Capítulo 20

7 2 0
                                    

Narra Valeria:

Después de calmarme cojo las llaves de mi auto y voy hasta la estación de policía, ahora que sé que Yojed está secuestrado no pienso esperar ni un minuto más, necesito encontrarlo, saber que está bien, que no le han echo nada. Me moriría si le tocaran un solo pelo por mi culpa.

Al llegar a la estación bajo del auto y cuando voy a entrar siento que me están vigilando, miro hacia ambos lados y por distraerme choco con alguien, le pido disculpas e intento seguir caminando pero un papel cae al piso, me agacho a recogerlo dispuesta a llamar a la chica con la que choqué pensando que es de ella pero al ver mi nombre me doy cuenta de que esto no es casualidad. Lo tomo en mis manos y me paro nuevamente.

"Tic toc, cada error cometido significa un nuevo dolor para tu amor, ¿eso deseas? Misma hora, mismo día, como olvidar el día que tus alas blancas se convirtieron en rojas. Tu infierno personal te espera"

Esto es lo único que necesitaba para comprobar que ha llegado el momento de pagar por mis pecados, no me quejo, soy culpable y asumiré mis culpas, pero después de que sepa a Yojed a salvo.

Voy hacia mi coche nuevamente y conduzco hasta mi casa. Estando allí me encierro y voy hasta el pequeño despacho que hay en la primera planta del ático. Cierro la puerta con seguro y camino hasta la enorme librería que cubre toda la pared. Cuento ocho libros de izquierda a derecha y ahí lo encuentro. Tomo el libro de carátula dura color verde botella y lo abro. Dentro se encuentran las únicas armas que he tenido en mi vida y que sé que necesitaré si deseo ayudar a Yojed a salir de allí. No me interesa regresar yo pero el si debe hacerlo.

Me coloco la navaja debajo de la ropa interior y queda sujetada con el elástico de esta. La pistola la pongo en la parte baja de mi espalda pero no creo poder tenerla mucho tiempo, es casi seguro que me la quitarán. Por último tomo el collar con gps activado y que una vez presione enviará las coordenadas de dónde esté a la policía junto con un sms de ayuda.

Voy hasta la habitación me hago una coleta, me cambio las sandalias de tacón por unos tenis. Me pongo un abrigo para que no se note el arma y vuelvo a tomar las llaves para viajar hacia la ciudad donde empezó y acabó la vida de la antigua Carly. 

Narra Yojed:

Después de unas eternas horas en automóvil siento que este finalmente se detiene. Espero a que vengan a bajarme y cuando abren la puerta no esperaba un pinchazo en el cuello que hace que se me duerma la lengua, se me vayan cerrando los ojos y caiga en un estado totalmente inconsciente.

Lo más raro de todo es que mi cuerpo está completamente inmóvil, estoy como desmayado pero mi mente sigue consciente, siento como me arrastran hacia algún lugar y tiempo después escucho lo que parece ser un avión despegar. Lo malo de esto es que no sé cual de todas las alucinaciones que estoy teniendo son reales y cuáles son solo eso, alucinaciones provocadas por la droga que me inyectaron.

Después de uno de los viajes más largos de mi vida donde mi mente no dejó de pensar tonterías en ningún momento siento como vuelven a cargar mi cuerpo. Hoy me siento como una persona con muerte cerebral, primero no poder ver por la venda y ahora esto.

Han sido las 24 horas más largas y pesadas de mi vida. Lo único bueno de esta droga es que me mantiene relajado y no me deja entrar en pánico pero muy en el fondo mi subconsciente tiene miedo por lo que pueda pasarme, tengo miedo que Valeria esté involucrada tras el fin de este secuestro, de que intenten hacerle daño, desde el accidente de su amiga ella no era la misma, se notaba preocupada y a estas alturas ya debe saber de mí desaparición.

Después de un tiempo siento como algunas partes de mi cuerpo comienzan a reaccionar y cuando logro controlar la movilidad de todos mis músculos levanto mis manos y noto que estas no están atadas. Mis ojos se abren lentamente y es como si estuviera despertando del sueño más profundo de mi vida. Cómo si todo lo anterior solo hubiera sido producto de mi imaginación pero cuando llevo mis manos frente a mis ojos me doy cuenta de que la movilidad de estas no se debe a qué ya no estén atadas sino que ahora lo que las sostiene son unas largas y gruesas cadenas colgando de ambos lados de la pared.

Frente a mí veo una cámara y el resto de la habitación se encuentra medio oscura. No alcanzo a ver más ningún mueble ni nada más. Cuando me detengo a analizar mi ropa me doy cuenta de que solo llevo unos boxer y que en mi pecho hay cables conectados. Eso hace que me empiece a alterar y según va aumentando mi pulso los cables que anteriormente ví empiezan a desprender pequeñas descargas en mi cuerpo, rápidamente me doy cuenta de que están interconectados a mis pulsaciones por lo que me hago de todo mi autocontrol para estabilizar mi pulso y poco a poco las descargas vuelven a ser nulas. No sé que es toda esta payasada pero mientras lo averiguo intentaré no ponerme más en peligro de lo que esta situación me permite.

Ramé (Borrador)Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt