Isabella está dispuesta a despedirse del amor que siente por su mejor amigo, todo sea por la felicidad de él; ha quedado claro que Harry no siente nada por ella y aunque ha pasado toda la vida dándole su corazón, pareciera que Isabella nunca será su...
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Después de estar escondida en los baños, por lo que parecieron horas, trato de regular mi respiración y cuando me siento preparada, salgo de estos para toparme con esos ojos azules.
- Ven aquí - susurra Niall y me abraza con fuerza
- Yo quiero unirme a ese abrazo - la voz de Louis llega a nosotros y de repente lo tengo a él también pegado a mi cuerpo - Lo hiciste muy bien, Isa
- Me la pase llorando - digo por lo bajo para que solo ellos me escuchen - Fui patética
- Mostrar tus sentimientos no es significado de ser patética - dice Niall cuando nos deshacemos del abrazo de oso que me brindaron
- Supongo que de alguna manera, esta tortura ha terminado - me encojo de hombros - Necesito embriagarme
- ¿Quieres que te consiga un trago? - pregunta Louis
- Preferiría la botella entera
- Lo que ordene usted, señorita - me responde y besa el dorso de mi mano para después alejarse de nosotros
Patrick ahora es quien se acerca y después de un abrazo y palabras de consolación, me avisa que el área donde se llevará a cabo la fiesta se encuentra en orden, por lo que es buen momento para indicarles a los invitados que tomen asiento en sus respectivos lugares.
- Solo dame un minuto y te ayudaré con eso - digo
- Nada de eso - me detiene - Tu ya trabajaste mucho en la planeación, necesitas relajarte
- Lo que necesito es mantener mi mente ocupada - hago una pausa - Y esa botella que me prometió Louis, así que, la mejor manera de distraerme es ayudándote con poner orden aquí
- Isa, ya hay personas preparadas para que hagan esta parte del trabajo, solo por hoy tomate el día - entra a la conversación Niall - Debes darte un respiro
- Ese respiro lo tendré hasta que salga de aquí - digo entre dientes mortificada - Solo déjenme ayudar en esto, después, soy toda suya para que me inmovilicen
- Bien - suspira resignado mi compañero de trabajo
No muy lejos de donde nos encontramos, comienza a llegar a nuestros oídos la música de la banda que tocará esta tarde, por lo que Patrick y yo lo tomamos como la indicación para darles la bienvenida a las personas a que pasen un rato agradable.
Con paso determinado, caminamos entre los invitados y con algunas indicaciones, los guiamos hasta la zona donde se encuentra instalado todo lo necesario para llevar a cabo la tan esperada celebración.
Por un momento, me permito sonreír de satisfacción, cuando escucho comentarios positivos de los invitados acerca de lo lindo que luce todo su entorno.
