La rosa y el caballero.

VIII

Me gusta verla así sonrojada y al separarme de mala gana de ella y observara a la pequeña estudiante —así qué tu eres Tomone-chan y claro qué sí ¡¡Tú ganaste!!— Y al sonreírle..

—¡¡Yupi!! Qué padre, gracias Uchiha-san..

Ella sonreía y brincaba festejando su hazaña y cuándo el festejo terminaba..

 —¿Usted es novio de Hinata-sensei?

Y al ver a Hinata 

Se veía tan bonita como cuando era una niña y yo me había enamorado de ella sin proponérmelo y cuándo Hinata iba a intentar hablar debido a los gritos de la niña, varios alumnos llegaban hasta nosotros corriendo, muchos se quejaban y otros aplaudían y cuándo nuestra mirada se cruzaba..

—¡Oh! ¡¡Es Uchiha-san!!

—No se vale sensei, él es el mejor ninja de la aldea, es lógico qué ganaría..

—Niños no es así, él..

—Hinata-sensei ¿Uchiha-san nos va a entrar?

Y ante la mirada de todos puestas en ella..

°°°

Mi corazón latía tan aprisa, casi juraba qué él me iba a besar, pero era una tontería ¿Cómo iba a hacer eso? Si no me conocía, creó me estaba volviendo loca y sólo había desvariado, cómo él dijo me estaba ayudando, además no quiero imaginar qué hubiera pasado si en vez de Tomone-chan alguien más nos descubre en esa posición tan comprometedora, de pensar lo qué mi padre hubiera hecho, si él hubiera sido quien nos vio, el estómago se me revolvía.

Tras calmarme alejando esos pensamientos, cuando Tomone-chan decía una total locura, lo mejor era aclararlo, no quería meterme en problemas, pero todos los niños se reunían con nosotros y tenía qué pensar cómo aclarar la presencia de él sin qué imaginaran otra cosa y cuándo les iba a decir qué Itachi Uchiha había llegado por casualidad..

—Lo haré, si su linda sensei no se opone, ya que por mí no hay problema..

Todos los niños gritaban felices, hasta yo me había emocionado, pero por lo qué él me decía, pero una mini yo en mi cabeza me decía qué eso estaba mal, qué no era propio de mí, tenía qué ser racional y al estar por excusarme con los niños..

Veía a Choucho Akimichi llegar hasta nosotros respirando agitadamente y tras de ella otras niñas en la misma condición..

—Hinata-sensei, Sasuke-kun y Naruto no están, no los encontramos por ningún lado..

Al escucharlas un miedo se apoderada de mí. Me acercaba a ellas, ante la mirada de todos y al revisarlas que estuvieran bien  —¿Cómo qué ellos no están?— «¿Qué clase de sensei soy si dos alumnos se perdían?» Creó iba a empezar a creer qué lo qué mi padre decía de mí era verdad, yo no servía para nada..