Sí, su alteza [Vkook AU]

12. El príncipe soltero

"Sigues siendo un mocoso" Dijo Jungkook para si mismo, tratando de no reírse, no quería perturbar el ambiente tan tenso que se había generado en la sala. Además de que se sentía tan pequeño entre tantos hombres adultos vestidos de trajes elegantes. No es como que él se vistiera mal, ahora le habían dado ropas más caras que la casa en la que había crecido, no por pena, sino para que pueda "encajar" en el castillo.

-Esta es una alianza que necesitamos. Expandir nuestro dominio, seríamos el reino más poderoso- expresó el primer ministro.

-Pero sigo sin entender, qué tienen ellos que nos pueda interesar -espetó el rey.

-Para usted, muchas muchachas bellas con las que podría regocijarse.

-¡Puaj! -dijeron ambos al mismo tiempo.

-Y para el el pueblo, podemos abrir muchas rutas de comercio e intercambiar nuestras riquezas.

Junkook era joven, pero no estúpido, sabía que algo aquí no estaba bien. Agradecía tanto haber prestado atención en sus clases de economía. No recordaba exactamente qué era, pero no todo es color de rosa. Y en caso de ser un "ganar-ganar" no era legal del todo. 

-Pero estamos olvidando algo, si me permiten aportar a la discusión -habló el sirviente.

-¿Y qué tendrías para aportar niño? -dijo el embajador

-No, no, déjenlo hablar. Les sorprendería lo listo que es -Tae, defendiendo a su hermano, he de mencionar, que ninguno en esa sala lo sabía.

Se armó de valor, y comenzó a explicar: - Comprendo que el valle azul es un reino importante que nos potenciaría en caso de aliarnos, pero estamos pasando por alto. ¿Se fijan en estos pueblos? No son parte de ninguno de los reinos. En el bosque existe otro lugar, es otro reino completamente aparte, es pequeño, pero son nuestros más grandes proveedores de mercancía vegetal. - Taehyung se sorprendía la facilidad con la que analizaba todo y no obviaba nada - Además en este lado del mapa están las montañas, y cualquiera diría que ese lugar no es habitable.

-¿Y no es así? -preguntó el embajador del valle azul.

-No, existen casas, hogares, familias enteras. Se han refugiado ahí desde hace años. No sería muy inteligente destrozar su pueblo nuevamente y asumir que se quieren unir a nosotros. 

-Voy a informarle a su majestad que no han querido firmar el acuerdo.

-Sí, dígale a su reina que no quiero nada con ellos -dijo bebiendo de su copa, le sirvieron jugo de uva, ya que el sabor del vino es demasiado fuerte para él.

-Su majestad el príncipe -al oír esto, Taehyung se atragantó con el líquido, todos saltaron de sus sillas para acudir al joven regente, pero Jungkook ya le estaba dando palmaditas en la espalda. -Señor, ¿se encuentra usted bien?

-Ese -carraspeó.- príncipe, está... -tosió.- ¿Soltero?

-Sí, dice que ninguna doncella del lugar es suficiente para él.

Bingo.

-Por lo que -dijo acomodándose en su silla- ¿esa también sería una buena razón como para unirnos en uno solo? Digo, los reinos, claro. -Jungkook le lanzó una mirada asesina. ¿En qué estaba pensando su hermano?

-Puede ser, las jovencitas por estas tierras son muy agraciadas...- Taehyung lo interrumpió

-Si, si, si, claro, como diga. Em... Dígale al príncipe azul, que agradecemos su oferta y que la vamos a considerar.

Se llenó de discusiones la sala nuevamente. El embajador ya había emprendido viaje. Taehyung tenía una sonrisa perversa en su cara. Maldad no era lo que representaba, sino que comunicaba el "Ja, gané" que se estaba repitiendo en su cabeza.