CAPÍTULO 28

43.3K 2.2K 1.4K
                                    

Natural-Imagine Dragons

Resulta que Roy O'Kelly es un hombre con gustos peculiares. No ha contratado un espectáculo de baile cualquiera, sino que ha contratado una compañía que recrea la icónica escena de Abierto hasta el amanecer. Esa en la que Santanico Pandemonium mueve sus caderas al son de una música seductora e hipnotizadora con una serpiente albina sobre los hombros.

Cuando Ash me facilitó los datos de la compañía, me tiré una noche entera investigando y viendo videos en Youtube del espectáculo. Debo aprenderme las coreografías a la perfección y no estaría mal tener una serpiente albina de mascota, por lo menos estaría familiarizada conmigo. Rezaré por no ser estrangulada en mitad del espectáculo.

Dispongo apenas de dos días para aprenderlo todo y trazar bien el plan que nos llevará al despacho.

En un principio los escorpiones se encargarán de dejar fuera de juego a la bailarina principal antes de que suba al escenario, entonces yo tomaré su lugar. Después tanto ellos como Ash se mezclarían con el servicio de catering. Espero distraer a los presentes lo suficiente como para que Ashton pueda meterse en el despacho sin problemas y después, si el momento me lo permite, haré lo mismo para darle respaldo y poder rebuscar entre los cajones y documentos.

—¿Katherine?

Pestañeo saliendo de mis pensamientos.

—Perdona, Cassie.

Ignorando gran parte de mis responsabilidades del día, hoy he decidido pasar un poco de tiempo con Cass después de clase. Hemos ido a su casa con la intención de estudiar juntas, aunque yo realmente quería comprobar cómo está. Después del viaje a San Diego hemos estado unos cuantos días sin saber mucho de la otra y comenzaba a sentirme culpable por desaparecer.

—¿En qué estabas pensando? —Pregunta.

—Nada importante. —Intento sonreír, pero creo que más bien hago una mueca extraña. —Solo estoy un poco distraída.

—¿Y tiene nombre esa distracción?

Levanta las cejas de forma divertida.

—No sé para que te cuento nada. —Suelto un suspiro exasperado. —No vas a parar de hablarme de Aiden.

—Es que me parece que hacéis una pareja increíble. —Aletea las pestañas mientras junta ambas palmas.

—No formamos ninguna pareja, porque él ya tiene una. —Estrecho los ojos. —Solo te lo recuerdo, romántica.

Me tira uno de los regalices negros que hay sobre la mesa.

—¡No soy una romántica!

—Encima también mentirosa.

Agarro el regaliz que me ha tirado y comienzo a mordisquearlo. Cass pone los ojos en blanco y se hace un moño desordenado con la ayuda de un lápiz.

—¿Estás segura de que se va? —Asiento. —¿A dónde se va?

—Supongo que a Rusia, creo que es su país natal.

—¿Y porqué ha venido a nuestra facultad si solo va a estar unos meses?

Buena pregunta. Lo más probable es que todo sea una falsa y ni siquiera esté realmente en la facultad. Tal vez se dedique a deambular como un fantasma de un lado a otro, vigilándome a la vez que levanta faldas con la mirada.

—Pregúntale tú.

Me encojo de hombros y luego intento prestar atención a las hojas frente a mí. Tanto jueguecito de espías me ha tenido muy alejada de los estudios y ahora se me ha formado una bola de nudos imposible de desenmarañar. No soy mala en los estudios, o eso creo, solo es que Aiden Volkov aparece cada vez que intento memorizar un párrafo completo.

El Juego de la ArañaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora