C A P I T U L O 22

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C a p í t u l o 22 "Cena familiar"

No sé si estoy pagando una clase de penitencia por estar enamorada del gran Harry Styles. Quiero decir, amo tenerlo aquí, pero a quien ya no aguanto, es a la rubia a su lado que no deja de parlotear acerca de todos los invitados que asistirán a la boda.

Miro la lista de personas que estarán en la celebración y con un suspiro trato de poner la mayor atención a la chica para así saber en qué mesa debo sentar a cada uno de ellos.

Cuando los toques en la puerta de mi departamento se hacen presentes, agradezco la interrupción y Harry se ofrece a abrir para poder recibir a Sam, quien viene con una botella de vino en la mano.

— ¡Harry, qué sorpresa! — Sam habla emocionado y abraza al chico frente a él

— Lamento que hayamos arruinado su velada, pero ya sabes, Paige está emocionada y quiso venir al departamento de Isa para hablar sobre nuevas ideas que se le ocurrieron para la boda, pero ¡pasa! — habla divertido

— Buenas noches, Paige — Sam se acerca a la rubia y besa su mejilla — Linda ¿cómo estás? — ahora se pone de cuclillas para llegar a mi nivel y permito que me bese

— ¡Súper bien! — murmuro con una falsa emoción que sólo el percibe

— Creí que solo estaríamos nosotros — habla en el mismo tono que yo

— ¡Claro! Vamos a la cocina a abrir esa botella — me pongo de pie y antes de que él objete algo, lo llevo de la mano hacia el lugar donde dije

— ¿Qué fue eso?

— Necesito cinco minutos sin esos dos — señalo a nuestros amigos que se mantienen en la sala observando la maqueta del acomodo de los invitados — ¿Puedes abrir la botella? Por favor — paso mis manos por mi cabello repetidas veces

— Lo haré mientras me explicas que está pasando

— ¡Llegaron de la nada! — me quejo — ¿Sabes por qué? Porque a Paige le llegó la necesidad de hablar de las mesas además del banquete de la boda...

— Pero creía que los verías mañana — Sam dice y saca cuatro copas de vino

— Y se supone que así sería, pero dice que no podía esperar hasta mañana. Incluso les dije que hoy era la noche en que te veía y no le importó

— Hagamos esto — me acerca una copa de vino — Inventaremos que me siento mal, no sé, que tuve algún problema y realmente necesito estar a solas contigo para hablarlo

— No lo sé — dudo un poco — ¿No crees que sería un poco descortés de mi parte?

— Isabella, estás en tu hogar, son las 9:30 p.m. Me parece que no estás en horario de oficina, mereces estar descansando

— Tienes toda la razón — suspiro y recargo mi cabeza en su hombro — De verdad esto está siendo muy difícil

— Lo sé Isabella, es mucho trabajo — dice completamente ajeno al doble sentido que tienen mis palabras — ¿Quieres que te ayude a relajarte un poco?

— Y ¿cómo lo harías? — pregunto curiosa

— Pensaba en un masaje

— Yo creo que podría ser de otra manera — me acerco coqueta a su labios y dejo un suave beso sobre estos y es que la verdad, después de la primera noche que estuvimos juntos, pude percatarme de que mi novio era bastante bueno en la cama

— Eso también me puede relajar a mí — contesta divertido y de manera sutil posa su mano libre en mi trasero

— Lamento interrumpir — una voz ronca suena detrás de nosotros, y cuando Sam se aparta de mi vista, observo a Harry, quien alza las cejas de manera incómoda

YOUR TYPE | H.S.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora