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C A P I T U L O 31

C a p i t u l o 31 "Canciones de radio" 

Maratón 1/3

Odiaba esta estúpida canción que me tenía llorando con intensidad y que ni siquiera me permitía encender mi maldito automóvil. Quería apagar la radio, pero mi cuerpo se sacudía de manera tan exagerada por el llanto que brotaba de mí, que estaba segura de ni podría hacer eso.

Lo peor de todo, es que la canción ni siquiera tiene tanta relación con mi historia, sin embargo, aquí me tiene sufriendo con ella.

Mi rostro está pegado al volante y mis manos aferradas al mismo, mientras que Gemma guarda silencio a mi lado y solo mueve su mano de arriba abajo por mi espalda.

Ahora mismo, ya no tengo idea de si le lloro a Sam o a Harry o a mí.

Drivers License llega a su fin y agradezco al cielo por ello, pero el alivio no me dura mucho, pues The Night We Met suena ahora.

— Mierda — Gemma maldice — Mejor voy a apagar esto — la música se ve remplazada por mis sollozos y los ruidos de la ciudad — De verdad, Isabella, puedo ir yo a hacer las compras, tu espérame aquí

— No, estoy bien — suspiro y me doy unos segundos para tranquilizarme

— Al menos déjame manejar, no creo que estés en condiciones de hacerlo — me suplica y con un suave movimiento, me quita las llaves del automóvil de las manos y se baja de este, segundos más tarde, hemos intercambiado el lugar

Gemma maneja hasta el supermercado y todo el recorrido es hecho con una charla que me da acerca de cómo ha ido su trabajo en los últimos días. Me siento pésima amiga al solo darle respuestas cortas, pero cuando me disculpo, ella me asegura que no hay ningún problema.

— Muy bien, como nuestra tarde será de chicas, necesitamos helado, frituras, chocolates y pañuelos — canturrea por los pasillos del supermercado y yo solo la sigo arrastrando los pies — Y claro, también leche y todo ese tipo de cosas que sueles consumir siempre

— Yo creo que solo deberíamos tirarnos en el sofá y dormir

— Ya has dormido demasiado, necesito mantenerte ocupada, no puedes pasarte los días pensando en dos hombres — me regaña — Ya ha pasado una semana desde la última vez que viste a Harry, y dos desde lo de Sam, así que ya tuviste el tiempo suficiente para hundirte en tu cama, además, te has descuidado demasiado y no voy a permitir que eso continúe

— Yo no creo estar preparada para volver a la normalidad

— Y nadie te está pidiendo que lo hagas, Isa — hace una pausa — Sólo necesito que te levantes de tu cama y afrontes tus sentimientos, durmiendo lo único que haces es ignorar la realidad — se gira para verme atentamente — Necesitas soltarlo todo, llorar y vivir tu duelo el tiempo que sea necesario — toma mis manos y las sacude un poco — Pero vívelo, no te niegues a sentir tristeza y desesperación, si te lo sigues guardando, el día de mañana te generará peores consecuencias

No puedo evitar abrazarla y su respuesta me pone emotiva, pues besa mi mejilla y me sujeta fuertemente.

— Te amo, eres mi hermana y sé perfectamente que vas a lograr salir de esto — me consuela — ¿Y ustedes que ven? — alza la voz a un grupo de adolescentes que se burla de nosotras, o mejor dicho de mí

Estoy en pijama, con una sudadera que me queda enorme y en pantuflas llorando en el supermercado, luciendo espeluznante.

— Seguro piensan que me estoy preparando para Halloween — intento bromear

— ¡Hey! Dijiste algo irónico — se separa de mí con una gran sonrisa y yo la miro sin entender — Muchas de tus respuestas son así y que lo vuelvas a hacer, significa mucho para mí