Itahina
Hinata una chica soñadora regresa a casa después de años de ausencia creyendo que por fin podrá ser feliz con los suyos, pero en su regreso descubre que su familia aún la sigue viendo como un estorbó, aunado a que se encuentra con la sorpres...
Llegaba a mi amada aldea por fin terminaba esa larga misión y al ver esas puertas abiertas de par en par dándome la bienvenida, por fin podía sonreír..
Amaba ver los verdes árboles mover sus ramas haciendo danzar sus hojas, el sol en lo alto brillar, la tranquilidad y paz que me generaba estar en mi hogar..
—Bienvenido comadreja..
—Cómo siempre excelente trabajo..
La voz de Izumo y Kotetsu me traía de vuelta a la realidad y al avanzar hacía ellos y agradecerles..
—Lastima que no llegaste días atrás..
—¿Por?
—Hubo una emotivo festejo en la aldea, debido alcompromiso de nuestro hokage..
«¿Kakashi comprometido?» Buscaba en ellos si se trataba de alguna broma, pero al comprobar que no era así, al parecer estaban hablando enserio.
—Bien por él, supongo tendré que darle mis felicitaciones en otra ocasión, ya que el reporte de la misión ya había sido entregando— me despedía de ellos avanzando hacia casa, pensando en lo dicho por ellos..
Sinceramente no me hacia a la idea de que alguien tan pervertido como él se comprometiera enserio con una mujer y justo al pasar por la academia. Hablando de mujeres, veía a
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Tan bonita y delicada como una rosa, pero detrás de ella aprecian Kiba Inuzuka y Shino Aburame, supongo que ellos serían como las espinas y el insecto que la cuidaban celosamente y por estar distraído observándolos..
—Hasta que por fin llegas Tachi, ya te iba a mandar localizar debido a tu larga ausencia, pero ¿Qué tanto vez? Que no sentiste mi presencia, no me digas que estás perdiendo la destreza..
—¡Eh!— La risa jocosa de
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Mi primo mayor me sacaba de mis pensamientos y al observarlo sorprendido por su llegada..
—No me digas que estás espiando a una... — le hacia la figura de la mujer..
—Para nada, ese trabajo es tuyo, ahora como vez voy llegando y voy hacia la casa, pero al verte acercarte me detuve a esperarte— fingía mirar hacia otro lado «obviamente lo dicho era mentira, pero no podría decirle el verdadero motivo que me hizo detenerme» y al volver a retomar los pasos «supongo ya no podía verla»
