Siete Años Atrás (parte 1)

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¡Demonios! No puedo pasar este nivel —dijo Earth mientras aventaba su teléfono móvil al sillón más cercano.

Siempre que jugaba se ponía de mal humor, sobre todo cuando no podía pasar algún nivel, parecía un niño haciendo rabietas porque su madre no le compró el juguete esperado.

– Tranquilo – le dije, pero no me escuchaba.

De pronto una avalancha de chicos entró como torbellino a la cafetería donde nos encontrábamos; a Earth no le disgustaba el ruido, pero en ese momento lo odió. Habían pasado dos semanas desde que su perdió de exámenes en la Universidad de Srinakharinwirot había terminado y era su primer día de descanso antes de entrar al siguiente periodo, lo único que quería era un momento de tranquilidad sin el bullicio a su alrededor. Estaba decidido a callar a esos adolescentes ruidosos, se paró determinado del asiento y dio unos pasos hasta aquel grupo de niños escandalosos.

Todo iba perfecto, lo único que tenía que hacer era pedirles que guardaran silencio y lo hubiera echo sin ningún problema, sino hubiera sido por aquel muchacho que lo dejó paralizado; cuando uno de los acompañantes decidió levantarse por dios sabe que, destapó algo que no había notado mi pobre amigo cuando los vio entrar: era un joven de no más de quince o dieciséis años, su piel era blanca como la leche, ojos grandes y rasgados como los de un gato, nariz pequeña a juego con su rostro y unos labios rojos color fresa, emitía un aura fresca y despreocupada.

El pobre de Earth se encontraba helado ante aquella pequeña aparición. De pronto el joven que reía a carcajadas mostrando sus baquets color menta, volteó a ver a mi contrariado amigo que se encontraba inmóvil; la sonrisa de aquel chico se esfumó dejando una fina línea en sus labios, acto seguido hizo un wai y pido disculpas al hombre petrificado, hizo señas a sus amigos para que bajaran la voz.

Le grite a Earth para que saliera de su letargo y funcionó, dio media vuelta y regresó a la mesa.

—Nos vamos – dijo con voz seria y salimos a toda prisa del lugar.

El trayecto de regreso fue silencioso, su cara reflejaba confusión por lo que había pasado hace unos momentos, de pronto rompió el silencio.

—¿por qué no me pude mover? Ese chico ni siquiera era tan lindo, no entiendo por qué me paralice, ¿tú lo sabes?

Quería decirle que si para tranquilizarlo, pero tampoco lo sabía – no lo sé – respondí.

—Claro que no lo sabes – me respondió Earth con cara de enojo y frustración.

Seguimos caminando hasta llegar a la casa. Toda la tarde se la paso pensando en aquel chico de piel blanca y sonrisa de fresa.

Habían pasado unas semanas desde aquel acontecimiento y Earth apenas tenía tiempo para pensar en ello; su nuevo ciclo en la facultad de Bellas artes le impedía llegar temprano y todos los días llegaba muerto de cansancio a la casa.

Hasta que un día llegó con aquel muchacho, no lo podía creer ¿Qué hacía el aquí? Earth nos presentó y escuche un poco de cómo comenzaron a hablar. Resulta que Earth volvió a la cafetería y de pronto vio de nuevo a Mix, sentado en una mesa sólo, jugando con el móvil, cuando de pronto Mix lo reconoció y lo saludo con un wai, al parecer se dieron cuenta que jugaban el mismo juego y se hicieron amigos.

La tarde pasó de prisa y el pequeño de quince años tenía que regresar a su casa antes de que oscureciera más.

—Déjame llevarte a casa. Tengo auto, será más rápido y seguro —decía Earth mientras tomaba su chaqueta y las llaves del auto.

—No quiero incomodar, ya te quité mucho tiempo y seguro quieres descansa, puedo tomar el autobús.

 Al parecer el testarudo hombre mayor no quería dejarlo ir y solo buscaba extender el tiempo —insisto. Vamos, es tarde.

Mix sonrío y se despidió de mí.

Pasaba de media noche y Earth aún no llegaba, era extraño en él, nunca tardaba tanto y menos si tenía que trabajar al día siguiente; de pronto la puerta se abrió y Earth entró con una sonrisa radiante, como si hubiera ganado un premio

— ¿verdad que está lindo? Nos quedamos platicando hasta que su madre salió por él, casi me da un infarto cuando la señora golpeó la ventana del auto

Aquel pequeño era lindo, incluso a mí me caía bien, aunque solo lo trate por ese corto tiempo; Earth se la paso hablando de Mix hasta que se quedó dormido.

Me gustaba verlos juntos, Earth siempre estaba cuidando a Mix y él se dejaba consentir; si Earth tenía trabajo de la universidad hacían vídeo llamada antes de dormir y en los días libres se juntaban para pasar el rato. Era entretenido ver su relación, al parecer Earth había encontrado un lindo gatito que cuidar.

—Mix viene a casa hoy – Earth me decía con una sonrisa en los labios mientras se acomodaba el cabello frente al espejo del baño

—¿Cómo me veo? —el chico alto de tez morena volteo hacia mí, y me lanzó una sonrisa tímida.

—te vez bien —conteste y el chico me guiño el ojo a modo de respuesta.

El tiempo pasaba y el chico moreno se hacía un manojo de nervios mientras llegaba el momento del encuentro.

¡Ding dong! Earth pego un pequeño brinco y corrió al espejo a revisar su atuendo una vez más, y se apresuró a abrir la puerta

—hola Mix, pasa – los chicos pasaron a la sala donde me encontraba descansando.

Al verme, Mix me saludó con una linda sonrisa y se pusieron a platicar.

— ¿Entonces ya decidiste que estudiar? Recuerda que es importante para tu futuro —le decía Earth mientras mordía su sándwich de pollo.

Mix suspiro y asintió con la cabeza —ya sé que quiero estudiar, quiero ser veterinario.

Al escuchar la respuesta, Earth alzó una ceja y trago el bocado que aún no terminaba de mascar —¡bien! Eso está bien, serás un gran veterinario. Yo te apoyo.

Mix miró tímidamente a Earth mientras comía su rebanada de pastel favorito.

Habían pasado muchas horas desde que llegó Mix, y como en cada visita el tiempo se esfumaba entre videojuegos, risas y comida

—¡ya es muy tarde! Tu madre nos va a matar, déjame tomar las llaves y nos vamos —con movimiento ágiles Earth empezó a tomar su cartera y las llaves del auto, pero la mano de Mix lo detuvo —espera, no tengo clases mañana y tampoco tengo que llegar a casa — el chico de pálida piel le lanzó una mirada dulce, adornada de una sonrisa amplia; esa mirada era nueva, el pobre chico alto de piel bronceada se quedó paralizado: su cuerpo empezó a tensarse, sus ojos cafés se abrieron y recorrieron la cara del pequeño chico con sorpresa, como si estuviera tratando de  descifrar un enigma y la respuesta se encontrara en los ojos de su compañero.

La atmósfera se tornaba extraña, así que decidí hacer un ruido para que volvieran a la realidad. Mix apartó la mirada con incomodidad y soltó el brazo de Earth abruptamente y prosiguió hablando —pedí permiso para quedarme en tu casa y aceptaron. Les dije que nos quedaríamos hasta tarde jugando videojuegos, pero… si tienes cosas que hacer comprendo —, ahora Mix era el que se apresuraba a tomar sus cosas, entonces Earth lo tomó del brazo —quédate —la voz suplicante de Earth, hizo que Mix a sintiera tímida mente. Ambos chicos se quedaron en ese instante por un momento, y yo queridos amigos, me retiré para darles privacidad.

Mejores Amigos Where stories live. Discover now