Capítulo 32

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Los labios de Harry eran suaves. Más de lo que hubiera imaginado. Como los de su hermano. Hasta cuando besaba a Harry, mi mente sobre volaba hasta Jace. Hasta la perfecta curva de su hombro, la vena que se le notaba ligeramente cuando se enfadaba, la arruga que se formaba en su ceño cuando no entendía algo. La forma en la que parecía que estábamos hechos el uno para el otro.

Y después de todo eso, ahora estaba sola en mi habitación, pensando en él después de haber besado a su hermano. Siempre había pensado que Harry era el típico chico malo, pero resultaba ser más tierno de lo que parecía. Me había tratado genial, tal y como toda chica querría. No me podía creer que fuese el mismo Harry borracho y drogata que Jace me había descrito.

Y ahí estaba otra vez él. Con sus rizos perfectos y sus ojos oscuros. Con su sonrisa torcida y esa manía de mover la pierna inconscientemente. Ahí estaba él en todas sus facetas; desde la más tierna hasta la más macabra.

Y ahí estaba otra vez yo. Enamorada hasta los huesos, pese a lo que me había hecho. Pese a haber jugado conmigo yo seguía amándole. Seguía imaginándole a mi lado en ese preciso momento, tumbado sobre la cama con una libreta delante y un boli entre los dientes. Con el ceño fruncido, como a mi me gustaba. A veces, fantaseaba con acercarme un poco a él y borrarle esa pequeña arruga persistente. Seguía imaginándole ayudándome a controlar mis poderes, haciendo todo lo posible por calmarme. Seguía imaginándole tal y como estaba aquella noche, cuando...

Un pequeño ruido sonó a mi izquierda. Una piedra había golpeado mi ventana. ¿Y si era Jace que venía a decirme lo arrepentido que estaba? Se lo perdonaría todo. Siempre. Pero, obviamente, no era Jace, sino su hermano. La decepción inundó mi roto corazón.

-Hola. -le susurré. No sabía por qué susurraba, no es que tuviese unos padres que se fuesen a enfadar.

-Te echaba de menos. -tenía la cabeza alzada y los rizos, normalmente sobre la frente, le caían hacia atrás como pequeñas cascadas negras.

-La puerta está abierta. -dije cerrando la ventana y volviéndome hacia la cama.

A los pocos minutos la puerta de mi habitación se abrió y Harry entró. Notaba algo raro en él, pero no caía en la cuenta de qué era.

-Bueno. ¿Qué quieres hacer? -dijo abriendo los brazos en señal sincera.

-Dormir. Solo dormir.

Jace se echó en la cama conmigo. Tal vez él no era Jace, pero si lo más parecido. Su altura era igual y su musculatura, similar. Pero Harry no olía a menta y humo. Olía a algo parecido a azufre. Tenía frío y él pareció darse cuenta, porque me abrazó más fuerte. Sus dedos trazaban círculos lentamente en mi espalda, haciendo que mis músculos se relajasen.

Justo antes de dormirme me di cuenta de lo que pasaba en la cara de Harry. Tenía una extraña herida en la frente, donde un par de horas antes no tenía.

...............

La cama estaba fría a mi derecha. Estiré los dedos, en busca de calor humano, pero no lo encontré. La luz entraba por la ventana e iluminaba la cama medio vacía. Harry se había ido. Esperé un rato, esperando oír ruido procedente del piso inferior. Nada. Llegaba tarde, ya eran las 9:15. Corrí a la ducha y me vestí. Estaba lloviendo, así que me puse unos pantalones negros largos, una camiseta blanca de tirantes y otra encima con algunas transparencias. Me puse mis playeros negros, me maquillé y me hice un moño despeinado a la altura de la nuca. Me colgué mi bandolera llena de libros y cogí las llaves del coche. Hacía mucho que no lo usaba, pero hoy llegaba muy tarde.

................

Conseguí cruzar el marco del aula de historia al tiempo que el timbre sonaba. El profesor me miró con desaprobación y algo de burla y yo corrí a sentarme en mi sitio. Unos rizos negros pasaron por mi campo de visión. Mierda. Jace no. Jace no. No creía que pudiese soportar cualquier comentario que me hiciese. Así que me senté en mi pupitre, intentando no dirigir la mirada al pupitre de al lado, donde el chico con el cabello crespo oscuro estaba sentado. Una mano se posó sobre mi muslo. Me fijé en ella, tenía pequeñas heridas en los puños. Rápidamente la retiró. ¿Era él el que había pegado a Jace?

-Siento haberme marchado así esta mañana.

Giré la cabeza para contemplar la cara de Harry. No era la de Jace, la cuál me esperaba. ¿Eso significaba que el que había pegado a alguien era Harry? ¿Y si hubiese sido a Jace? ¿Y si, en realidad, Jace no era el malo con el que había estado soñando estos últimos días?

-¿Dónde has estado? -le susurré.

-¿Por qué...? Ah. Ya veo. ¿Te refieres a las heridas? No son nada. En serio, no te preocupes.

Decidí no seguir con el tema. La verdad, es que no quería saber si me mentía o no. Aunque ya sabía la respuesta. Tenía que hablar con Mike. ¿Y si Jace estaba en peligro? ¿Y si...?

Oh.

Mierda.

Cuando el pasado sí importaजहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें