Capítulo 12

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Alguien me había cogido y me había levantado del suelo. Apartándome de Jace. Me giré y me topé con la cara de Jace.

¿Pero...no estaba...ahí....hacía...un momento?

Me volví a girar y vi a Jace, o al que pensaba que era él hacía un momento, sonriéndonos. ¿Qué estaba pasando aquí? Y entonces recordé lo que Jace me había contado:

-Tenía un hermano, Harry. Él murió antes que yo.

La cuestión era: ¿quién era Harry y quien Jace? ¡Pero si eran iguales! No había que ser muy lista para saberlo, eran gemelos.

-Vámonos, Lara.

Ahora ya sabía quien era quien. Harry no sabía mi nombre. ¿O sí? Mierda, lo había dicho en alto a aquella chica. Aún así le hice caso al chico que me estaba cogiendo por el brazo y salí con el de la casa. Seguía tirando de mi hacia adelante. Pero, cuando ya casi no veíamos la casa, me solté de él.

-Para. Creo que me debes una explicación.

-Ya te lo explique, Lara. Tenía un gemelo.

-Pero no me dijiste que estaba aquí.

-Es que no lo sabía -bufa- escucha, Lara. Lo siento mucho, de verdad. Pero hazme caso, no te acerques a él, por favor. Yo...intentaré solucionarlo.

-¿Y cómo no me voy a acercar a él si no os distingo?

-Lo harás. Te lo prometo. Y ahora, por favor, vamos a casa.

Le hago caso y vamos juntos hasta mi casa. No pienso en nada más hasta que veo como se da la vuelta en vez de entrar conmigo.

-¿A dónde vas?

-No creo que lo mejor sea quedarme contigo.

Me acerco a él y lo abrazo. Entierro mi cara en su pecho. Me saca mucho de altura.

-Será peor que te vayas. Tenemos que hablar.

-Tengo que solucionar esto.

-Te ayudaré.

-Lara. ¡Estás borracha!

-Pues te ayudaré mañana. Pero hoy te quedas. Por favor. No me querrás dejar sola en este estado, ¿verdad?

Frunzo los labios. Jace me acaricia la cabeza y empieza a subir las escaleras conmigo. Lo he conseguido.

Se queda.

Pero yo sigo borracha.

...........................

Lo primero que pienso es las ganas de vomitar que tengo. Ayer bebí demasiado. ¿Qué pensará Jace de mí? ¡Jace! ¡Su hermano! Mi cabeza comienza a girar. Me levanto para ir al baño y echarlo todo. Tambaleándome. Cuando vuelvo a la habitación Jace está despierto. Levanta la vista y me mira.

-Buenos días, bella durmiente.

Pongo una sonrisa pícara y me siento junto a él en la cama, cruzando las piernas.

-Jace, estoy preocupada.

Me acerco a él y me apoyo contra la pared. Llevo puesto un pijama de tirantes y pantalón corto, el cuál yo no me he puesto. Pero dejó ese tema pasar. El tema de Harry es más importante.

-Cuéntamelo todo. Sin omitir nada. Toda la historia.

Y aquí va.

.....................

Los padres de Jace y Harry eran belgas, pero habían emigrado cuando estos eran pequeños. Harry era el típico chico malo: se drogaba, bebía y se liaba con todas las que pillaba. Obviamente murió al cabo de dos años. Su madre tenía problemas de corazón, y un ataque había sido mortal para ella. Aquel día, el padre de Jace y él venían del entierro de su madre cuando tuvieron al accidente.

El mismo accidente que yo. En el que nosotros chocamos contra un árbol y Jace y su padre, contra nosotros. Él había sido el que iba en aquel coche. El que había muerto conmigo. Por eso el conductor del coche de atrás no me ayudó aquel día. Estaba ocupado lamentando la muerte de su hijo y de su esposa. Sin hablar de la desgracia de Harry.

Y aquí iba lo gordo.

La razón por la cuál Jace había venido con retraso.

Antes de llegar aquí, hubo una confusión. El que controla este sitio confundió a los dos hermanos porque eran gemelos y habían muerto con poco tiempo de diferencia. A Jace lo mandaron abajo. Al lugar al que nadie quiere ir. Le costó Dios y ayuda poder salir. Un año entero, hasta que al final le creyeron.

Y a Harry lo mandaron al puente. Probablemente, Harry sabía que en el cielo no lo admitirían y por eso se quedó aquí.

Se escondió en esta zona, para que nadie pudiese encontrarle. Hasta ahora.

...................

Jace me contó toda la historia. Y yo me la creí. ¿Qué tenía ese chico que todo lo creía? La contó entera. Del tirón. Supongo que para no tener que pensar mucho en ella. Una sensación de pena me invadió y un escalofrío invadió todo mi cuerpo.

-¿Estás bien? -me preguntó posando la mano en mi espalda.

-Eso te lo tendría que preguntar yo a tí.

Nos pasamos la mañana pensando para nosotros mismos. Intentando encajar las piezas del puzzle. Y mi única conclusión fue: tenía que hacer algo con Harry.

Cuando el pasado sí importaWhere stories live. Discover now