Capítulo 27. Mis reglas

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~Rubén~

Cuando desafías a un hombre como yo tienes que estar dispuesto a enfrentar las consecuencias y Genave como siempre había pasado por alto mi advertencia. Quería reclamarla allí mismo y hacerle entender que las reglas del juego las ponía yo, porque mis intenciones iban mucho más allá de su razonamiento, sin embargo me ponía freno. Ella era la madre de mi hija y tenía que respetarla. Aunque no sabía cuánto tiempo podría mantener encadenado al lobo dentro de mí.

La chica miro en nuestra dirección, pero era imposible visualizar algo en aquella oscuridad y volvió al interior de la oficina. Mire a Genave de manera intensa para que no se atreviera a gritar y quite la mano de su boca en cuanto esta asintió en confirmación. Nos miramos en absoluto silencio por un largo momento y escondí le escondí un mechón de su cabello detrás de la oreja. Era imposible tener mis manos fuera de ella, porque a pesar de todo me seguía gustando con locura. La pantalla de su teléfono se ilumino y pude ver que el nombre que ponía en ella era el de Allison.

—Baje al segundo piso—dijo en cuanto descolgó aquella llamada —pensé haber escuchado algo, no te preocupes no es nada subo enseguida—mintió y comencé apartarme de ella, levantando los brazos en son de paz.

—Sigo siendo el mismo desgraciado—admití mientras volvía a ponerme aquellos lentes oscuros—Y al parecer quieres que le haga daño a Leonardo—abrió los ojos con asombro y pude ver el horror en su mirada. Ella me conocía, no me andaba con rodeos y ya se lo había advertido—Quiero verte aquí esta noche. Sin excusas—le entregue una tarjeta y esta la miro con desconfianza, pero no dijo nada.

Le hice un gesto con la mano para que se marchara, esta obedeció y se alejó de mí sin mirar atrás. Tenía que hablar con Genave, no amenazarla, ni acorralarla. Tenía que sentarme con ella y poner todos los puntos claros, porque aunque comprendía que regresar después de cinco años era algo que no iba a tomar a la ligera, le haría entender que había regresado no para quedarme como espectador. Y todo, absolutamente todo lo que había hecho tuvo una razón de ser y al final le haría entender de la manera que fuera que su lugar era conmigo.

Jotrov me hizo un asentimiento de cabeza en cuando salí del edificio y me perdí en el interior del vehículo. Mire el mensaje que me mostraba la pantalla y no pude evitar la sonrisa que adorno mi rostro. Estaba recuperando a todos mis aliados y es que no iba a ser tan difícil volver a tener el control de la mafia. Mi hermano me había traicionado y era la excusa que necesitaba para sembrar la semilla de la desconfianza en todos los que se encontraban a su alrededor. Y esta vez Emiliano no se levantaría de la tumba.

— ¿Está todo listo para esta noche?—le pregunte a Jotrov. Tenía que buscar una forma de alejar los oscuros pensamientos que daban vueltas en mi mente y hacer un poco de daño siempre me reconfortaba.

—Listo—afirmo mientras me regalaba una rápida mirada por el espejo retrovisor. Esta noche le haría entender a Genave y no de la mejor manera que debía alejarse de Leonardo Lombardi.

***

Leonardo había pisado sobre un campo minado y una de esas minas estaba a punto de explotar. Me abotone la chaqueta y entre en aquel asqueroso almacén. Cuando te encontrabas envuelto en un mundo con el mio era probable que no todos los que se encontraban junto a tí estuvieran de tu lado y Leonardo Lombardi tenía muchos puntos ciegos a su alrededor que había usado a mi favor.

—Pueden detenerse—demande a mis hombres y sentí arcadas como siempre ante aquel olor tan fuerte.

—No obtendrás nada de mi—bravío escupiendo sangre sobre mis zapatos—Y déjala de una buena vez en paz—no estaba en posición de hacer exigencias, pero debía admitir que tenía agallas.

Lo claro y oscuro del placer (Libro #3 serie Oscura +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora