╭ONLY YOU TRILOGY╮
𝐨𝐧𝐥𝐲 𝐲𝐨𝐮 | [☄️] ; ❝La idea de una vida sin
ti resulta totalmente
aterradora, comprendí que fue
un error pasar tanto tiempo
lejos de ti.❞
...
╔═.✵.══════════╗ HALF THE WORLD AWAY ╚══════════.✵.═╝
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A trescientos kilómetros de distancia de Hogwarts, se encontraba Cedric Diggory, sentado frente a la chimenea de su casa pensando en las mil y un cosas que podría hacer con su día libre, bueno, no estaba pensando en eso, hacía mucho que quería ir a esos lugares a los que había ido con ____________ cuando ella iba en tercer grado, cerca de navidad. Pensaba que si iba a esos lugares, podría sentir que estaba con ella, aunque sólo fuese la sensación. La extrañaba demasiado.
Decidido, se levantó del suelo, subió las escaleras a su habitación, tomó dinero muggle que le había sobrado de su salida con Maxton, Harvey y Yancy la semana anterior, tomó una chamarra de mezclilla negra que estaba en su cama, bajó de nuevo a la sala, tomó sus llaves junto con su varita y con un movimiento de la misma hizo aparecer una paloma de papel con un mensaje para sus padres de que había salido, cerró bien la casa y se apareció en un callejón junto al Caldero Chorreante, luego de ahí, tomó el subterráneo muggle hasta Baker Street; estar ahí sin ____________ lo estaba matando, lo mataba el hecho de que ella no estuviera cerca y peor aún, el hecho de que ya no eran nada.
No eran amigos ni pareja, pero eso no los hacía nada, eran dos personas que tenían una historia... Miró a su alrededor recordando cada detalle de aquella salida al mundo muggle con la peliengra, deseaba poder estar frente a la pelinegra para que ella le dijera que lo extrañaba, ahora estaba empezando a ver quién era la azabache. Cedric entró al museo de Sherlock Holmes, no compró nada, solamente observó todo recordando las caras y el brillo en los ojos chocolate de la pelinegra al mostrarle todo.
Cruzó calles hasta pasar por aquella cafetería donde había probado las hamburguesas por primera vez, de pronto, las ganas de una hamburguesa rebosante de queso y kétchup –como a cierta pelinegra le gustaban–, embriagaron a Cedric, por lo que el ojigris decidió entrar al local, todo estaba exactamente como lo recordaba, excepto porque en esta ocasión no había ni un sólo adorno en el lugar por no ser ninguna festividad.
