Isabella está dispuesta a despedirse del amor que siente por su mejor amigo, todo sea por la felicidad de él; ha quedado claro que Harry no siente nada por ella y aunque ha pasado toda la vida dándole su corazón, pareciera que Isabella nunca será su...
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Sintiéndome totalmente agradecida de que la tarde del viernes fuera cayendo, bajo por las escaleras de la empresa en la que trabajo y digo "adiós" a todo el que se cruza en mi camino. Necesito con urgencia mí fin de semana para poder descansar de todos los proyectos que tengo, entre ellos, la evidente boda.
Las ganas de llegar a mi departamento, tomar un baño y recostarme en mi cama se ven pospuestas debido a que debo ir al bar con mis amigos, a los cuáles, he dejado en el olvido por algunos días.
El ritmo que ha tomado mi vida en las últimas semanas ha ocasionado que mi rendimiento sea un poco bajo y mis movimientos y pensamientos sean un tanto torpes. Trato de culpar a la cantidad de trabajo, sin embargo, no me atrevo a admitir que mucho se debe al compromiso de Harry y Paige. Las exigencias por parte de la rubia son tantas que la mayor parte de su tiempo libre se la ha pasado encerrada en mi oficina supervisando todo lo que tenga que ver con su evento.
Y después de tantas horas y tantos días a su lado, puedo concluir que la dulzura de la que me admiraba, ahora me mata.
No pasa ni un minuto en el que quiera agarrarla de su lindo cuello y presionarlo con mis manos solo para que se calle por unos segundos. Y juro que esto no tiene nada que ver con el hecho de que sea la futura esposa de mi mejor amigo; sigo intentando mantenerme en mi postura de olvidarme por completo de mis emociones hacia el de ojos verdes y evitar tener más pensamientos como los que tuve en la cena con la familia de Sam; pero es complicado con la rubia ahí recordándome todo el tiempo lo maravilloso que es ser la prometida de Harry Styles.
No sé que más quiero.
Estoy con un hombre que me hace feliz, que me besa de manera tan dulce, que me respeta, que no deja de repetirme lo mucho que soy en su vida, que me hace el amor con una pasión sorprendente, que me sorprende cada día con pequeñas acciones...
— Entonces es verdad lo que dijo Patrick — una familiar voz me hace volver a la realidad y veo a Harry recargado en su auto con una sonrisa burlesca
— ¿En qué momento salí? — pregunto despacio al ver que ya me encuentro fuera del gran edificio — ¿Y Patrick? ¿Tú que haces aquí?
— A mí también me da gusto verte, Isabella — Harry se ríe y lo miro de mala manera — Patrick me dijo que llevabas días actuando de manera extraña y ahora lo compruebo
— No entiendo — ladeo la cabeza sintiéndome confundida
— Pareces un lindo cachorro justo así — sonríe mostrando su adorable hoyuelo y se acerca a mí — Parece que has estado distraída en los últimos días ¿pasa algo?
— No — respondo no muy segura
— Cuando saliste ibas con la mirada perdida y el ceño fruncido — hace una pausa — Justo así
