Capítulo 24. Mías

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Una semana antes

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Una semana antes

Miraba al hombre frente a mí con el deseo de hacerle daño corriendo por mis venas. Sabía lo que ocurría entre él y Genave, pero no podía culparla por poner sus ojos en otro hombre. Yo la había abandonado. La había dejado sola durante unos cinco años y aunque lo hice para protegerla, me arrepentía cada día por haber hecho aquella estupidez. Ahora estaba pagando las consecuencias de aquel error. Sin embargo no podía cambiar el pasado, ni mucho menos lamentarme. Yo no era de los que se lamentaban, luchaba hasta que me sangrara la piel. Di un paso adelante y Leonardo ni siquiera se movió eso significaba que no me temía el muy maldito le hacía honor a su apellido.

Aunque existían muchas otras cosas que nadie conocía de aquel hombre, cosas que escondía detrás de aquella fachada de tipo despreocupado.

—Creo que eso de morir y revivir es una manía de familia—dijo con tono burlón.

—Sabes porque estoy aquí, así que no te hagas el gracioso conmigo—Leonardo miro sobre mi hombro y sabía que sus hombres se acercaban. La distracción que había creado para ellos duro muy poco

—Creo que te quedan unos cinco minutos, así que habla—la expresión de su rostro era indescifrable. El muy maldito me estaba mostrando su verdadero ser. — Y sabes que ella no te necesita ¿verdad? En todo este tiempo nunca te ha necesitado y yo me encargare de que no necesite de ti en el futuro—di un paso adelante amenazante, pero no podía hacer nada por el lugar donde nos encontrábamos, porque aunque tenía razón tenía que hacerle entender que Genave me pertenece.

—Me pertenecen—dije más que para convencerme a mí mismo que para convencerlo a él—Y estoy aquí para recuperarlas, no me importa si tengo que matarte en el camino—conocía muchas cosas de Leonardo, una de ellas era su desapego emocional y el hecho de que era demasiado fácil para él deshacerse de las mujeres.

— ¿Y crees que intimidándola harás que regrese a ti?—cuestiono con sorna —La jugada de anoche en la fiesta fue estúpida Patrovick, recuerda que pasaste a ser un personaje secundario en la historia de su vida—No sabía porque sentía que esto se convertiría en una verdadera guerra. Al parecer Leonardo comenzaba a sentir demasiadas cosas por mi mujer.

—Quedas advertido—dije colocándome la gorra cuando sentí que aquellos estaban demasiado cerca y comencé alejarme de allí.

Me subí aquella camioneta y me puse en marcha. Ya me había arriesgado demasiado dejando que aquel hombre descubriera que seguía con vida, sin embargo tenía más que claro que no le diría nada a Genave. Porque lo vi en su mirada, me había desafiado. Leonardo Lombardi no estaba dispuesto a dejarla ir, la rudeza de aquella conversación lo había evidenciado. Me refleje a mí mismo en él. Aunque sabía de antemano que era un hombre de cuidado.

Marque el número de Jotrov, pero este no contesto y no sabía si debía preocuparme, aunque si existía alguien que sabía cómo cuidarse ese era él. Deje de insistir y me concentre en lo realmente importante. Las cosas comenzaban a ponerse turbias en mi familia y al parecer a mi hermano le había convenido mi muerte. Hace cinco años le había llegado la oportunidad de recuperar todo su poder como cabeza de la mafia y utilizo mi debilidad para tenderme una trampa, aunque no contaba con que yo descubriría su plan y que regresaría para vengarme.

Y me encontraba dispuesto a todo. Sin importar lo que debía enfrentar. De ser necesario arrastraría a Genave conmigo de la manera que fuera. Utilizaría todos los medios para hacerle entender que su lugar era conmigo.

***

Actualidad

La arrastre conmigo por aquel pasillo y nos encerré en su habitación. Volví a inhalar su aroma y era que había pasado demasiado tiempo desde la última vez que la tuve entre mis brazos, demasiado tiempo desde que sentí el calor de su cuerpo tan cerca del mio. Me enloquecía el hecho de saber que otro hombre la había tocado, me estaba volviendo loco porque sabía que ella comenzaba a tener sentimientos por ese hombre y debía hacerle entender que yo era su único dueño. La solté despacio, pero ella se quedó de espaldas hacia mí y aunque me sentía demasiado molesto me trague mi mierda para no despertar al monstruo. No sabía cuánto tiempo podría contenerme.

—Ni siquiera puedes mirarme a la cara—la observe apretar las manos en puños. Genave nunca dejaría de ser una fiera—Entiendo—dije dando un paso hacia ella —ahora solo tienes ojos para ese Leonardo Lombardi—sentí que la rabia comenzaba apoderarse de mí en cuanto pronuncie aquel nombre y termine de cortar la distancia que nos separaba.

—No te acerques a mi bastardo mentiroso—la escuche decir con los dientes apretados—Y deja a Leonardo en paz—Se giró hacia mí y pude ver la determinación en sus ojos. La verdad me golpeo en la cara con tanta fuerza en aquel momento que sabía que en cualquier segundo explotaría.

—Esta enamorada de él—dije apretando con fuerza los puños.

— ¿Cómo tienes el descaro de reclamarme?—me cuestiono y sabía que aquella pregunta escondía muchas otras más —Solo deja a Leonardo en paz—había dicho aquello con tanta tristeza que no pude evitar sentirme enojado.

—Eso solo dependerá de ti Genave Stevens—la tome bruscamente por el rostro y trato de apartar mi mano, pero se la sujete con firmeza sobre la espalda impidiéndolo—Tienes que hacer que él se aleje de ti—un sollozo escapo de su garganta, pero no era momento de flaquear frente a ella.

Pase el pulgar por su labio inferior sin poder evitarlo y la observe cerrar los ojos, sin embargo sabía que no era porque lo estaba disfrutando. El cuerpo de Genave temblaba y odiaba sentirme despreciado, cosa que no era buena para ella, ni para el tipo por el cual me estaba rechazando. Incline mi rostro sobre el suyo y abrió los ojos de manera repentina. No tenía claro lo que me quería decir su mirada y me encontraba demasiado encabronado para detenerme analizarla en este momento. Porque solo quería besarla, hacerla mía. Reclamarla.

—No—dijo con voz temblorosa—aléjate de mí—ajuste el agarre en sus brazos un poco más y escuche unos pasos acercarse en el pasillo.

—Mamá—dijo la voz del otro lado de la puerta y algo se quebró dentro de mí al escucharla por primera vez. Solté a Genave despacio porque por ahora era mejor que desapareciera de nuevo.

—Este encuentro nunca sucedió—le susurre provocando que su cuerpo se estremeciera —Pero recuerda —la tome por la barbilla y la obligue a mirarme a los ojos —Que está en tus manos que nada le pase a Lombardi—le hice un gesto con la mano para que saliera de la habitación y fuera con nuestra hija. Porque aquella era la única verdad. Ellas eran mías y nada, ni nadie me las iba a quitar.

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Uyyyy muchas preguntas, confusiones, momentos de ira y las dejare desahogarse...

Se que se cuestionan ahora mismo el hecho de  ¿Quién es en verdad Leonardo Lombardi? ¿Que oculta?

 ¿Cómo esta vivo Rubén?  ¿Que paso después de que Genave lo vio por última vez en el hospital?

Todas sus preguntas tendrán respuestas en los próximos capítulos jajajajajaja

Nos leemos mañana 

Besos y Abrazos

YG♥

Lo claro y oscuro del placer (Libro #3 serie Oscura +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora