5. Desolación

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Llegó al castillo, desesperado y agitado. Las sirvientas trataban de calmarlo pero nada servía.

–¡Mi madre! ¿Dónde está mi madre? –ladró.

–Por favor, su alteza, cálmese.

–¿Dónde? –gritó nuevamente.

–Está en su habitación. Y deje de gritar por favor. –dijo su institutriz.

Kim Taehyung subió raudamente por las escaleras, las cuales no eran pocas. Nunca se había detenido a pensar, cuantos pisos tenía ese gigante castillo.

–¿Por qué mierda hay tantas escaleras? –maldijo.

Ya llegando al cuarto piso de la edificación, su aliento es casi inexistente. No obstante, no se detiene hasta llegar a la gran alcoba de su madre. Al estar frente la puerta, duda un momento, si quiere realmente ver el estado de la reina, o prefiere engañarse a si mismo, diciéndose que estará bien. No. Él debía ser un hombre y enfrentar la realidad. Abrió las puertas de par en par, dejando ver a su madre recostada en su cama, con ambas manos a los lados de su cuerpo y los ojos cerrados.

El joven príncipe caminó lentamente hasta quedar parado al lado del médico. Tembloroso y pálido por el miedo de ver a su madre aparentemente muerta.

–No se preocupe, su alteza, su madre solo se ha desmayado. Al parecer padece de una extraña enfermedad, que, creo jamás había visto.

–Y...– titubeó— Y ¿Cual es la cura?

–Lo lamento –el médico meneó la cabeza de lado a lado, quitándose los lentes–. Me temo que... –hizo una pausa–. No hay cura.

–¡No puede ser!

Sentía que el corazón se le paraba. Estaba mareado y asustado, se sostuvo de una de los sirvientes para no caer.

–Dejenme a solas con ella.

Nadie se negó a la orden del príncipe, quien pronto sería su rey, debido a que la reina no tenía otro remedio que morir.

–Mamá, ¿Me oyes? –su madre gimió en respuesta, estaba tan débil que apenas podía asimilar la voz del príncipe–. Te vas a poner mejor, voy a ordenar que traigan a los mejores doctores del pueblo.

–Taehyungie, cariño, estoy demasiado débil. No creo poder recuperarme.

–No digas eso –su voz se rompió a la vez que las lágrimas comenzaban a caer por sus mejillas–. Mamá, no me puedes dejar solo.

–Escúchame, deja de llorar –la reina trató de poner su mano en el rostro del joven–. No lograrás nada con esas lágrimas lastimeras. Lamento no haberte enseñado como gobernar antes.

Hablaba como si se fuera a morir pronto, pero era así como ella se sentía. Siempre intentó mantener la compostura. A pesar de todas las veces que Taehyung habia hecho una rabieta, que le había levantado la voz, todas las veces en las que había sido un malcriado. Ji-Sook siempre trató de darle lo mejor para que olvidara su niñez, que olvidara a su padre y aún más importante, que olvidara a su hermano.

–¿Qué pasa si no estoy listo?

–Asumirás joven al trono, tal como lo hizo tu madre. Fue difícil, no pienso mentirte.

Pocas fuerzas le quedaban a la reina, ya iba siendo hora, pero antes de reina ella era madre, por lo tanto, quería consolar a su hijo.

–¿En serio?

–Yo siempre pensé que el mundo estaba en mi contra, cometí muchos errores, pero recuerda esto hijo, de los errores se aprende.

–¿Tú crees que lo haré bien?

–Eres un hombre Taehyung. Tu mente siempre ha sido de un adulto, sin importar tu edad. Eres fuerte, eso te ayudará mucho a liderar, impondrás respeto, el pueblo seguirá tus órdenes. Tu convicción te llevará lejos.

Taehyung tomó la mano de su madre entre las suyas, la acarició y sonrió. La voz de su madre sonaba como una dulce melodía en sus oídos.

–Cariño, déjame descansar hora. ¿Si?

–¿Qué pasa si te mueres mientras duermes?

–Por favor, tú eres el que acaba de decir que no piense en la muerte.

–Te amo, mamá –ahora sus lágrimas caían como un torrente por su cara. Se sentía culpable por su actuar durante estos diecisiete años, tan arrogante, tan infantil. Siempre reprochaba a su madre, tuvo toda una vida para demostrarle su amor, para mostrarle un lado amable, pero no. Él malgastó todo ese tiempo siendo un orgulloso, un mal hijo. Ahora pagaba por sus errores, viendo como la vida de su madre se iba en cada jadeo que ella daba para poder respirar.

–Yo también te amo Taehyung. Eres un buen chico.

Luego de decir esto, cerró los ojos. Lamentablemente el mismo orgullo que no le permitía mostrarse débil frente a su mamá.

Se retiró de la habitación con las manos cubriendo sus ojos. No comprendía por qué la vida era tan injusta. ¿Por qué la vida disfrutaba verlo solo? ¿Por qué estaba destinado a quedarse solo?
¿Qué hará ahora que debía gobernar? Ni siquiera sabía como gobernar su propia vida.

Sí, su alteza [Vkook AU]जहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें