3. El aldeano

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–Mi príncipe, la reina pide verlo –dijo la maid.

Allí se veía a Kim Taehyung parado frente a la ventana viendo como las doncellas y los sirvientes jugaban polo. Un deporte sumamente interesante para el príncipe. Desearía tener tiempo para poder practicarlo, pero cada vez que se disponía a intentarlo, sus pensamientos lo detenían en esa ventana, exactamente, aquella esquina.–En seguida bajo –despertó de su trance viendo como corrían los caballos y salió de su alcoba. Caminó por la gran escalera hasta el primer piso, su madre utilizaba la corona, cosa que solo hacía en casos muy especiales. O cuando recibía al pueblo –. ¿Querías verme?

–Oh, querido, allí estás. Quiero mostrarte una de las actividades que harás cuando reines.

Le puso su capa cosida con las más finas telas y los adornos más costosos. –Madre, ¿en serio tendré que recibir a los plebeyos y oír sus deseos?– se encaminaron por un largo pasillo hasta el salón principal.

–Claro que sí, eso es lo que un monarca debe hacer.

–¿Pero para qué quiero yo oír sus lamentos?

–Para aconsejarlos y ayudarlos.

–No soy un médico brujo, no hago magia –bufó Taehyung

–Pero tienes el poder cariño.–Acarició la cabeza de su hijo al decirle estas palabras con una dulce voz–. Estás tan grande.– expresó con nostalgia–. Eres igual a tu padre.

–Mi padre, – espetó Taehyung quitando la mano de Ji-sook de su cabeza– madre, me quería muerto.

–Ya lo sé.

Se detienen ante una gran puerta, donde los esperan dos guardias para abrirles las puertas. A través de la puerta se oía un:

–Con ustedes, su alteza real, la reina Ji-sook y su hijo, el príncipe Taehyung.

Todos en la sala se sorprendieron. Por lo general la reina recibía al pueblo por sí misma. Esta vez era diferente, y los aldeanos que venían con sus hijas se interesaban más la presencia del príncipe, ver si las podían casar con alguien tan guapo, bien parecido, de sangre noble como él, en fin, con tantas riquezas. Su mirada era fría, su cara inexpresiva. El pueblo podía ver al futuro rey muy fuerte y severo.

Tomaron asiento en los tronos respectivos, el príncipe ocupó el asiento que solía usar el duque. Fue entonces que la gente comenzó a presentarse ante la reina y su hijo. A éste, no le importaba lo que la gente hablaba, más bien, había veces en las que ni se molestaba en saludar. ¿Por qué tendría que él, ocuparse de sus problemas? ¿Acaso tenía cara de mago? No podía arreglarlo todo en un dos por tres como ellos esperaban. Por algo era humanos, tenían cerebro, o eso suponía. Su manera de pensar se mantuvo todo el tiempo. Todo hasta un aldeano en específico.

–¡Oh, querido Namjoon! Tanto tiempo llevabas sin venir a visitarme.

Notó que su madre no saludaba a todos con tanto ímpetu como a este tal Namjoon. Hasta le dió un abrazo.

Kim Namjoon, llevaba el mismo apellido que la familia real. No sabía por qué, pero de alguna manera era así, y le molestaba. Solo los de la familia real y sirvientes podían vivir en ese palacio, y no dejaría a un simple plebeyo como él, abrazarlo y saludarlo tan despreocupado, solo por compartir el apellido.

–¿Como se encuentra mi reina?

–Muy bien, y tú, como te encuentras, ¿cómo está tu primo?

–Bien, en general, pero tenemos un pequeño inconveniente, es específicamente de lo que le vengo a hablar

–¿Que ocurre? –dice mostrando real interés.

–Nuestras vacas se están enfermando y necesitamos las semillas de pasto del pueblo vecino.

–¿Por qué?

–Porque en el pasto que las vacas comen ahora, va creciendo un parásito, por lo que necesitamos urgente replantar al menos siete hectáreas.

–Oh vaya, veré qué podemos hacer. Quizás Tae me quiera acompañar a un pequeño viaje –el joven ni se inmutó.

–Gracias –antes de retirarse besa las manos de la reina y dice: – Larga vida a la reina Ji-Sook –hace una pausa, piensa y luego continúa;– y a el príncipe Taehyung –éste le lanza una mirada casi despectiva por pronunciar su nombre.

👑

–Madre, ¿puedo saber por qué saludaste tan... Comúnmente a ese hombre?

–Ese hombre, Taehyung, se llama Kim Namjoon, es un pueblerino que desde que gobierno, y él era muy joven, venía a pedirme cosas, que se le podían dar de inmediato, y a cambio me traía alimentos frescos desde su granja. Él venía siempre, desde que era un niño, incluso antes de que tú nacieras. Es un hombre muy noble. Deberías tratarlo bien.

–Ningún Kim que viva en una choza será tratado bien por mi. ¿Y si le preguntan si tiene que ver algo conmigo?

–Taehyung, cálmate, es alguien digno de ser de tu apellido.

–Cállate mamá, suenas débil. La plebe es la plebe, la nobleza es la nobleza, así se debe mantener.

–Aún tienes muchas cosas que aprender –salió de la habitación del príncipe para dirigirse a la suya.

–Y aún hay muchas que tú no has aprendido –habló por lo bajo.

👑

Sentado en el escritorio, se puso a pensar y a hablar solo

–Si ser un rey quiere decir dejar que los plebeyos te saluden como si fueran de tu familia, prefiero ser un pordiosero.

Jugó un rato con los autos de madera que aún guardaba. Nuestro príncipe podía ser muy frío y aparentar no tener sentimientos pero por dentro, era solo un niño asustado y confundido. Qué estaba solo y que en el fondo, no tenía ningún amigo.

Aburrido, se levantó del escritorio a la cama y se recostó mirando al techo. Preguntándose tantas cosas, por ejemplo, ¿qué es lo que debe hacer un rey? ¿Como sabrá tratar con la gente? ¿Quién será su reina? Dudas que lo abrumaban, y que de tanto meditarlas cayó dormido hasta el próximo día en la mañana.

Sí, su alteza [Vkook AU]Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin