Capítulo 20

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¿Para qué habré vuelto a esta fiesta? En ellas nunca pasa nada bueno. Y menos cuando eres bruja. Había pasado por mi casa a cambiarme y me había puesto y una falda corta azul marino, una camiseta corta blanca y unas sandalias marrones griegas. Luego habíamos ido los tres a la fiesta, había cogido un vaso rojo de plástico y los había perdido. Ya era la segunda vez que me perdía en aquella casa. Lo que tenía claro era que no subiría al piso de arriba. No me quería arriesgar a que pasase otra vez lo mismo. Vagué por la gran habitación, buscando un sitio en el que sentarme. Al fin lo encontré, pero alguien había tenido la misma necesidad que yo y ya se había sentado. Espera.

Era Jace.

Joder. No me salía nada bien. Intenté darme la vuelta, pero él también me vio y me sujeto el brazo.

-Lara. No te vayas. ¿Qué te pasa?

-Nada -bajé la cabeza, intentando que no supiese que estaba mintiendo.

-Lara, en serio. ¿Esto es por lo del libro? -preguntó bajando la voz.

Asentí y noté como mis ojos se humedecían. Maldita sea. Ahora no. Jace se dio cuenta y me condujo por la habitación hasta salir afuera. Había un par de personas, pero estaba borrachas. No contaban. Me senté en la escalera y Jace hizo lo mismo. Se giró para mirarme a la cara y pasó su dedo por mi mejilla húmeda por las lágrimas. Me recorrió el cuerpo un escalofrío.

-Escúchame Lara. Puede que seas bruja. Pero a mi no me importa. Yo no lo veo como un defecto, y aunque lo fuese, cada defecto que tienes te hace única.

-Pero hay muchas chicas que...

Pero no me dejó terminar la frase.

-Lo sé, Lara. Pero, ¿sabes la diferencia entre ellas y tú?

Negué con la cabeza y él continuó.

-Que tú eres tú. Y me tienes a mí.

Me acerqué a él y le abracé. ¿Cómo podría ser tan tonta? Él me quería, pasase lo que pasase e hiciese lo que hiciese. Y yo lo quería a él. Y no a Will ni a Harry ni a ningún otro. Solo a él.

-¿Nos vamos a casa? -preguntó con sus labios entre mi pelo

Asentí con la cabeza pero entonces me di cuenta.

-Tengo que despedirme de Will -al ver sus cara extrañada le expliqué- lo conocí hoy en la playa y me invitó a venir. Nada más llegar le perdí. Tengo que despedirme.

Jace asintió. Lo comprendía. De haber sido cualquier otra persona se habría puesto celoso y me habría mandado a la mierda. Pero él no era cualquier persona. Me alejé de él y volví a entrar en la casa. La música estaba muy alta y me rebotaba en los oídos. Empecé a buscar por el piso de abajo, pero ni rastro de Will. Subí al piso de arriba y le encontré. Le encontré de la peor manera posible. Tenía a una morena enroscada en su torso besándole.

-¿Will?

Se giró y efectivamente era él.

-Lara, yo...

Me giré y salí corriendo por las escaleras. No era mi novio y nos acabábamos de conocer. Tenía a Jace esperándome abajo, pero... Pero aún así me dolía. ¿Por qué? Sabía que no había nada entre nosotros, pero dolía. Dolía de una manera extraña. Volví a salir afuera y el viento me golpeó en la cara. Pensaba que el mundo se desmoronaba, pero en la acera de enfrente estaba Jace. Me miró con una ceja alzada, preguntándome si nos íbamos ya.

-Vámonos -le confirmé.

Cuando el pasado sí importaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora