Sencillo y maravilloso

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Samantha Ross

La noche anterior fue larga, aunque intenté evadir la discusión fue imposible, al final solo fueron gritos y más gritos fuera de lugar, otra noche en que mi madre actuó como una arpía y no le bastó con eso logrando que Grace también saque sus garras asquerosas. El sábado paso de forma veloz, me había despertado a las tres de la tarde, nunca había dormido tanto, aunque cabe recalcar que la noche anterior no dormi nada por estar derramando lágrimas estupidas, al salir de mi habitación como una muerta viviente me encontré con lo hermoso de quedarse sola en casa, Grace tal vez fue a buscar trabajo y mi madre no lo sé tal vez a tirar veneno por otro sitio. Ese día no volvieron hasta la noche donde por suerte ya estaba protegida en mi querida habitación.

Es domingo por la noche, dentro de unos minutos será la media noche, el día pasó de igual manera que el sábado, conmigo encerrada en mi habitación comiendo chatarra y con un aspecto desfavorable, estaba acostada escuchando música triste que ayudaba a aumentar mi ganas de mandar todo a la mierda hasta que me llegó un mensaje.

Chico ego: ¿Sigues depresiva o, tienes ganas de un paseo contra castigo?

Una sonrisa se escapó instantáneamente al leer su mensaje, la idea no me desagradó, después de todo llevo un día entero encerrada, no es normal.

Yo: ¿acaso quieres secuestrarme?

Chico ego: no se le llama secuestro si la víctima está de acuerdo pequeño mounstro tonto

Yo: pasa dentro de media hora, espérame en la esquina de la cuadra junto al semáforo.

Conecté mi teléfono y corrí a bañarme, suficiente tenía con que mis vecinos me hubiesen visto como un zombie y no era necesario que él también lo hiciera, vestí de manera casual, unos jeans flojos con un top también flojo acompañandolo con una chaqueta y unos vans negros, tape mis ojeras con algo de corractor y dejé mi cabello suelto, me veía bien a pesar de que el maquillaje no podía ocultar del todo las bolsas negras bajo mis ojos aunque la noche ayudaba a pasarlas desapercibido.

Volví a observar mi teléfono encontrándome con un "nos vemos" por parte de Ryan haciéndome sonreír de lado, por más de que no era mi persona favorita pasar tiempo con él no era horrible, tengo que admitir que he sido más honesta con él que con cualquier otro amigo nuevo que he hecho en estos días, no sé si es bueno o deprimente por el hecho de que él me descubrió y no fue por que yo quise contarle aunque al final fue cómodo hablar con alguien.

Abro la puerta de mi habitación con cuidado sintiendo la adrenalina correr por mis venas, miro el pasillo oscuro y desolado, comienzo a caminar con cuidado hacia las escaleras, las bajo con cuidado de que la madera no rechine y me delate, voy bien hasta llegar al fin de estas, pero algo me detiene al ver la luz de la cocina encendida, mi estómago se revuelve en miedo de que alguien salga de ahí y más cuando escucho los pasos acercarse, corro tras el sofá y me recuesto en el suelo buscando esconderme en la oscuridad de la sala, la luz de la cocina se apaga y en su lugar se enciende la linterna de, supongo, un celular, al hacer eso me  garantiza que es Grace, ya que ella le teme tanto a la oscuridad que para subir las escaleras cuando baja por agua tiene que encender su linterna.

-Deberías de salir de ahí, esperaba más de ti, es vergonzoso de tu parte hacer eso.

Estaba lista para recoger mis ojos que salieron saltados de la sorpresa al sentir que se dirigía a mi, mas me detuve al darme cuenta de que no lo era.

-Eres un tonto, te dije que debías venir a buscarme y así no te aburririas con esos viejos empresarios.

Sentí que podía volver a respirar cuando supe que estaba en llamada con el tonto de su novio, mierda, a este paso necesitaré un corazón que no palpite tanto.

Prohibido Creer en Historias de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora