¿castigada?¡¡NOAH!!

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Samantha

Al llegar el sonoro ruido del despertador (medio roto pero aún es un despertador) a mis frágiles oídos tome la almohada y me tapo la cabeza hasta que para, entonces me levanto bostezando, aún es temprano, muy temprano, es mejor despertar antes que mi madre, así podré evitarla y escapar al colegio de ella.

Después de tomar una tranquilizadora ducha con agua bien fría para que me despierte hasta la última neurona, comienzo a vestirme para el día de hoy, preferí ponerme un short color gris con una blusa suelta larga y por último con mi cabello hice una cola alta, aunque el que esté corto dificulta que no se me escape uno que otro mechón.

-Me gusta -me sonrio a mi misma en el especo mientras acomodo mí flequillo, me coloco los lentes, y listo solo queda recoger mi cartera.

Al encontrarla cargo en ella las cosas que utilizaré hoy, después de que nada me falte voy saliendo de la habitación , veo a Grace intentando bajar las escaleras sin hacer nada de ruido, al parecer mi idea no era tan ingeniosa puesto que que ella también se le cruzó por la mente.

Me acerco con cautela parandome justo atrás suyo- ¿A donde vas tan temprano? -le hablo al oído y esta da un pequeño brinco, aquello me hace soltar una buena risa que disimulo para no despertar a mamá ya que su puerta queda muy cerca de la escalera.

-Por el amor de Dios Sam, me diste un gran susto -le doy otra pequeña risa- shhh, no hagas ruido aún no se ha despertado o eso creo.

-¿Estas segura?.

-Si ya se hubiese levantado la escuchariamos cantando o haciendo algún escándalo -es verdad, mí madre siempre hace mucho ruido cuando despierta, dice que todos deberíamos enseñar a brillar al sol desde temprano, creo que en su vida pasada fue un grano en el c-, digamos en un lugar poco cómodo.

Solo ruego que mi madre no despierte cuando llegue mi gran taxista, sé que creerá que el chico ego es mi amigo o algo peor que eso, solo acepte que él sea mi chófer porque no quería que me vuelva a pasar lo de ayer, el taxista debió ir a contarle a sus demás amigos taxistas sobre la niña tonta que se perdió en una ciudad tan chica, y una mierda, Wyoming no es nada pequeña, todo me queda lejos y es estresante que todos los ciudadanos piensen que no es así.

Acompaño a mi hermana bajando de la escalera con cuidado, al llegar a la sala suspiramos al mismo tiempo, pero vaya sorpresa nos llevamos al cruzar la puerta de la cocina.

-¿Mis dos niñas ya están despiertas tan temprano?, que madrugadoras. -trae una jarra de jugo en la mano y con la otra lo esta revolviendo para disolver el azúcar.

-¡Buenos días! -la saluda Grace con falso entusiasmo.

-Tomen un poco de jugo, también corte algunas frutas para que se alimenten bien antes de comenzar sus jornadas -sonreí en forma de agradecimiento, lo que me agradaba de ella era que en su intento de arreglar sus errores del pasado hacía cosas amables por nostras dos, desayunamos en silencio mientras ella secaba algunos platos.

-Muchas gracias madre -agarre el vaso, en pocos  tragos me terminé lo que había en mi vaso, me llevé unos pedazos de manzana a la boca, con aquello era suficiente para que mi estómago no ruga en medio de alguna clase.

-El jugo está delicioso, además de que es mi favorito. -comente volviendo a revisar que en mi cartera no falte nada, últimamente he estado muy concentrada en mis estudios y odiaria que me falte algo a la hora de ir a clases.

-Amo estas frutillas, con algo de leche condensada o nutella serian perfectas -Grace agrega llenándose las mejillas con frutas.

-Sé que te gustan así, pero no había en su pequeña y nada variada almacén así que tuve que conformarme con frutas y jugo.

Prohibido Creer en Historias de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora