· C a t o r c e ·

120K 10.6K 4.9K
                                    

ISABELLA: ¡Me he quedado dormida! No voy a poder ir a buscarte a casa si queremos llegar a tiempo

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

ISABELLA: ¡Me he quedado dormida! No voy a poder ir a buscarte a casa si queremos llegar a tiempo. ¿Hay alguna forma de que consigas ir por tu cuenta al instituto?

Así de mal comenzó mi mañana aquel viernes. Y justo por ese mensaje, me encontraba corriendo a toda velocidad, camino a clase, a las ocho de la mañana. Había intentado localizar a Heeijin o Carla, por si sus padres podían tomar un desvío y pasar por mí, pero no hubo suerte. Lo mismo con mi tía.

Isa me había dicho que si no encontraba a nadie no pasaba nada, nos saltábamos la primera hora y nos íbamos a por un café. Pero no lo veía como una buena opción y, si llegando yo tarde ella conseguía estar a tiempo, prefería no ponerla en ese compromiso.

Además, tenía tantas faltas por retrasos acumuladas que no me sorprendería si un día acababan echándola.

Continuaba corriendo por la calle cuando un conocido coche negro llegó a mi lado y redujo la velocidad. Paré, en parte porque lo necesitaba. Respiraba de forma agitada y sentía que me ardía la garganta por el esfuerzo.

¿Sería posible que me estuviese quedando sin pulmones?

—¿Te llevo a clase?

Me tomé unos segundos antes de contestar, tratando en parte de recuperar el aliento, en otra de no morirme. Aquellas carreras a primera hora de la mañana no podían ser saludables.

—No te preocupes —le aseguré—. Puedo ir andando.

Jax no pareció muy convencido, así que me coloqué más erguida. Sí, me había apoyado en las rodillas para recuperarme.

—¿Te das cuenta de que no vas a ser capaz de llegar a tiempo por mucho que corras? Y por lo que parece, tampoco lo harás viva.

—Gracias, Jax. Pero de verdad, puedo ir sola.

Escuché cómo suspiraba. No había movido el coche del sitio, y alguien que pasaba con mucha prisa le pitó con rabia mientras se cambiaba de carril para rebasarlo.

—Vamos, Olivia. No seas cabezota y deja que te lleve a clase. Vamos al mismo sitio, ¿sabes?

Apreté los labios sin querer decir que sí todavía. Si aceptaba, probablemente me estaba asegurando un viaje cargado de burlas hasta clase. Pero, por otro lado, apenas serían unos minutos.

—Y si seguimos aquí discutiendo acabaremos llegando tarde los dos —agregó.

Está bien. Tenía que dejar el orgullo a un lado por un día. La situación lo exigía. ¿No había dicho ya que a veces perder también es ganar? Iría con Jax en el coche, pero conseguiría llegar a clase a tiempo y, tal y como él había dicho, viva. Mis pulmones estaban muy desacostumbrados.

Quizás debería valorar empezar a salir a correr algún día a la semana...

—Buena decisión —me dijo cuando rodeé su coche para subirme al asiento del copiloto.

Una Perfecta Equivocación © YA EN LIBRERÍASWhere stories live. Discover now