9. Joven

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Flashback.

-Mamá, ¿cuando podré ver a Jungkook de nuevo?

-Y ¿qué te hace pensar que verás a Jungkook de nuevo?- Los ojos del pequeño príncipe se llenaron de lágrimas.- Oh cariño, tu hermano se fue a un lugar muy lejano, tan lejano que ni yo conozco la ubicación.

-Pero mami, tu sabes todo.

-Hay cosas que ni el monarca sabe.

-¿Pero está bien verdad? El- El sigue jugando con ese muñeco de trapo que le di cuando s-se fue ¿verdad?- El pequeño de 6 años miraba a su madre con ojos de cachorro, buscando algo de certeza en sus palabras.

-Lo lamento, cielo.

Fin del flashback

Desde ese día, Taehyung no esperó más a su hermano. Ya hasta lo daba por muerto. Aunque quedaba un poco de esperanza en su desesperación, nunca pensó posible, ,mas bien, nunca pensó que fuera real, un futuro junto a él.

Hablemos un poco sobre lo que vivió Jungkook.

Jeon nunca entendió muy bien lo que estaba pasando en realidad, para él todo pasó demasiado rápido, no pudo procesarlo correctamente. Creció viviendo en una  cabaña en medio del bosque que queda en las afueras reino. Un joven dulce, amable, siempre dispuesto a ayudar a los demás. Por el shock que le había generado el separarse de su familia, además, era un niño asustadizo y tímido. Extrañaba poder refugiarse tras su hermano y que este lo defendiera con uñas y dientes.

La nodriza que lo estaba cuidando, le dejó prohibido hablar de Taehyung o de su parentesco con la realeza.

–Si quieres volver a ver a tu querida madre, es mejor que calles– le repetía siempre.

Durante los días más calidos de primavera, salía a caminar por la playa con sus amigos. Cuando se ponía el sol, veía que una persona se ponía de rodillas en la orilla del mar y lanzaba un frasco con un papel dentro.

–¿Estás bien? –preguntó.

–Si, sólo le pido al mar paz para mi familia.

–¿Están sufriendo?

–Queremos un lugar seguro donde refugiarnos– en eso, el extraño comenzó a sollozar

–Por favor, no llores. Algún día, entraré al castillo y le pediré a la Reina que...

–¿Tú? ¿Entrar al castillo? ¿Sabes cuantos jóvenes como tú aspiran a ser la mano derecha de la reina? Mira niño, tus intenciones son muy nobles, y no me refiero a lo noble que puede ser la realeza – se giró para poder apreciar mejor al chico que le hablaba con tanta dulzura -Amas dar vida, pero puede que eso te lleve a la ruina.

Jungkook se quedó helado. Jamás había visto a alguien con el cabello blanco. Creía que estas personas eran un mito, que su pueblo había desaparecido hace años. Quizo decir algo, pero sus amigios lo llamaron para volver a las cabañas antes de que se pusiera el sol completamente.

-¡Haré lo posible por ayudarte! -gritó, pero cuando se dio la vuelta para buscarlo con la mirada, ya no había nadie. Ni la botella se podía divisar ya.

Habían pasado 7 años desde que eso ocurrió, no podía parar de pensar que lo que había visto no era nada más que una alucinación por no haber dormido en tres días. ¿Pero por qué se sentía tan real?  Dejó de darle vueltas al tema porqueun buen día, lo seleccionaron para ser sirviente del rey.

-Ven aquí querido.- Le dijo su nodriza - Nadie puede sospechar de que eres hermano del rey hasta que te escoja y esté asegurada tu estadía en el castillo. 

-Quiere decir que Tae es re...-

-Si, pero no digas nada. 

¿Cómo se suponía que no dijera nada? Por fin vería a su querido hermano después de tanto tiempo. Era difícil esconder la felicidad que lo invadía, pero eso solo era la calma antes de la tormenta. Si su hermano ahora es rey...

-Pero entonces ma... digo, la reina...

-Así es, estuvo muy enferma, luchó hasta el final. El príncipe estuvo a su lado siempre, pero como todos en este mundo, tuvo que dejarnos -el jóven aprendiz hizo todo lo posible por evitar que sus lágrimas cayeran, pero era imposible- Además -continuó- me dijo que te diera esta carta.

Jungkook estaba en una encrucijada. Estaba alegre porque volvería a casa, pero sentía que no debía alegrarse por guardarle respetos a su madre. A pesar de que ella no lo había escogido para que fuera rey, no le guardaba rencor. Esa mujer bondadosa le había perdonado la vida. En vez de mandarlo a matar, lo mandó lejos del reino, donde nadie pueda reconocerlo o saber de sus orígenes. En un mundo perfecto él y su hermano podrían haber tenido una infancia feliz, pero por gente como su padre y la burguesía, quienes creían que podían decidir sobre su vida, tuvieron que separarlos. Se sentía culpable, o quizás no culpable, pero tenía una mezcla inexplicable de sentimientos. Impotencia, rabia, dolor, pena, esperanza, alivio.

 Después de relfexionarlo por lo que parecían horas, decidió abrir la carta, esperando que esto pudiera darle el consuelo que necesitaba.  Jeon siempre trataba de manejar sus emociones y evitaba expresarlas de esta manera, porque lo que más recordaba, era cómo Taehyung lloraba amargamente cuando los separaron. Jamás quería volver a ver esa expresión de horror y desesperanza en nadie, por lo tanto, siempre quería verse bien para ayudar a los demás. Su corazón terminó de romperse cuando leyó la primera frase de la carta. No aguantó más y se largó a llorar. 

"Mi pequeño príncipe, Gukkie"

Sí, su alteza [Vkook AU]Where stories live. Discover now