Samantha Ross
¿Alguna vez vieron como molestaban a alguien en clase?, espesificamente a un nerd, y como no podían hacer nada solo se quedaban mirando o evitando formar parte de aquello, pues si no lo hicieron pues yo sí, luego del largo viaje que tuve de Italia a éste nuevo país reflexioné mucho, de hecho no dormi en esas largas horas pensando en como podría cambiar las cosas y al final decidí que este año no será igual a otros, este año entrare a una nueva institución y pues...
-¡Sam! -gritó mi hermana desde afuera de mi habitación, uff odio que haga eso-¡Sam ya levántate tengo que hablar contigo!.
-¡Ya voy!, Ug -me levante de la cama soltando un gran bostezo, me dirigí a la puerta con mis ojos cargados de ojeras- Uff si no fueses mi hermana te habría matado hace mucho... - amenace abriendo la puerta viendola del otro lado con las manos en sus caderas.
-¡¿Que estas haciendo?!, ¡Hoy tenemos que ir a tu nuevo instituto! -uff cierto claro nuevo país, nueva ciudad , nuevo colegio, todo tan estresante...
-¡Wii que emocionante! -espete con falso entusiasmo, ¿mucho sarcasmo?.
-Vamos cambiate tengo muchas cosas que hacer luego. -paso sus dedos por su larga cabellera para luego dirigirse a la sala.
-Dame 30 minutos. -cerré la puerta con seguro, tomé una remera g shorts cortos, solté mi cabello peinandolo con mis dedos, por último tomé mis lentes que suelo utilizar para leer, bajé a la planta observandola meter una carpeta en su cartera.
-Va -antes de terminar de hablar examinó mi ropa y mis lentes- ¿por que estas vestida así?, ¿donde esta tu blusa ajustada y esas cosas? -claramente estaba sorprendida, yo no solía vestir así normalmente, ¿cual era la explicación?, después de ver como tratan a los que no les importa vestir cómodo o no gastar un dineral en su forma de verse decidí ponerme en sus zapatos por una vez, podría ser divertido por un tiempo.
-¿Así? -mire mi ropa y luego volví a sus ojos que me observaban con desconfianza- ¿Que tiene?, ¿no te gusta?, ¿me veo como una genia cierto? -sonreí divertida esperando su respuesta.
-Eh... ok no te entiendo, pero sé que esto no va a terminar bien si es otro de tus jueguitos mentales. -me dio la espalda y salió de la casa caminando hacia su auto, estaba algo viejo pero como antes pertenecía a la abuela ella decidió quedarselo.
Cerré la puerta de la casa y me dirigí al auto, entre y instintivamente solté un estornudo- Uff deberías de limpiar está antigüedad -comenté cerrando la puerta para luego bajar la ventanilla buscando algo de aire puro para evadir el olor a vejez.
-El día en que dejes de hacer bromas tontas e inmaduras lo haré. -respondió comenzando a manejar hacia nuestro destino "Uno de los mejores instituto de, no solo la ciudad si no del país", rode los ojos al pensar en sus palabras. Mire a mí querida hermana la que se veía tan graciosa, estaba mirando fijamente a la carretera como si fuésemos a chocar u algo así pero con esa velocidad a la que íbamos supongo que llegaremos mañana, y no, no estoy exagero acabo de ver a un anciano en bicicleta pasar más rápido que nosotras.
-¿Por que tan pensativa nena? -odio que me llame de aquella manera ya que mi madre lo hacía seguido.
-Sabes que odio que me llames así, -bufé- Grace cuánto falta para llegar ya quiero bajar de tu intento de auto. -intenté ofender al auto que tanto glorificaba.
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Prohibido Creer en Historias de Amor
Teen FictionSamantha Ross, la chica problemática a la cual las reglas le parecen ser hechas solo para romperlas o moldearlas a su propio gusto, llegó de Italia con su hermana mayor a la cual le causará muchos dolores de cabeza, en ésta nueva aventura encontrará...