas.

Está bien, ya estoy haciendo lo que me pediste te enviare la confirmación en un momento—Gina se escuchaba realmente preocupada, pero mientras estuviera en mis manos la mantendría fuera de todo esto.

—Gracias Gigi, te quiero—dije al tiempo que terminaba aquella llamada y observe a la mujer terminar de organizar la pequeña maleta de mi hija. Era más que obvio que había estado más que atenta aquella conversación.

—Dile a tu señora que necesito hablar con ella, yo terminare de arreglar la maleta—hizo una inclinación de cabeza y salió de aquella habitación con el rostro ensombrecido, pero yo tenía que dejarle claro aquella mujer que no aceptaría ninguna de sus propuestas.

***

Habíamos salido en el vuelo de medianoche con destino a Nueva York. Nastia se había contenido de decirme las cosas que sabía quería decir y acepto a regañadientes mi decisión, pero sabía que aquello no había terminado, tenía más que claro que Emiliano y ella buscarían la forma de joderme. Descanse la cabeza sobre el respaldo del asiento y aparte el cabello que se arremolinaba sobre el rostro de mi pequeña. Era tan tierna e inocente y una niña realmente especial y la protegería con mi vida, la mantendría lejos de aquel mundo sucio mundo empañado por la sangre.

Y no se porque Leo llego a mis pensamientos en aquel momento sin estarlo esperando. Pero debía admitir que algo se removió dentro de mí al recordar aquella noche, ni siquiera había tenido tiempo de procesar lo que había ocurrido entre nosotros, habida sido intenso, delicado y perfecto, la última vez que algo así había pasado en mi vida era lejana y fría, un recuerdo doloroso que todavía al día de hoy me perseguía. Sin embargo todo había comenzado y terminado allí, en aquel cuarto de hotel aunque el deseo de volver a sentirlo me perseguía. Y era triste pensar que aquella aventura se había quedado sobre aquellas sábanas blancas, porque realmente me aterraba la idea de volver a enamorarme.

Lo claro y oscuro del placer (Libro #3 serie Oscura +18)Where stories live. Discover now