2. El día ha llegado

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Varias semanas después, los niños no podían evitar enterarse de lo que sucedía al rededor. Sabían que serían separados, pero ya no por la cosa fea llamada muerte, si no que por su propia familia. 

El anuncio se estaba dando en el salón real. Así es, esa sala donde están los tronos y la entrada. Todos los empleados estaban allí, incluidos el duque y la reina. Ella daría un anuncio, pero no el que habían acordado.

Minutos atrás, Ji-Sook había sido amenazada por su marido–. ¡Dije que quien se irá de este castillo será Taehyung!– sus intenciones eran de dejar al más parecido físicamente para que cuando vean al niño, sepan quien es el padre.

–Muy bien, muy bien. Haré el anuncio, de que tú y Taehyung, se irán de este castillo, y Jungkook y yo, nos quedaremos aquí.

–¿Por qué yo?

–Pues porque soy la reina y esa es mi decisión.

Ahora en el trono la reina pidió silencio y se dispuso a dar el discurso:

–Debido a esta tradición de asesinar al hermano "sobrante" me he visto en una tremenda depresión. Para mí es inimaginable vivir mi vida sin mi preciado Jungkook, o mi amado Taehyung. Es por eso que hoy declaro que mi decisión sea respetada al pié de la letra, y que quien se oponga sea ejecutado– lanzó una mirada a Chul. El duque inocente mantenía una sonrisa de orgullo, no sabiendo lo que se le esperaba–. Declaro que mi eternamente amado hijo, el príncipe Jungkook viva en las afueras del reino en una cabaña con su padre. Siendo educado para ser sirviente.

–¿¡Qué?! ¡Eso no fue lo que acordamos! 

–No te arriesgues –advirtió Ji-Sook

–No serías capaz, yo te conozco –dijo amenazador, levantándose de su trono para acercarse a ella.

–Me estas obligando –la reina puso su mano en la cuerda que llamaría a los guardias encargados para su ejecución.

–Jungkook se quedará en el castillo. ¡Es una orden! –esperó a que alguien hiciera algo, pero nadie articuló palabra. Nadie movió un músculo –. ¡¿Que esperan?! ¡Hagan algo!

–¿Con qué autoridad dices eso estimado Chul? Espero que no con la de un rey –desde el trono, acerca su cara a la de su marido quien estaba sentado al lado suyo–. Porque no lo eres –sin pensarlo dos veces tiró de la cuerda y llegaron los guardias.

–No, no ¡No! ¡No me puedes hacer esto! ¡No pueden hacerme esto! ¡Soy el duque! ¡Soy su marido!

Uno de los guardias respondió vagamente:

–Ordenes de la reina mi señor.

Protestó y luchó pro fue en vano. Su destino ya estaba escrito.

–¿Alguien más quiere terminar como él? –hubo silencio total–. Muy bien. Viendo que su padre ya no estará con nosotros. Se irá con una institutriz. Esto lo hago porque me rehúso a que alguien dañe a mi preciado hijo –se tomó un tiempo para analizar lo que estaba haciendo–. El decreto deberá ser respetado a toda costa, en cualquier caso o situación. ¿Entendido?

–Si mi reina –tdos en la sala respondieron y asintieron.

Luego de que se disipara la multitud, Ji-Sook salió corriendo a su habitación, pensando en lo que acababa de hacer. De todos modos, ella era la reina, tal como su padre lo había hecho, ella podía ser cruel malvada y despiadada sin que el resto se quejara. Como su padre lo había hecho, ella podía asesinar a quien se le plazca y nadie reclamará. Como su padre le dijo una vez, "si no te muestras firme, el pueblo decidirá por ti, y eso no es lo que debe ocurrir." Acababa de asesinar a su esposo, tan solo por el capricho de que Taehyung fuera rey. 

👑

Ya estaban listas sus cosas, toda su ropa ya estaba empacada. Hoy sería el día en que los hermanos inseparables, serían separados. Su madre se lo llevaba del brazo, el pequeño Jungkook lloraba y sollozaba. Quiso decirle a su madre que parara, pero ya era hora. Ya no había nada más que hacer, el destino era así de cruel. Solo uno de los dos podía quedarse, y eso es algo que él podía entender, pero su querido y malcriado hermano no.

-¡Detente mamá! ¡He dicho que te detengas! –realmente no importaba cuanto gritara o cuanto sollozara, su madre no le haría caso–. Mamá, quiero que Gukikie se quede, por favor mamá –Ya no sabía como más exigirle o rogarle para que ella le hiciera caso.

–Taehyung, vete a tu habitación. Ahora.

–¡Mamá quiero que Gukkie se quede!

No lo pensó más y antes de que Ji-Sook pudiera evitarlo, se avalanzó a su hermano, abrazándolo y tirándolo al suelo con él. Jungkook no dudó en abrazarlo también. Sabía que este sería tal vez el último abrazo que le daría a su hermano, que serían sus últimos momentos con él y que probablemente jamás volverían a jugar juntos.

–Jungkook, vámonos, el  carruaje te espera –.guantando sus ganas de llorar, le ordenó a su hijo menor despegarse su hermano, pero ninguno de los dos lo haría. 

–Prométeme que si nos volvemos a ver jugarás conmigo otra vez –rogó Jungkook.

–Lo haré, nos volveremos a ver y jugaré contigo, haremos muchas cosas juntos, algún día –respondió Taehyung.

-Algún día.

Segundos después de cerrar la promesa fueron separados por los guardias quienes se llevaron al menor al carruaje junto con quien sería su institutriz.

No había nada peor para un niño que separarlo de su mejor y único amigo. Queriendo tal vez lo mejor para ellos, pero ¿a que precio? ¿A caso no era suficiente con quitarles a su padre? No. Había que asegurar de todos modos su seguridad, evadiendo, dejando de lado, ignorando sus sentimientos. Haciendo oídos sordos a sus opiniones. Quitándoles la felicidad y corrompiendo su futuro. Pues claro, son niños, ellos no iban a tomar las decisiones aquí.

El dolor, la frustraión, son cosas que debe aprender a tolerar, Taehyung a partir de hoy ya no era un niño normal, sino que era un niño con la carga de rey.
"Debes ser fuerte, severo, contener tus emociones, nunca dudar, siempre firme...

👑 

..."Pues ese es el deber de un rey, esa es la vida de un adulto."

Ahora trece años después, se veía un Taehyung mas maduro, ya mayor, apuesto, sentado en su escritorio, mirando hacia el jardín de rosas. Aburrido en su habitación se le veía, sosteniendo una foto de quien una vez fué su hermano, anhelando volver a verlo.

–Algún día Gukkie... Algún día.

Sí, su alteza [Vkook AU]On viuen les histories. Descobreix ara