Capítulo 16. Arriesgarme

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~Leonardo~

Antes ese mismo día

Las primeras líneas de aquel correo me dejaron helado. Mientras Alessio me arrastraba con él al salón de conferencias no pude evitar descargar aquel documento en mi móvil para echarle un vistazo. Saber que aquella niña llevaba sangre Patrovick cambiaba el juego y era que aunque Genave comenzaba a meterse en mi cabeza, aquello me obligaba a dar un paso atrás. Nadie se metía con la mafia Rusa.

Alessio me miro por encima de su hombro y me guarde el móvil en el bolsillo. Sabía que me haría preguntas sobre mi visita de aquel día, aunque no sabía porque presentía que él ya estaba al tanto de todo lo que había pasado. Tenía la certeza de que me tenía vigilado, solo esperaba por el bien de todos que él no estuviera al tanto de que aquella mujer trabajaba para la petrolera, porque ahí si era verdad que ocurriría un choque de titanes.

—Señores Lombardi—dijo una de las asistentes abriéndonos la puerta. Salude con un gesto de cabeza y me acomode en uno de los sillones cercano a mi primo.

—Antes que nada—dijo Alessio mirándome fijamente— ¿qué mierdas paso en la filial?—mi primo podía causar miedo cuando se lo proponía, este era una de esos momentos.

—Tuve un contratiempo—dije cortante.

—Un contratiempo llamado Brizna Princeton—lo mire sorprendido, pero antes de poder decir nada Gina entro al salón.

Los mire a los dos con sospecha, porque si Alessio iba hablarme de trabajo no era necesario que su mujer estuviera aquí. Gina me regalo una pobre sonrisa y la sentí algo nerviosa. La señora Lombardi no era de las que se ponían nerviosas, ella causaba que los demás tuvieran nervios, sin embargo ahora parecía estar ansiosa y preocupada. Eso disparo mis alarmas.

—Entonces sabes sobre Brizna—dije sin poder aguantarme.

—Tus padres tuvieron sus razones. Toda esta vida de lujos que tienes es porque ellos te han protegido no seas malagradecido y deja de comportarte como un mocoso de primaria—Gina coloco la mano sobre la de su esposo y este la miro de manera intensa.

—Estamos aquí por otra razón cariño. Sus asuntos familiares los pueden resolver en otro momento—me mordí la lengua porque tenía la certeza de que si decía algo fuera de lugar a su esposa, Alessio no dudaría en golpearme.

—Por lo que veo no estoy aquí para hablar de trabajo—mire a Gina, luego Alessio esperando que uno de los dos dijera algo rápido aquel suspenso me ponía los pelos de punta.

—Tenemos una propuesta para ti—mire a mi primo con interés, porque no se tomaría tantas molestias si aquello no fuera importante.

—Tenemos más que claro que estás pasando esta situación con tu padre por el poco interés que has mostrado por la empresa familiar—dijo Gina y no pude evitar mirarla de manera intensa y con las cejas levantadas—No me malentiendas, lo que hagas con tu vida o no, no nos incumbe, sin embargo queremos ayudarte a ir un paso adelante.

—Haz un compromiso formal con Genave—Soltó Alessio sin más, como si aquello fuera como ir de compras—no sería un compromiso verdadero, los dos se benefician de esta alianza y al final deciden tomar caminos diferentes de todas formas eso no afectara el resultado—tenía que explicarse mejor porque no estaba entendiendo una mierda.

—A ver si entendí. Quieres que me comprometa con la mujer de un mafioso—Gina golpeo la mesa al tiempo que se ponía de pie y me miraba con molestia.

—Ella no le pertenece a nadie—Alessio trato de calmar a su esposa quien parecía tener fuego en la mirada. —Es la madre de esa niña. Su sangre es la misma que la de esa familia que quieren ustedes ¿qué me maten? Pensé que éramos familia Alessio—mire a mi primo confundido.

—Nunca dejaría que te hagan daño, no seas estúpido y ¿cómo tienes tú esa información?—sabía que nada se le podía escapar aquel hombre.

—Recuerda que ante que todo, soy un maldito Lombardi—Y él sabía a lo que me refería, no tenía que agregar nada más.

Me puse de pie y decidí que era el momento de salir de allí. Aquella propuesta, aunque muy conveniente era demasiado peligrosa y sabía que entendería mejor todo este asunto cuando terminara de leer aquel correo electrónico. El móvil volvió a sonar y no sé porque presentí que se trataba de otra llamada de mi padre, pero antes de poder sacar el aparato del bolsillo alguien choco mi hombro.

—Disculpa—dijo aquel hombre que aunque llevaba lentes oscuros y una gorra su rostro me pareció conocido, pero no recordaba donde podría haberlo visto antes.

—No hay problema—respondí siguiendo mi camino aunque con una extraña sensación que no pude comprender en aquel momento.

***

El sol se había ocultado cuando regresa aquella casa y había tomado una decisión que quizás hubiese sido mejor tomarla antes de hacer el berrinche con primo, porque me encontraba cegado por el deseo que corría por mis venas, ese que todavía podía palparse y que aunque era demasiado tentador también podría volverse realmente peligroso. Escuche la risa de la pequeña niña y todavía no podía creer que aquel ser tan inocente y puro hubiese sido engendrado por un hombre con aquella reputación. Uno sanguinario y sin una pizca de escrúpulos.

Todos se encontraban reunidos en la sala de descanso y Genave dibujaba con su hija sentada junto a ella sobre el piso alfombrado. Desde el punto de vista de cualquiera era solo una simple escena de una madre enseñando a dibujar a su hija, pero teniendo conocimiento de lo que sabía ahora era un poco aterrador mirarlas. Era excitante y aterrador saber que ella había estado entre las redes de la mafia.

—Largo día—comento mi primo y todos miraron en mi dirección. Genave y yo cruzamos miradas y aunque solo fue un segundo pude percibir que quería decirme muchas cosas con ella.

—Si—dije apartando mis ojos de ella—Y creo que es mejor que me quede en un hotel hasta que termine el viaje—fue imposible no mirar su reacción y si tuvo alguna Genave la disimulo demasiado bien.

—Bien—dijo mi primo cortante y tuve la intención de ir hacia aquella habitación por mis cosas, pero no sé porque sentí la necesidad de hablar con Genave antes de irme.

—Genave—le llame, mientras ella levantaba la cabeza y me miraba con intensidad—Podemos hablar un momento—El padre de Genave miro entre nosotros. Alessio y Gina se miraron entre ellos.

—Claro—dijo inmediatamente—pero hablemos afuera, vamos a caminar—dijo mientras dejaba un beso sobre la mejilla de su hija y se ponía de pie. Sabía que Genave se había preparado para aquella conversación es más, era probable que tuviera una respuesta precisa y concisa para todas mis preguntas. Y eso me asustaba, porque independientemente de lo que ella me dijera era la primera vez que estaba dispuesto arriesgarme por una mujer.

Lo claro y oscuro del placer (Libro #3 serie Oscura +18)Where stories live. Discover now