Lo claro y oscuro del placer (Libro #3 serie Oscura +18)

Capítulo 35. Me voy

~Rubén~

"Pongámosle fin a esto"

Decía el mensaje que había recibido junto con una foto de Genave completamente desnuda. Sentí que la mente se me nublaba y salí corriendo de aquella habitación. Gina me observo con atención; me acerque a ella y le mostré lo que ponía en la pantalla, su teléfono se ilumino en aquel momento y supe que era su marido. Tomo aquella llamada en altavoz, con las manos temblorosas y con el rostro blanco como un papel, trastabillo cuando Alessio pronuncio aquellas palabras.

—Genave ha desaparecido—Gina se quedó inmóvil mirando el móvil y luego levanto la mirada mostrándome el horror reflejado en sus ojos.

—Iré por ella, así tenga que dar mi vida la voy a recuperar. Esta vez no pienso escapar—me apresure a decir mientras Alessio con aquella afirmación dio por terminaba aquella llamada y yo ayude a Gina acomodarse sobre el sofá.

Los niños se unieron a nosotros en aquel momento y al mirar a Rubí todo se me removió por dentro. No podía permitir que mi hija creciera en este mundo rodeada de oscuridad y sufrimiento, no podía dejar que aquel mundo de mierda empañara su felicidad. Mucho menos podía permitir que mi hermano lastimara a su madre. Sabía que entre Genave y yo ya no existía "un nosotros" que ahora ella le pertenecía a alguien más; así que esto que iba hacer será mi último acto de amor por ella y por mi hija. Al fin mi mariposa podrá abrir sus alas y volar con libertad.

— ¿Donde esta mamá?—pregunto mi pequeña estrujándose los ojos y eso me rompió el corazón.

Gina me observo por un momento y luego deposito toda su atención sobre la niña.

—Tu madre volverá pronto—me apresure a decir—tú solo debes hacer lo que diga tú tía en lo que ella regresa ¿está bien?—asintió entretanto Gina la estrecho entre sus brazos y me dolió no poder ser yo quien la consolara.

Marque el número de Jotrov. Decidí que era el momento de terminar con el reinado de terror que había caracterizado a mi familia y volví a faltar a la promesa que le había hecho al único hombre en el que había confiado. Después de mi partida Jotrov había reconstruido su vida, tenía familia y un hogar al cual regresaba cada día después del trabajo, sin embargo sabía que no ignoraría mi llamado de auxilio.

—Emiliano tiene a Genave y necesito que la pongas a salvo. Te prometo que es lo último que harás por mí—dije en cuanto levanto el teléfono—No importa lo que pase conmigo, tú único objetivo será sacarla de allí y regresarla con nuestra hija—lo escuche soltar un resoplido cansado y espere paciente su respuesta.

—Hora y lugar, ahí estaré señor—termine con la llamada y me apresure a enviarle las coordenadas.

Emiliano no había hecho el mas mínimo esfuerzo por ocultar el lugar donde se encontraban y es que sabía mejor que nadie que su único objetivo era restregarme en la cara que Genave siempre seria mi debilidad, pero no me importaba. No me avergonzaba de lo que sentía, ni de lo que estaba dispuesto hacer por ella. Mi hermano nunca conoció ese sentimiento, ese de sentirse unido a alguien más allá de la piel. Ese que conectaba las almas de las personas; ese al que llamamos "amor" y que al final ni el tiempo, ni la distancia lo puede matar. Y le demostraría esta noche a lo que estaba dispuesto por ese amor.

***

Uno de los guardias de los Lombardi me había dejado en el lugar que le había indicado. Jotrov esperaba por mí, le dio una última calada a su cigarrillo y se apresuró abrir el maletero de la camioneta donde se encontraba todas las armas. Me masaje las sienes y tome una de estas entre mis manos. La partida se terminaba esta noche, el puto juego de ajedrez en donde mi hermano había manipulado todas las piezas al fin llegaba a su final.