La rosa y el caballero.

XI

La puerta se abría y frente a mi veía a ese hombre altanero mirarme orgullosamente y después de un intento de media reverencia —Hiashi bienvenido, tome asiento por favor y dime ¿Qué se te ofrece? — Al ver como el hacia lo que le pedía, me alegraba que la oficina tuviera una amplia ventana así el olor a sexo se disipaba, si no a esta hora estaba seguro de que sería hombre muerto.

—Espero no interrumpir, pero necesito hablar con usted— y al ver que él también tomaba asiento —sé que los preparativos del matrimonio empezaran avanzar por fin, sumado a que visitaras mi casa por ese motivo, pero necesito salir con urgencia hacia Azisu, esperó regresar pronto, pero antes de partir quería informarte de ello, ya que deje instrucciones precisas para que reciban toda la ayuda posible..

«Eso era muy beneficioso para mí, incluso podría sacar provecho» —gracias por avisarme Hiashi, mandaré guardias a la mansión Hyuga para que cuiden a la familia principal, incluida mi hermosa prometida..

—Se lo agradezco pero no es necesario, mi casa estará doblemente custodiada así que por eso no se preocupe, ahora me marcho quiero partir cuánto antes..

—Bien, entonces solo me queda desearle buen viaje— él me agradecía y salía de mi oficina. Por lo pronto tenía que terminar el asunto con Anko, ya después me encargaría de Hinata.

[...]

No había querido cenar, había olvidado que Kakashi vendría para planear nuestra boda, por suerte Hana había estado conmigo, ya que al llegar a casa despues de la academia, la servidumbre me avisaban que mi padre había salido a un viaje de último minuto..

Al menos estaría tranquila unos días, así no me molestaría con sus sermones, sumado a que podría asistir a mi reunión con Mikoto Uchiha sin ningún temor. Mañana se empezarían a repartir las invitaciones de la boda, incluso se empezarían a diseñar los trajes tradicionales de boda.

Todo era tan contradictorio, aún ni siquiera podía asimilar que pronto dejaría de ser una Hyuga, cuando todo el peso de ese matrimonio se me venía encima. Sabía que mi destino estaba escrito, no podía huir de él, pero deseaba con todo mi corazón que las cosas fueran tan diferentes, pero no remediaría nada con darle muchas vueltas al asunto, lo mejor sería descansar y tratar vivir un día tras otro.

[...]

Estaba tan cerca de Konoha, tanto que si pudiera obligaría a mi equipo a seguir adelante y llegar lo más pronto posible en vez de descansar, la misión se podría decir que había sido un éxito..

Pero tenía que ser condescendiente con ellos y conmigo mismo, sumado a que yo no era quien estaba a cargo de la misión, había pensado mucho que hacer con la información que había obtenido, decidí que eso sería mi último recurso, me iba a ganar a la futura madre de mis hijos por mí mismo, incluso ya sabía en donde viviríamos.

Solo espero poder verte muy pronto Hinata Hyuga y al menos pienses en mí, como yo lo hago en ti.

[...]

El fin de semana se había llegado, incluso podría decir que estos dos días habían pasado volando, aunque las cosas no habían cambiado mucho..

El camino parecía tan cortó, había comprado unas ricas galletas para la anfitriona, ya que no debía de llegar a una casa donde me invitan sin un presente, así que en mi bolsa llevaba esa invitación destinada para el clan Uchiha, precisamente Kakashi había sido quien puso el nombre de ese apellido en el sobre destinado para ellos, incluso les había dicho a los encargados de repartir las invitaciones que yo misma me encargaría de entregar está..

Los planes seguían su cursó, incluso habíamos hablado del banquete y a dónde ir de luna de miel, pero esos pensamientos eran borrados al entrar al distrito Uchiha, ya que las miradas se posaban en mí, haciéndome sentir incomoda, pero no podía mostrar mi nerviosismo, además tenía que mantenerme tranquila, ya que había escuchado decir a Sasuke que su hermano mayor no estaba casa, él había salido a una misión, en parte eso me tranquilizaba un poco mis nervios, pero mi subconsciente me traicionaba, ya que al saber que él no estaría ahí me entristecía, además quería comprobar que sentía en verdad yo hacia él.