Capítulo 26. La bestia

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~Genave~

Tuve la certeza en aquel momento de que el latido de mi corazón me delataba y estaba al tanto de que también lo que transmitía mi mirada. Quería creerle, me decía a mí misma que quizás esta era la oportunidad que necesitaba para mantener a los Patrovick lejos de mí, aunque era muy probable que lo único que en verdad estuviera haciendo fuera meterme más profundo en las fauces de aquel lobo feroz. Leonardo se inclinó sobre mí y dejo un pequeño beso sobre mis labios. No podía entenderlo todavía, me negaba asimilar que él pudiese estar involucrado en ese mundo y sabía que no me estaba diciendo todo. Había algo que no me estaba contando.

—No es lo único ¿verdad?—Su mirada me decía demasiadas cosas, aunque al final sabía que sus labios estaban sellados.

—No hay nada más que decir—su voz firme y profunda me estremeció hasta los huesos. Comenzaba a conocer la verdadera oscuridad que habitaba dentro de él. Al fin tenia frente a mí al verdadero Leonardo Lombardi.

—No puedo jugar este juego de nuevo—dije y trate de apartarme, pero me sujeto con más firmeza en mi lugar.

—Solo quiero protegerlas—dijo regalándome aquella mirada suya —A ti y a tú hija—pero no existía nada de bueno en aquella proposición, al contrario estábamos caminando al borde del abismo.

—Una vez me dejaron demasiado herida, no puedes pretender que arrastrare a mi hija conmigo a la destrucción que conlleva el aceptar tu propuesta. Porque eso es lo que hace la mafia Leonardo. Destruye todo lo bueno que tienes en la vida—logre apartarme de él y puse distancia entre nosotros.

Aunque me odie por ello. Porque quería aferrarme con todas mis fuerzas a él, sin embargo sabía que sí que quedaba a su lado estaría combatiendo fuego con fuego y no estaba preparada para quemarme de nuevo. Escuche la voz de mi padre y agradecí su presencia en aquel momento. Rubí salto a mis brazos y pude sentir todo el peso de la mirada de Leonardo sobre nosotras y es que era más que claro. Él todavía no se acostumbraba al hecho de que tuviera una hija.

—Continuaremos esta conversación en otro momento—miro a mi padre y luego poso su oscura mirada sobre mí—Por el momento me retiro—Y supe lo que se escondía detrás de aquellas palabras. Leonardo simplemente no se rendiría.

***

Rubí al fin regresaba a su rutina en el jardín de niños y fui a dejarla antes de ir al trabajo aquella mañana. Allison colgó el teléfono en cuanto puse un pie en la oficina y me pareció algo sospecho, pero estaba demasiado metida en mierda como para cuestionarla sobre ello.

—Buenos días—dije, pero esta se quedó en absoluto silencio algo que no era normal. Era ella quien siempre me recibía con los buenos días, sin embargo aquel día algo había cambiado.

—Deje algunos documentos sobre tu escritorio—dijo con frialdad—Es un nuevo cliente—asentí mientras me aproximaba a mi escritorio —Y el señor Rodríguez nos transfiero el pago—continuo aunque ya no me miraba. Sus ojos estaban fijos en la pantalla del computador.

Alegue su extraña actitud a que quizás All estaba en sus días. Ella podía ser intensa a veces y creo que el ser inactiva sexualmente influía muchos en su cambio de humor, aunque en lo personal era mejor así. No quisiera verla arrastrada a la vida de mierda que tenía yo, en medio de dos hombres de los cuales no sabía cuál era peor. Aunque Rubén llevaba por mucho la delantera. No podía creer que siguiera con vida y no me importaban las razones por las que había fingido su muerte, me había dejado sola. Nos había abandonado y eso nunca lo olvidaría.

Lleve la mirada a la puerta por pura costumbre y me sorprendió ver al escolta no se encontraba allí, siempre esperaba unos segundos a que entrara a la oficina y luego se colocaba en su posición. Mire a Allison, pero ella estaba demasiado concentrada y no quise molestarla. Deje la cartera y las llaves sobre el escritorio y regrese a la puerta. Mire a través de ella y me di cuenta de que el pasillo estaba completamente despejado. Era demasiado extraño, aquel hombre no había fallado ningún día.

— ¿Viste al guardia?—pregunte a Allison y esta solo levanto los hombros.

Me aventure a salir al pasillo y escuche que alguien subía las escaleras. Sentí que alma se me cayó a los pies cuando aquella figura con lentes oscuro apareció frente a mí, se limpiaba las manos que se encontraban teñidas de sangre con un pañuelo en color blanco. No era difícil imaginar de quien era aquella sangre.

Y en aquel momento lo confirme aquel hombre estaba al tanto de cada uno de mis movimientos. Trate de mantenerme serena, porque demostrarle que tenía miedo solo le haría sentir que podía tener dominio sobre mí. Mire sobre mi hombro, aunque en el lugar que me encontraba parada Allison no podía verme.

—Debo admitir que Lombardi tiene agallas y tú—dijo dando un paso hacia mi amenazante—Estas dejando que tus sentimientos por él se interpongo con tu razonamiento Genave Stevens—me tomo por la cintura y me alejo completamente de la puerta.

En aquel piso solo se encontraba nuestra oficina, todos los demás locales se encontraban vacíos y el silencio que reinaba en aquella sección era realmente perturbador. Se quitó los lentes oscuros y pude ver reflejada la rabia en sus ojos. Rubén no había cambiado, seguía siendo la misma bestia, esa que no descansaba hasta comerse a su presa. Nos adentró mucho más en la oscuridad de aquel pasillo, pero en ningún momento me dejo escapar de sus brazos.

—Solo vine hacerte entender que eres mía—susurro sobre mis labios y mire donde se encontraba la puerta de la oficina esperando que Allison saliera en cualquier momento.

— ¿Qué le hiciste al guardia?—pregunte como temor, mientras el olor a sangre me revolvía el estómago.

—Te aseguro que no quieres saberlo—trate de salirme de su agarre, pero solo estaba perdiendo el tiempo.

Me levanto los brazos por encima de la cabeza y el corazón comenzó a martillarme con fuerza. Rozo mis labios con su lengua y sentí un extraño cosquilleo en mi bajo vientre. Me reproche estar tan vulnerable, sin embargo mi cuerpo no estaba ajeno aquel tacto, lo reconocía. Nunca lo había olvidado. Su boca se posó sobre la mía con urgencia y aunque aparte la cara, él soltó una de sus manos y me tomo con rudeza por el rostro y me beso de nuevo.

Separe los labios y me rendí ante aquel beso. No podía negar que él sabía cómo hacerme perder los sentidos. Trate de soltar mis brazos, pero ajusto el agarre mientras se apretaba mucho más sobre mí. Sentí su erección rozar mi estómago, mientras tanto su lengua se divertía con la mía provocando que mi mente explotara.

—Genave—escuche decir a Allison de manera repentina y él se apresuró a cubrir mi boca. Iba ser un poco difícil encontrarme en aquella oscuridad. Y sabía que la bestia frente a mí no estaba dispuesta a dejarme escapar de sus garras.

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Ayer no pude, pero hoy sí. Y aquí volvemos a ver al hombre que nos robo suspiros en el libro anterior jajajajajaj como que la cosa estará fuerte.

Creo que todo el mundo oculta algo ¿ustedes lo sienten asi?

Pos nada nos leemos en el siguiente capítulo 

Lo claro y oscuro del placer (Libro #3 serie Oscura +18)Where stories live. Discover now