Capítulo 2

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Narra Yojed

Carly lleva dos días sin comer y ya no se que hacer, lo malcriada se le está subiendo para la cabeza, me pregunta que para que la tengo aquí y la verdad es que ni yo mismo sé la respuesta a esa pregunta porque supuestamente la había secuestrado por venganza, pero ni sintiendo el mayor odio del mundo hacia ella sería capaz de tocarle un pelo.

Ya no la quiero tener retenida, mañana mismo pienso dejarla al frente de su casa e irme del país, aquí no hay espacio para mí, quiero empezar desde cero en otro lugar y olvidarme de todo lo que he sufrido. Me he quedado solo y es hora de asimilarlo.

Tomo el plato desechable con un sándwich y una botella de jugo a ver si hoy si se decide a comer y si no lo hace me da igual, de todos modos mañana esto abrá acabado. Entro al cuarto y enseguida levanta la cabeza y se me queda mirando, no puedo negar que con todo y lo demacrada que está sigue siendo hermosa. Tomo una cuchara y se la llevo a la boca.

—Abre la boca.

—No quiero.

—Por una vez en tu vida deja de lado tu ego y come o te vas a desmayar.

—No quiero —la miro una vez más y tiro el plato al piso lo que hace que se sobresalte.

Esta mujer me agota la paciencia en cuestión de segundos, dios como puede ser tan pedante.

—Sabes que, nos comas, mañana vas a estar en tu casa y no me vas a tener que volver a ver en tu vida.

—¿De que hablas?

—Mañana en la madrugada te llevaré al frente de tu casa y me iré del país, para cuando intentes denunciarme ya no quedará rastro de mi.

—No entiendo.

-Que no entiendes, ¿se te atrofiaron las neuronas o qué?

—Me tienes retenida hace una semana, no me haz tocado ni un pelo, ni me haz ofendido, cuál es el propósito de esto porque me estoy perdiendo.

—Pasa que me cansé de esta mentira, seré pobre como dices, sí, pero jamás le haría daño a otra persona, ni aunque esa persona me haya lastimado.

—Antes de que te vayas yo... yo lo siento...

—¿Tú por qué?

—Por burlarme de ti el día de la muerte de tu madre, yo no lo sabía.

—¿Estas queriendo decir que si ese día no hubiera muerto mi madre no te hubieras arrepentido de decirme las cosas que me dijiste?

—Mira lamentablemente así soy, nunca me he parado a medir mis palabras y pues la verdad es que todo esto me ha echo reflexionar y darme cuenta de que por la vida no se puede ir lastimando a los demás así porque sí, lo lamento mucho y todo esto solo me demuestra que aún después de haberme secuestrado eres mejor persona que yo.

—¿Pero que dices?

—Que lastimé tus sentimientos el día de la muerte de tu madre y aún así me tienes aquí atada de pies y manos, pudiendo hacerme lo que quisieras y no me haz tocado ni un pelo, se ve que eres bueno Yojed y de verdad lamento haberte echo sentir mal aquel día.

—Ya eso pasó y lamento que estés pasando por esto, mañana todo terminará.

—Yo... no pienso denunciarte, le diré a mis padres que estaba de vacaciones.

—¿Por qué harías eso?

—Porque te lo debo.

—No me debes nada, pero te lo agradezco ahora me voy y mañana temprano ya estarás en tu casa.

Me dirijo a la puerta y cuando me dispongo a abrirla escucho a Carly llamarme.

—¿Qué pasa?

—Es que yo no sé como decirte esto... pero... ya que arreglamos nuestras diferencias podrías darme algo de comer, es que llevo días sin comer y...

—Oh claro, enseguida te traigo algo.

Salgo del cuarto y busco lo que yo pensaba comer, vuelvo a entrar y desato a Carly.

—Por favor no hagas nada imprudente, ya mañana vas a estar a salvo y así puedes comer mejor.

—No tranquilo -Al coger el plato devora el sándwich en tiempo récord.

—Si que tenías hambre.

—La verdad es que sí, ¿y tú no comes?

—Había comprado lo necesario y como tiré el tuyo te di el mío.

—Oh por Dios me lo hubieras dicho, ¿y ahora que harás?

—Tranquila comí en la tarde.

—Oh ya.

—Disculpa si te ofendo pero esta chica que veo no se parece en nada a la prepotente que veía todos los días en la compañía —ella baja la cabeza y veo que mi comentario no le agradó— bueno mejor me voy que seguro quieres descansar, le pondré seguro a la puerta para que puedas dormir desatada.

—Tu comentario no me ofendió, sólo que ni yo misma me reconozco, tal vez me comporto así porque de cierta forma tu no me presionas a ser alguien que no soy —que se haya abierto conmigo de esa forma me sorprende bastante por lo que decido no darle más vueltas al asunto.

—Entiendo, descansa.

Salgo y cierro la puerta con seguro y me acuesto en el sofá de la sala ya que estamos en mi departamento y Carly está en mi habitación, la única de la casa, por lo que me toca dormir aquí.

Al otro día a las cuatro de la mañana estoy de pie, abro la puerta de Carly, la despierto y vamos hacia mi coche. Ella no ha hablado y supongo que es porque desea estar ya en su casa, lo que no entiendo es la expresión de sus ojos que se muestran apagados cuando deberían detonar felicidad por volver a su hogar.

Manejo durante dos horas y todo el camino ha reinado un silencio que para nada resulta incómodo. Al estar a una cuadra de la casa de Carly freno y veo que todo el lugar está rodeado por policías. Más de veinte patrullas. Escucho como dicen carro sospechoso a veinte metros y rápidamente me doy cuenta que se refieren a mi. Le abro la puerta a Carly y le pido que se baje y veo que no se mueve.

—Carly por favor bájate me van a coger —ella se queda en silencio— mira sé que deseas que se haga justicia pero nunca quise hacerte daño y si la policía me coge, tus padres no van a permitir que vuelva a ver la luz del sol.

—Llévame contigo —veo que decirme eso le causa pesar, se ve triste y confundida.

—¿Qué? ¿De que hablas?

—por favor arranca y olvida que voy contigo.

—Pero me voy hoy del país y tú ¿qué vas a hacer? Pensé que te daría gusto volver.

—No vas a entender, pero me sentí mejor secuestrada contigo que en mi casa.

—Mira no se de que hablas, pero una vez te marches conmigo en este carro corre de tu cuenta que no quisiste volver cuando pudiste.

—Lo sé, ahora arranca o nos van a coger —doy marcha atrás y rápidamente salgo de aquel lugar.

No sé que pasará pero no es normal que Carly haya decidido irse conmigo y la verdad es que eso debería asustarme pero ahora mismo solo puedo sentir felicidad de que la mujer que amé y odié durante un año en secreto haya decidido abandonar su vida por huir conmigo.



Ramé (Borrador)Where stories live. Discover now