━━✧ Cincuenta y seis

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Mayo había llegado en lo que parecían haber sido años y años, después de su última misión a escondidas para torturar a los Carrow, ni ____________ ni Delly habían vuelto a salir de la Sala de Menesteres, habían acordado con Neville que no volvería...

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Mayo había llegado en lo que parecían haber sido años y años, después de su última misión a escondidas para torturar a los Carrow, ni ____________ ni Delly habían vuelto a salir de la Sala de Menesteres, habían acordado con Neville que no volverían a salir por un tiempo para mantener el suspenso y la amenaza latiente sobre los Carrow.

Ya habían perdido la cuenta del tiempo que llevaban escondidos, no habían podido regresar a Finchley por vacaciones porque los Carrow habían ofrecido recompensa por sus cabezas, dentro y fuera de Hogwarts. Así que lo más conveniente era permanecer escondidos.

Aquella noche de un dos de mayo del año en curso, ____________ se hallaba en su hamaca leyendo Juego de Tronos, por Gorge R. R. Martin, un libro que Delly le había regalado por Navidad cuando estaban en sexto grado, el libro acababa de publicarse meses antes de que la castaña se lo regalase a la pelinegra, y la verdad ____________ no tenía ningún problema hasta el momento con el libro.

Era interesante, emocionante y contenía cosas sobre dragones, que resultaban falsas desde el punto de vista mágico, pero en fin, había sido escrito por muggles, y como ella había crecido en el mundo muggle, para ella eso era normal ahora. La pelinegra estaba tan metida en su lectura que no se dio cuenta de que alguien se había sentado frente a ella para observarla, hasta que ese alguien habló.

—¿___________? —dijo la persona

La pelinegra despegó la vista del libro, encontrándose con Keilly Anderson, la azabache se sentó en su hamaca para observar a la muchacha que había sido cómplice de Cedric para enamorarla cada día más, cuando la pelinegra veía a Keilly, veía a la pequeña niña que corría a abrazarla y a entregarle las notas con poemas escritos por Cedric, ahora Keilly era toda una señorita, su cabello castaño lacio como la tela recién planchada le caía por lo hombros y sus ojos avellana la hacían parecer una muñeca de porcelana junto con su piel pálida.

³ˑ 𝐎𝐍𝐋𝐘 𝐘𝐎𝐔  ↯  Cedric DiggoryWhere stories live. Discover now