Capítulo 38. Seguir adelante

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~Rubén~

6 meses después

Me estaba acostumbrando a mi nueva vida lejos del peligro y la oscuridad. Comenzaba a formar un vínculo con mi hija y eso era lo que más me importaba en este momento; Rubí comenzaba a llamarme papá, no podía pedirle más a la vida. Toque el timbre y espera paciente a que abrieran la puerta. Me quede sin palabras cuando lo hicieron. Genave se veía tan hermosa con aquel vestido blanco, aquellas flores adornando su cabello y esa hermosa sonrisa que iluminaba su rostro y me pregunté ¿Qué si algún día la superaría? No lo sabía, pero lo que si sabía era que verla sonreír al fin me regalaba la paz que tanto necesitaba.

—Hola—saludo con amabilidad—Pero no te quedes ahí pasa—entre avergonzado y nos quedamos allí un momento en silencio.

No sabía ni porque había aceptado aquella invitación. Genave y Leonardo celebraban la revelación del sexo de su hijo o hija y por una extraña razón no pude negarme a venir, me decía que solo era para poder estar con mi hija, sin embargo teniendo a Genave frente entendí que la principal razón había sido volver a verla. La contemple por un segundo su vientre estaba abultado, pero eso no cambiaba nada, al contrario resaltaba su belleza.

—Te ves feliz—me regalo aquella mirada suya y tuve que contenerme para no acortar la distancia entre nosotros.

—Lo estoy—admitió y fue demasiado cruel al decirlo, sin embargo le agradecí el que fuera sincera.

—Me hubiese gustado ser yo la razón de tu felicidad—dije sin poder contenerme. Su rostro cambio totalmente, porque sabía que muy en el fondo todavía mi presencia le afectaba.

—Rubén...—pero no le permití continuar, entendía, sin embargo tuve la necesidad de hacerle saber que todavía la amaba.

—Te amo, pero no haré nada para lastimarte ni mucho menos para estropear tu felicidad—Leonardo nos acompañó en aquel momento y me saludo con un movimiento de cabeza.

—Es hora—anuncio y envolvió su brazo sobre su cintura.

Camine detrás de ellos y Rubí salto sobre mí en cuanto me vio, deje un beso sobre su mejilla y me sentí reconfortado. Quizás no podía tener a Genave conmigo, pero saber que me estaba ganando el amor de mi pequeña hacia que todo esto fuera menos doloroso. Me uní al grupo de personas allí reunidas entre ellos Alessio y Gina. La pequeña salto de mis brazos, pero antes de irse se acercó para susurrarme.

—Voy a pintar a mamá y Leonardo, así que no te muevas de aquí ¿entendido?—asentí con una sonrisa mientras ella corría hacia ellos. Rubí estaba muy pequeña para entender muchas cosas y decidimos que por ahora era mejor no hablar con ella sobre porque estuve tanto tiempo ausente en su vida. La amiga de Genave se acercó a ella, mientras Gina les cubría los ojos a los futuros padres.

Sabía que mi presencia sobraba, aunque pensarlo no cambiaba nada. No cambiaba el hecho de que aprovecharía cada segundo que pudiese pasar con mi hija, aunque eso implicara tener que soportar verlos juntos. Allison tomo el micrófono y observe al asistente de Alessio mirarla de forma extraña, aunque teniendo en cuenta lo sofisticado que se veía Alexander la chica no parecía ser para nada su tipo.

—Pues ahora ha llegado el momento que tanto hemos esperado—dijo de manera entusiasmada y todos soltaron gritos eufóricos.

Rubí introdujo las manos en un tarro que tenía junto a ella y sus manos se tornaron de color azul provocando que todos gritaran de alegría. Poso sus manos primero sobre Leonardo y luego sobre el vientre descubierto de su madre. Sabía que para los Lombardi un primogénito varón era el mayor de los privilegios y Leonardo tuvo la dicha de obtener tal honor; me alegraba por ellos, aunque hubiese dado todo por ser yo quien estuviera junto a ella. Les descubrieron los ojos y pude ver la emoción que transmitían al descubrir el sexo de su bebe y di media vuelta con la intención de salir porque necesitaba alejarme, pero escuchar aquella voz lo impidió.

—Papá—me gire hacia ella y volví atraparla entre mis brazos—Te dije que esperaras por mí—me reprocho.

—No voy a ningún lado—afirme—Nunca volveré a irme—enredo sus pequeños brazos en mi cuello y yo la abrace con más fuerza.

Atrape a Genave mirando en nuestra dirección y me encanto ver aquella sonrisa genuina aflorar a su rostro. Nada cambiaría el hecho de que compartíamos una intimidad que nada en el mundo podría romper, ni siquiera el estar separados terminaría con aquello que algún día nos unió y la pequeña en mis brazos era la confirmación de que aquello que tuvimos había sido único y real.

—Hola, disculpa soy Crista la secretaria del señor Lombardi—deje a Rubí sobre sus pies y esta salió corriendo donde se encontraba su madre, mientras yo deposite todo mi atención en la mujer frente a mí—Lo siento no quise interrumpir es que lo vi con la niña, y como no le había visto antes me pareció que era incorrecto que la cargara—le regale una sonrisa petulante y pude ver como arrugaba el rostro.

—No se preocupe, soy su padre—me regalo una rara expresión y pude notar que se sintió avergonzada.

—Ay, como lo siento soy bastante entrometida a veces—se mordió el labio inferior y yo apreté lo puños dentro de los bolsillos de mis pantalones.

La mujer frente a mí no era despampanante, pero debía admitir que se veía malditamente caliente la forma en que resaltaban sus pechos con aquel vestido y si, admito que hace solo unos segundos atrás me revolcaba en la desdicha de no tener a Genave, mis pensamientos en este momento podían sonar contradictorios, pero solo estaba resaltando lo que veían mis ojos. Dio un trago a la copa que tenía en la mano y yo di un paso hacia ella quien hecho los hombros hacia atrás cuando se percató de mi cercanía.

— ¿Que cree que hace?—pregunto con el ceño fruncido y extendiendo la mano le quite un papelito de colores que tenía en el cabello, lo sople frente a ella y me aparte sin dejar de mirarla de manera intensa.

—Por cierto, soy Rubén Patrovick—dije con voz profunda y la observe abrir los ojos con sorpresa al escuchar mi nombre, pero no se apartó de mí solo me regalo una sonrisa coqueta. Quizás este encuentro había sido solo una coincidencia o quizás para mí también había llegado el tiempo de seguir adelante.

Lo claro y oscuro del placer (Libro #3 serie Oscura +18)Where stories live. Discover now