Isabella está dispuesta a despedirse del amor que siente por su mejor amigo, todo sea por la felicidad de él; ha quedado claro que Harry no siente nada por ella y aunque ha pasado toda la vida dándole su corazón, pareciera que Isabella nunca será su...
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Dicen que un buen corte de cabello sirve para cerrar ciclos.
También, en alguna otra ocasión leí, que incluso las más afectadas quedan casi calvas.
Y puede que tengan razón.
Cuando me miro en el espejo, me sorprendo gratamente del cambio que hay una vez que mi cabello solo llega hasta los hombros. Nunca fui de esas personas que creían esas tonterías acerca de que algo así de pequeño puede llegar a tener un gran significado en tu día a día, pero ahora, teniendo mi imagen de esta manera y considerando los últimos acontecimientos en mi vida, comienzo creer un poco en que este corte de cabello puede significar algo.
La ausencia de Harry increíblemente me había sentado de maravilla; no porque ya no lo quisiera en mi vida, solamente, que este mes me ha servido para respirar de todo lo que conlleva ser amiga de él.
Por alguna razón, en mí se había instalado algo nuevo: fe.
Existía en mí una nueva confianza en cambiar mis pensamientos, mi forma de vivir, mi forma de actuar.
Necesitaba hacerlo por mí.
Requería dejar de pensar tanto en los demás y por primera vez, poner toda mi mierda sobre la mesa y trabajar en ello. Harry se había casado, los meses habían pasado y no sabía nada acerca de Sam, en mi trabajo tenía muy buen puesto, tenía amigos maravillosos y una familia amorosa que realmente me apoyaba en cualquier cosa, por más estúpido que fuera.
¿Por qué tenía que dejar que todo lo ocurrido me matara?
Salgo de la estética con una sonrisa en mi rostro, probablemente, la más grande que ha habido en mí desde hace un buen tiempo. He quedado en reunirme con los chicos en un restaurante para celebrar el cumpleaños de Michael, así que, me monto a mi carro y manejo hacia el sur de la ciudad, donde se encuentra el lugar donde nos encontraremos.
El trayecto es agradable y me permito embobarme con los bellos paisajes que me ofrece Londres. Casi treinta minutos después, me encuentro bajándo del carro una vez que he llegado a mi destino.
En la entrada doy el nombre de la persona que se encargó de hacer la reservación, Gemma, quien en cuanto me observa acercarme a la mesa, abre demasiado los ojos y se pone de pie con rapidez.
— ¡Por Dios! ¡Isabella! — me abraza fuertemente y yo río correspondiéndole el gesto — ¡Te ves preciosa!
— ¿No crees que fue demasiado? — pregunto
— Para nada — me regala una sonrisa enorme
— Suelo inclinarme más por las chicas con cabello largo, pero por ti puedo hacer la excepción — me dice Zayn acercándose a mí
— Lo pensaré, Malik — beso su mejilla y después me dispongo a hacer lo mismo con el resto
Mentiría si digo que sus halagos no subieron un poco mi autoestima y por alguna razón, entiendo perfectamente el por qué todos se encuentran un poco abrumados por este cambio.
