¿Pequeño monstruo?

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Sam

El camino al instituto es silencioso hasta que él se digna a hablar.

-¿Por que el cambio repentino conejita? -pregunta sin dejar de mirar la carretera.

-No es un cambio repentino, es solo un pequeño experimento.

-¿Que clase de experimento?

-Pues el de la clase que solo se me puede ocurrir a nadie más que a mi. -claro el ego sobre todo, aunque no sabía si era una buena idea lo que tenía planeado hacer.

-Ya veo... aún así creo que tendrás mil chicos atrás sin importar como te veas -voltea su mirada hacia mi- no importa que ropa traigas siempre eres hermosa -sentí la necesidad de besarlo pero no lo hice, bueno el ya me había rechazado antes además no tengo ganas de producir un accidente automovilístico.

-Y llegamos, -no dije nada solo deje que estacionara y le di un beso en su mejilla de agradecimiento para luego bajar- que te valla bien Sam -me pareció raro escucharlo llamarme por mí nombre pero le reste importancia dandole la espalda y comenzando a caminar hacia la entrada del instituto, al entrar recorro los pasillos dirigiendome a la sala del director, este me dijo que fuese allí antes, al llegar veo a una muy sonriente secretaria, la cual se nota que no descansa mucho, tiene unas ojeras que nadie desearía ya que ni siquiera el maquillaje lo cubre.

-Buenos días Señorita Ross, el director lo está esperando junto con su compañero guía -alzo una ceja y ella sigue - el que te enseñara el colegio .

-Está bien, gracias señorita Aris - tocó la puerta discretamente, la abro al escuchar el "pase" del director, cuando lo veo a él, lo que me faltaba el chico ego, ¿por qué el está aquí?

-Buenos días pequeño monstruo -¿todos los apodos que reciban acaso serán sobre mi estatura?, que fácil es amargarme la mañana...

-No vuelvas a llamarme así
-paso y veo al director un poco confundido- Buenos días Señor Manson.

-¡Buenos días señorita Ross!, creo que ya conoces a mi querido hijo Ryan Manson, el te guiará mientras te integras a las clases.

-Así que el chico ego tiene nombre -susurré para mi misma olvidando el súper oido del chico... Ryan al parecer lo escucho .

-¿Acaso dijiste algo? -al posar sus ojos en mi niego levemente, deja de observarme y mira a su padre con cierto enojo- Me dijiste que por lo menos seria linda, ¿no te cansas de mentir? -le "susurró" se podría decir pero no lo suficientemente despacio ya que lo oí y supongo que esa era la intención, no lo culpo, luego será el primero querer acercarse.

Su padre lo regaña con la mirada negando levemente ante las palabras del chico.

-Bueno chicos es hora de sus clases vayan rápido, y señorita Ross si mí hijo lo molesta solo hagamelo saber. -asentí, salgo de la oficina con Ryan siguiendo mis pasos.

-¿Señorita Ross? -dijo burlándose .

-Cuidado hijito de papi, tal vez el te regañe si no te comportas bien conmigo. -también tenía que burlarme de él, cosa que al parecer no le gusto.

-Escucha, no creas que te ayudaré con nada, tengo mejores cosas en las cuales gastar mi tiempo y enseñarte donde quedan las clases no esta en esa lista. -como si me muriera por que él me ayude en algo.

-Como digas chico ego -leo la agenda la cual me indica que tengo clases de química, comienzo a observar buscando la puerta la cual me indique que sea esa.

-También basta con tus apodos, si alguien te escucha creerá que soy algo tuyo. -su voz suena fría como si fuese que se acabaría el mundo por algo tan ridículo como eso.

-Seria una catástrofe si alguna de tus fans supiera que hablas con alguien tan básica como yo -me burle y reí de mis palabras, llegamos a la clase de química, toque la puerta y al segundo una profesora muy enojada fulminó con su mirada la mia de corderito asustado.

-¿Estás son horas de llegar ? Señorita....-tenía el seño fruncido, siendo sincera me daba miedo con el cabello perfectamente peinado en una cola alta y unos lentes de color rojo que dictaminan poder.

-Ross -termino por ella al darme cuenta de que no sabía quién era- Samantha Ross, y disculpe la tardanza estaba en la oficina del director. -alargue la palabra director en cuanto su cara cambio de enojo a odio pero no me miraba a mí, voltee ligeramente mí cabeza y vi a Ryan con una sonrisa torcida.

-Pueden pasar. -wow vaya cambio repentino, ¿de enojo a odio?, al parecer no todos aman al chico ego, al entrar tome asiento en una mesa libre, los únicos libres eran uno al frente y otro al fondo, quería tomar el de enfrente es el que siempre usaba en mí antiguo colegio como toda una popular, pero aquí era una chica diferente que no conocía a nadie, así que me senté en la del fondo.

La clase era aburrida, nisiquiera estaba mirando a la profesora, estaba distraída mirando la clase, en una parte de ella, hacía el fondo estaban algunos chicos que de lejos se notaba que amaban los videojuegos, ¿como lo sé?, traen ropa de juegos raros, y desde aquí escucho de las cosas ridículas de las que hablan, más al frente, por donde está el chico ego hay algunas chicas las cuales creo que me caerían bien, bueno si no estaba en el papel de ahora, estas traían faldas por encima de la rodilla y el cabello suelto, son 3, la primera tenía el cabello rubio y los ojos café, con una blusa azul junto con una falda negra, la que estaba al lado tenía el cabello color ceniza y los ojos verdes, un top blanco y unos jeans rasgados en las rodillas, esta hablaba y bromeaba con Ryan, la otra tenía unos lentes rojos, el cabello negro corto y desordenado, traía puesto una falda igual a la otra chica y una blusa ajustada también roja, mire hacia mi costado y estaba un chico, el cual no pertenecía un grupo en general, se veía solitario y es más parecía que estaba encerrado en su mundo, éste traía una sudadera y jeans negros, su cabello era un castaño claro y los ojos eran como grises, es lindo, este no miraba a otro lado más que a su cuaderno, al principio pensé que estaba haciendo el ejercicio que dejó la profesora, pero no, estaba dibujando, no sé que por que desde mi lugar no alcanzaba a ver.

Después de no se cuanto tiempo por fin toco el timbre del receso, me estaba muriendo de aburrimiento y no exagero, guarde mis cuadernos y cartuchera en mi cartera, al terminar me levante, la clase ya estaba casi vacía, los demás no esperaron nada para salir volando de aquí, solo quedaban dos chicas las cuales no abría notado antes, la primera era pelirroja con ojos verdes, se parecía a Grace, la otra tenía el cabello negro con rosa se veía muy cool, no parecían igual a las chicas que estaban con Ryan y tampoco a las estudiosas, estas no se a que grupo podrían pertenecer, voltee y vi al chico solitario aún ahi sentado, ¿que no se mueve?, el aún estaba dibujando, eso ya me dio curiosidad. Me acerque al el con una sonrisa tímida.

-Hola -lo salude y este levanto la cabeza dejando de dibujar, me fije en el dibujo, y, ¿era un dibujo abstracto?, no lo entendí.

-¿Hola? -parece algo tímido...

-soy Sam, ¿y tu eres? -pregunté sin más para luego tomar asiento a su lado, creo que lo incomodo un poco, pero tengo que encontrar alguien a quien fastidiar.

Me dio una sonrisa de lado- Soy Noah, es un gusto Sam.

-El gusto es mío - extiendo mi mano para estrechar la suya.

-¿Eres nueva verdad?

-Si lo soy, ¿tu no? - seguí mirando su dibujo intentando comprenderlo.

-No ya llevo 5 años en este instituto - ¿5 años? yo llevaba 10 en el antiguo.

Seguimos hablando y nos hicimos amigos, salimos al receso y a la vuelta me senté a su lado, las clases no me parecieron tan aburridas con sus comentarios, se veía muy distante, serio y solitario pero realmente es un chico muy divertido con gustos de moda muy aburridos por eso la ropa negra, después de todo encontré a un amigo, algo raro pero al final de todo un amigo.

Prohibido Creer en Historias de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora