━━✧ Treinta y tres

679 44 234
                                    

╔═.✵.══════════╗
CHOICES SHOW
US WHO WE
TRULY ARE
╚══════════.✵.═╝

____________ sintió sus pulmones llenarse de aire, seguido de un impulso que la hizo abrir los ojos, se sentó de golpe, miró a su alrededor, estaba en un lugar blanco, parecía como un bosque de esos que hacían los animadores a computadora muggle a...

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

____________ sintió sus pulmones llenarse de aire, seguido de un impulso que la hizo abrir los ojos, se sentó de golpe, miró a su alrededor, estaba en un lugar blanco, parecía como un bosque de esos que hacían los animadores a computadora muggle antes de ponerle el color, lo sabía por su profesora de arte de la escuela muggle; ____________ se levantó torpemente, ¿qué mierda estaba pasando? Desorientada dio un par de vueltas sobre su propio eje, pronto reconoció que era el bosque prohibido, pero muy luminoso.

Como si todo lo existente se hubiera evaporado y sólo la naturaleza estuviera a su alrededor, se miró a si misma, no tenía moretones, ni cortadas, ni nada de lo que recordaba que acababa de suceder, no estaba en la Sala de Misterios, eso ya era evidente, pero no comprendía qué diablos hacía en ese lugar o cómo es que había llegado ahí. Pronto notó su ropa, era excesivamente clara para su gusto, tenía sus jeans claros junto a su camiseta blanca que tenía escrito en el centro “The Beatles", fajada dentro de los jeans y su cabello le caía por los hombros.

—Sigues igual de necia —dijo una voz tremendamente familiar para ella a sus espaldas

La pelinegra se giró rápidamente hacia donde provenía la voz, contuvo la respiración por un segundo. Frente a ella estaba parado Iegnus, que vestía de la forma en que el ojiverde solía hacerlo, llevaba unos jeans claros y una camisa blanca, la pelinegra se quedó estática, ¿acaso era el cielo? ¿Estaba... Muerta? A un lado de Iegnus apareció su abuela, portando un vestido blanco y suelto, como el que llevaba el día que la pelinegra la conoció por primera vez hacía años.

—¿Es... Estoy m... Muerta? —inquirió la azabache temerosa

Su abuela rió— No mi niña, no aún.

—Todavía no es tu hora —le dijo Iegnus dulcemente— sólo que sigues teniendo aires suicidas.

—Igi, yo... Perdóname —soltó la pelinegra sintiendo sus ojos humedecerse

—Hey, manos de mantequilla, no hay nada que perdonar —dijo el muchacho abrazándola de repente— estarás bien, los cinco estarán bien.

—Te extraño... Extraño molestarte —confesó la pelinegra llorando en el hombro de su amigo

—Yo también los extraño, las bromas de Ernie, —contó Iegnus— los regaños de Hannah por no peinarnos bien, las quejas de Delly sobre la tarea de historia, tus pláticas sin fin sobre los libros que leías...

Relató Iegnus riendo, la pelinegra rió con él mientras las lágrimas bajaban de su rostro. No lo podía creer, ¿eso era real o sólo estaba pasando en su mente? Ojalá fuese real, porque entonces eso significaba... Que podía cerrar esa herida, ahora podía disculparse y perdonarlos a ellos por haberla dejado.

³ˑ 𝐎𝐍𝐋𝐘 𝐘𝐎𝐔  ↯  Cedric DiggoryWhere stories live. Discover now