Algo más cambió

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Dylan

Subo mis cosas al auto y miro por última vez la casa, no quería irme sin despedirme pero después de pensarlo me di cuenta de que mejor así.

Cierro los ojos respirando profundamente, al sentir la mano de alguien posada sobre mi hombro los vuelvo a abrir.

-¿Te vas? -pregunta con el ceño fruncido.

Esquivo su mirada la cual busca mis ojos, aquello me hace soltar otro suspiro el cual me da el valor de darle la cara- Si Grace, me tengo que ir.

-¿Sam no salió a despedirte? -cruza sus brazos aún desconcertada.

-Ella... yo simplemente no la quise despertar, -bajo la cabeza sintiéndome cobarde nuevamente- es mejor así. -susurro solo para mí.

-¿Oh?, no sé lo que pasa entre ustedes, lo que si sé es que te estás comportando como un total cobarde, por si no lo tenías claro -pasa de mi devolviendose a la casa, su voz se oía decepcionada y la verdad la comprendía, sé que no estoy haciendo lo correcto, más sé que ella estará mejor sin mi.

Miro la ventana de Sam largando un último suspiro para así entrar al auto y seguir el camino al aeropuerto.

Samantha

Suena el despertador por milésima vez, no pienso dos veces y lo lanzo contra la puerta, suelto un bostezo tomando asiento sobre la cama, paso mis manos por mi cara para luego dirigirme al baño, después de terminar de asearme totalmente me visto y bajo a la sala.

Al parecer no hay nadie en casa, no esta Grace ni Dylan ... ¿Nadie?

-Holaaaaaaaaa -grito esperando que alguien me responda pero no, ninguno de los dos lo hace.

Tomo una manzana de la cocina para luego agarrar mi mochila e ir caminando al instituto, supongo que no hay nadie y tendré que hacer una caminata.

Después de caminar por tal vez 30 o 40 minutos llego al ¿Hotel 5 estrellas ?, ¡¿Que mierda?!, ¡¿otra vez me perdí!?

Paso mis manos por mí cara suspirando- ¡¿Otra vez!? -suelto enojada, algunas personas me observan desconcertadas ante mi grito lleno de desesperación, las ignoro y sigo con mi camino.

Observo por todos lados, al ver un taxi apresuro el paso hasta este.

- Buenos días señor, ¿está libre? -pregunto al taxista el cual asiente levemente, subo en la parte trasera para luego darle el nombre del instituto, el hombre se sorprende al igual que yo al parecer estaba muy lejos, no recuerdo haber caminado tanto.

Al llegar le suelto un gran agradecimiento al taxista junto con una buena propina, bajo apresurada comenzando a correr por los pasillos a mi tercera clase del día,nal encontrarme enfrente de la clase arreglo mi cabello además de mi vestuario, doy un pequeño golpe en la puerta esperando a que el profesor decida que es buena idea dejarme entrar.

El profesor la abre y niega con su cabeza al verme, me analiza de pies a cabeza juzgando hasta mi alma- Buenas noches señorita Ross -saluda con un frío sarcasmo.

-Buenos días profesor...- hablo avergonzada, solo a mi me pasan cosas como estas, ¿verdad?.

-A la oficina del Director -dice sin más con claro enojo en su aburrida voz, sin ser suficiente aquello también cierra la puerta como si ésta tuviese la culpa de mi tardanza.

Prohibido Creer en Historias de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora