Ramé (Borrador)

Capítulo 25

Narra Valeria:

Sangre, mucha sangre cae por la pierna izquierda de Yojed. Josué (el hermano de Aisha) después de que Yojed lo provocara empezó a jugar con una navaja a hacerle pequeños cortes y cuando vió que Yojed no gritaba y solo se mantenía mirando un punto fijo, soportando el dolor, más se enojó pues si Yojed no grita yo tampoco lo hago ya que sé bien que no gritar lo enoja. Si ambos estuviéramos demostrando nuestro miedo y dolor más se inspiraría y más daño nos haría.

Cuando veo que se dispone a volver a presionar la herida reciente de la pierna pongo todos mis sentidos en no dejar que me afecte y poder pensar como salir de aquí, después del demasiado esfuerzo tratando de buscar una salida lo recuerdo, la pulsera de plata que traigo puesta (obsequio que me dió mi madre cuando apenas tenía 5 años) tiene instalada una alarma en algún lugar, el problema es saber dónde está y si es cierto siquiera porque jamás en mi vida la he utilizado y la tengo hace muchos años ya.

Con un poco de dolor giro mi mano derecha hacia arriba y empiezo a tocar dije por dije de la pulsera, a presionarlos pero no siento nada fuera de lo normal, la poca ilusión que se había instalado en mi pecho por pensar que podría sacar a Yojed de aquí va muriendo cuando los dijes se comienzan a acabar. Cuando llego al último me resigno a dejar de intentarlo, paso mis dedos por última vez por encima de todas las partes de la pulsera y me doy cuenta de que me faltó revisar el seguro para abrirla y a mi mente vienen las palabras de mi madre el día que me la entregó:

>>>Esta pulsera estará contigo por el resto de tus días, no tienes ninguna necesidad de quitarla, con el paso de los años será una parte más de tu mano, si por alguna razón te encuentras en peligro protégela y mucho cuidado al quitarla>>>.

Con mucho cuidado a que se abra y caiga sin poder activar la alarma giro el seguro y siento el kit de seguridad, lo aprieto y después de unos cinco segundos siento el pequeño botón encogerse y la pulsera cae de mi mano. Nerviosa por no saber si eso va a funcionar miro hacia el frente y encuentro a Yojed mirándome y por su mirada puedo notar que se dió cuenta de que estaba haciendo algo, cuando miro más hacia un lado veo a Josue caminando hacia él con una pinza y antes de que pueda hacerle más daño a Yojed me dedico a hablarle para ganar tiempo. 

—Dime Josué, ¿te interesa saber la historia de por qué tu hermana comenzó a llegar llorando a tu casa?