CAPÍTULO 20

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Play with fire-Sam

Narrado por Aiden

Han pasado quince minutos y Katherine no ha regresado al interior, quiero darle ese respiro que necesita, pero tanta espera me está matando.

¿Está desarrollando una tesis en el jardín o que?

Con una sonrisa ladeada y un asentimiento de cabeza me deshago de otro de los muchos buitres carroñeros que revuelan a mi alrededor esperando obtener algo de mí o de Nikolai. Sueñan demasiado si piensan que yo caeré tan rápido.

—¿Y la arañita? -Dice Nikolai interceptándome en mi camino hacia las puertas por las que minutos antes ha salido Katherine. -Yo no le daría tanta confianza, recuerda que le encanta poner micrófonos por todas partes.

Su sonrisa de dientes blancos y perfectos asoma y sé que tiene razón, Katherine no confía en mi ni en nadie, es probable que aproveche cualquier oportunidad para intentar espiarnos o conseguir la información que le hemos omitido.

—Yo me encargo de ella, deja de provocarla.

—¿Yo la estoy provocando?

—¿A que ha venido esa forma de hablar antes? ¿Quieres que acabe metida en una red de tráfico de personas, padre? ¿A eso hemos venido? -Digo con hastío. —Si de verdad quieres que ella lo descubra todo, deja de ser un capullo con ella.

—¿Eso es lo que estás haciendo? ¿Ganarte su confianza sabiendo que la acabarás destrozando cuando todo estalle? -Ladea la cabeza, divertido. —¿Quién es más capullo?

—Yo no quiero destrozarla, eres tú el que lo complica todo con tus juegos.

—Di eso si te hace sentir mejor.

Me saca de mis casillas. Él sabe que este juego es algo que él ha querido jugar en vez de tomar la alternativa fácil. Supongo que lo de jugar con la comida lo aprendí del mejor.

Sorteo su figura y sigo adelante hacia las puertas dobles por las que desapareció Katherine. Fuera hace frío, es una noche de noviembre fría, demasiado para que ella esté aquí fuera deambulando tan tranquila. Miro a ambos lados sin ver ni rastro de ella, todo está en calma.

El único sonido es el del césped al ser aplastado por mis zapatos y las copas de los arboles al ser movidas por el aire frío. La punta de mi zapato golpea algo y lo hace girar entre la hierba. Enfoco la visión para intentar distinguir de que se trata en medio de la oscuridad. Flexiono las rodillas y sostengo lo que parece ser una copa manchada de un pintalabios rojo sangre que me resulta familiar.

Miro a ambos lados, esperando encontrarla. Algo dentro de mi sabe que las cosas no andan bien pero mantengo la calma porque una persona como yo no puede dejarse llevar por algo así. Sigo caminando a lo largo del jardín sin encontrarla y los terrenos que rodean la mansión son tan extensos que dudo que la encuentre fácilmente.

—Si estás jugando al escondite, no tiene gracia Katherine. -Digo más para mí mismo que para que ella me escuche, ya que es imposible.

Me llevo la copa a la nariz e inhalo el olor del champán que aún permanece en la copa aunque esté vacía. Distingo un olor metálico que no puede ser del champán y sino estuviese ya bastante seguro de que la situación está torcida completamente, el sonido de un disparo rasgar el aire me sirve de confirmación.

El disparo procede de una pequeña arboleda que rodea a la mansión, separándola de la carretera y las miradas curiosas.

Saco el teléfono del interior de la chaqueta del traje y marco rápidamente a uno de mis subordinados que se encuentra aquí esta noche mientras corro dirección del disparo.

El Juego de la ArañaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora